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Asia: ¿ganadora o perdedora de la pandemia?
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Alicia García Herrero

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Asia: ¿ganadora o perdedora de la pandemia?

Los gobiernos de una buena parte de las naciones asiáticas han reducido la movilidad interna de sus economías, con importantes consecuencias negativas sobre la recuperación

Foto: El presidente de China, Xi Jinping. (Reuters)
El presidente de China, Xi Jinping. (Reuters)

Todos recordamos cómo la economía china, y a su vez muchas economías asiáticas cercanas, se desplomaron en el primer trimestre de 2020, así como de su fuerte recuperación en la segunda parte del ese año, mientras las economías occidentales seguían sin poder salir del confinamiento del todo. El éxito de la vacunación en Occidente, y en especial en Europa más recientemente, parece haber cambiado las tornas, puesto que está llevando a muchos países asiáticos —con la importante excepción de China— a anunciar nuevos estados de emergencia (incluso en Japón, a pesar de la celebración de los Juegos Olímpicos) o confinamientos (Filipinas, Malasia, etc.).

Las razones que explican el empeoramiento de la situación sanitaria en Asia son simples. En primer lugar, el retraso en la vacunación es evidente en prácticamente todo el continente, con la excepción de China y Singapur, incluso en un país tan desarrollado como Japón. En segundo lugar, una parte importante de Asia (China, pero también Indonesia) ha optado por vacunas chinas cuya eficacia ha demostrado ser menor.

La consolidación fiscal ya ha comenzado en Asia, incluida China, como lo demuestra la lenta emisión de bonos públicos

Si a eso se añade la expansión de variantes mucho más contagiosas, es fácil entender por qué los gobiernos de una buena parte de las naciones asiáticas se han visto obligados a reducir la movilidad interna de sus economías, con importantes consecuencias negativas sobre la recuperación. Si a eso se suma que la movilidad entre países es prácticamente nula, las consecuencias sobre la inversión directa, así como sobre los intercambios empresariales, científicos o culturales, pueden ser nefastas. El caso más claro es el turismo, clave para un país como Tailandia, pero también Hong Kong o Singapur.

Mientras se revisa a la baja el crecimiento del Sudeste Asiático, al menos el de China sigue aguantando relativamente bien, lo que permite apoyar la demanda de las economías del resto de Asia. Por desgracia es la demanda interna la que se está desplomando. Un problema adicional es la capacidad de maniobra fiscal y monetaria en el Sudeste Asiático. Esto contrasta claramente con las economías desarrolladas, donde todavía existe margen para que los estímulos fiscales y monetarios funcionen. De hecho, la consolidación fiscal ya ha comenzado en Asia, incluida China, como lo demuestra la lenta emisión de bonos públicos de los gobiernos locales del país en la primera mitad del año.

Foto: EC

El dato del PIB chino del segundo semestre muestra que 2021 no será un año tan dorado como parecía en primera instancia. La desaceleración del primer al segundo trimestre ha sido fuerte y se espera que sea mucho mayor en la segunda parte del año. Por ese motivo, puede que la consolidación fiscal deje de ser una prioridad y que incluso el banco central vuelva a liberar liquidez ante la perspectiva de una desaceleración demasiado rápida. Por desgracia, el Sudeste Asiático no se puede permitir tal lujo, especialmente si el 'tapering' de la Fed se hace más inminente.

En resumen, 2021 no será un año tan exitoso para Asia como se esperaba en un principio. China, gracias al control de la pandemia, su vacunación más elevada y el espacio fiscal y monetario, debería mantener un crecimiento relativamente elevado, aunque no espectacular. En cambio, las perspectivas para el Sudeste Asiático han de corregirse a la baja sustancialmente para la segunda mitad del año, a falta de vacunas y de espacio fiscal y monetario en la mayoría de los casos.

*Alicia García Herrero es economista jefa de Natixis para Asia-Pacífico e investigadora sénior en Bruegel.

Todos recordamos cómo la economía china, y a su vez muchas economías asiáticas cercanas, se desplomaron en el primer trimestre de 2020, así como de su fuerte recuperación en la segunda parte del ese año, mientras las economías occidentales seguían sin poder salir del confinamiento del todo. El éxito de la vacunación en Occidente, y en especial en Europa más recientemente, parece haber cambiado las tornas, puesto que está llevando a muchos países asiáticos —con la importante excepción de China— a anunciar nuevos estados de emergencia (incluso en Japón, a pesar de la celebración de los Juegos Olímpicos) o confinamientos (Filipinas, Malasia, etc.).

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