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La guerra de Ucrania no es el principal problema de la economía china
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Alicia García Herrero

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La guerra de Ucrania no es el principal problema de la economía china

China se ha mostrado opuesta a las sanciones occidentales contra Rusia. Sin embargo, este lenguaje va en contra de las decisiones reales adoptadas por sus instituciones financieras y empresas

Foto: Vladimir Putin y Xi Jinping. (Reuters)
Vladimir Putin y Xi Jinping. (Reuters)

La guerra en Ucrania y las sanciones sin precedentes impuestas a Rusia por los aliados occidentales como respuesta a la invasión seguramente van a tener un impacto negativo en la economía mundial, mucho más allá de Rusia y Ucrania. En primer lugar, la economía europea se verá muy afectada debido a su dependencia energética de Rusia, pero también por el gran flujo de refugiados que está absorbiendo el continente. El impacto directo sobre la economía china será mucho más atenuado, aunque seguirá siendo claramente negativo, al menos a corto plazo. En primer lugar, el enorme incremento en los precios de la energía a nivel mundial derivado de la guerra en Ucrania es una mala noticia para China, dada su dependencia de las importaciones de energía.

Los objetivos de reducción de emisiones de carbono fijados por China en el actual Plan Quinquenal habrían exigido importaciones adicionales de gas para reducir la dependencia del carbón en la canasta energética china, pero esto no va a ocurrir ya, puesto que la crisis energética a la que se enfrenta el mundo lo haría demasiado costoso. Así, uno de los resultados de la reunión anual del partido en el que se definen los objetivos económicos del año ha sido suspender las metas anuales de reducción de emisiones de carbono, manteniendo los objetivos generales de 2025, como forma de ganar cierta flexibilidad en tiempos en los que los precios energéticos son muy elevados debido a la guerra.

Más allá del aumento de los precios de la energía, la otra presión inmediata a la baja sobre la economía china son las sanciones occidentales impuestas a Rusia. De hecho, las empresas e instituciones financieras chinas tendrán que ser muy cuidadosas a la hora de hacer negocios con Rusia o invertir allí. Esto es exactamente lo que parece estar ocurriendo, ya que los bancos chinos ya no ofrecen cartas de crédito a las empresas que comercian con Rusia y las empresas energéticas chinas, concretamente Sinopec, están dejando de lado sus proyectos con sus homólogos rusos. Aun así, el impacto de esta retracción de Rusia debería ser bastante moderado para China, ya que Rusia es diez veces más pequeña. Además, China ni siquiera necesita cortar totalmente sus vínculos con Rusia, sino simplemente evitar los pagos en divisas y las relaciones con algunas entidades específicas, como el banco central ruso y el Ministerio de Finanzas. En cuanto a los pagos comerciales, el hecho de que varios grandes bancos sigan pudiendo utilizar SWIFT deja claro que las sanciones no son lo suficientemente estrictas como para que China tenga que interrumpir todas sus relaciones económicas con Rusia.

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Reuters/Pool/Kenzo Tribouillard)

Aunque el impacto directo de la guerra de Ucrania sobre China parece bastante limitado, la clave para calibrarlo mejor es la verdadera posición de China en este conflicto. Por un lado, la retórica de China es sin duda antiestadounidense y anti-OTAN, mientras que es bastante complaciente con Rusia. De hecho, además de responsabilizar a Estados Unidos por el conflicto, China se ha mostrado opuesta en repetidas ocasiones a las sanciones occidentales contra Rusia. Sin embargo, este lenguaje va en contra de las decisiones reales adoptadas por las instituciones financieras y las empresas chinas, que confirman la adhesión de China a las sanciones occidentales. Esto significa que China acatará, aunque sea a regañadientes, las normas, pero no necesariamente el espíritu de las mismas. De hecho, China utilizará cualquier resquicio para apoyar a la economía rusa, siempre que no se vea perjudicada, por la sencilla razón de que lo hace por su propio interés. La seguridad energética, la cooperación militar y en el Ártico son algunas de las razones que justifican el interés de China por apoyar a Rusia. Cuan costoso sea ese apoyo dependerá mucho de la reacción de Occidente, y no solo en el ámbito oficial y de sanciones, sino también la respuesta del sector privado y, en concreto, de las empresas occidentales que operan en China.

En definitiva, China parece estar en cierto modo dispuesta a ayudar a Rusia, siempre que pueda cumplir con la ley, es decir, evitar las sanciones occidentales. Rusia necesita la ayuda de China, pero aún no está totalmente desesperada, ya que sigue recibiendo divisas de sus exportaciones de petróleo y gas, especialmente de la UE. Sin embargo, si la UE aumentara la presión bloqueando las exportaciones de energía, la economía rusa sufriría enormemente y la ayuda de China se quedaría claramente corta para resolver el problema. Con el tiempo, China podrá apoyar a la economía rusa a medida que se construyan nuevos gasoductos para redirigir gas de Europa a China. Además, los avances en la internacionalización del renminbi a medio plazo podrían dar mas espacio a China para ser menos dependiente del dólar y ayudar a economías sancionadas como la rusa con los beneficios que esto puede conllevar.

Todo esto es relativamente positivo para China, pero no hay que olvidar que los verdaderos problemas que afronta su economía son internos, empezando por la actual ola de covid que podría tener efectos desastrosos para el crecimiento de este año, así como una reversión del modelo económico cada vez menos abierto al resto del mundo y más alejado del mercado. Ucrania puede parecer un problema grande desde Europa, pero no lo es tanto para China. Hay cosas muchos mas preocupantes para la economía china en este momento.

*Alicia García Herrero es economista jefe de Asia-Pacífico de Natixis

La guerra en Ucrania y las sanciones sin precedentes impuestas a Rusia por los aliados occidentales como respuesta a la invasión seguramente van a tener un impacto negativo en la economía mundial, mucho más allá de Rusia y Ucrania. En primer lugar, la economía europea se verá muy afectada debido a su dependencia energética de Rusia, pero también por el gran flujo de refugiados que está absorbiendo el continente. El impacto directo sobre la economía china será mucho más atenuado, aunque seguirá siendo claramente negativo, al menos a corto plazo. En primer lugar, el enorme incremento en los precios de la energía a nivel mundial derivado de la guerra en Ucrania es una mala noticia para China, dada su dependencia de las importaciones de energía.

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