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La obsesión de China por producir más y mejor chocará con el proteccionismo
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Alicia García Herrero

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La obsesión de China por producir más y mejor chocará con el proteccionismo

La importancia de las "dos sesiones" no podía ser más elevada al enmarcar una nueva era, la del Primer Ministro Li Qiang

Foto: Xi Jinping, presidente de China. (Reuters/Tingshu Wang)
Xi Jinping, presidente de China. (Reuters/Tingshu Wang)

Como todos los años, China celebró sus "Dos Sesiones" del 4 al 11 de marzo pasados, en las que se reunieron los principales órganos del gobierno y del partido para anunciar los grandes ejes de la política china para el año, incluyendo lo económico. Este año, la importancia de las "dos sesiones" no podía ser más elevada al enmarcar una nueva era, la del Primer Ministro Li Qiang, después de diez años de gobierno económico del anterior primer ministro, y ahora difunto, Li Keqiang. En segundo lugar, 2024 es el año de la plena normalización económica tras la pandemia, ya que los datos económicos de 2023 fueron distorsionados por el impulso positivo derivado del levantamiento de las restricciones relacionadas con las políticas de COVID-cero hasta finales de 2022.

El "Informe de Trabajo" de Li Qiang, el primero de esta nueva época, apunta a una redirección de la política económica de Li Keqiang, que tenía como objetivo principal el reequilibrio hacia un modelo económico apoyado en el consumo. Ese objetivo que China empezó a perseguir desde la crisis financiera global de 2008, y hasta la fecha inalcanzado, parece haberse sustituido en el informe de Trabajo de Li Qiang por el aumento adicional de la producción, o sea, más oferta en vez de más demanda. En particular, el énfasis que Li Qiang, así como el Presidente Xi Jinping, han puesto en las "nuevas fuerzas de producción" apunta a una mayor inversión en sectores manufactureros avanzados, mientras que las medidas de estímulo orientadas a la demanda apenas se mencionan. Los inversores extranjeros, que habían estado esperando que China anunciara estímulos fiscales y/o monetarios para apoyar a la economía de vuelo, mostraron su decepción por la dirección que la política económica de china parece estar tomando con caídas del índice bursátil más relevante para seguirle el pulso a la economía china como es el Hang Seng en Hong Kong.

La gran pregunta es si el objetivo de aumento de la producción manufacturera, y no tanto el consumo, puede ser exitoso y la respuesta la tiene el resto del mundo. Si el resto del mundo es capaz de absorber todo el aumento de oferta de manufacturas que China pondrá en el mercado, esta estrategia podría ser exitosa, al menos a corto plazo, aunque seguiría ahondando los desequilibrios macroeconómicos que caracterizan a la economía mundial, con un superávit comercial aún más elevado de China y un enorme exceso de ahorro.

En cambio, si el resto del mundo no es capaz de absorber la oferta adicional derivada de la obsesión de China por producir más, el exceso de capacidad se generalizará aún más, lo que agravará las presiones deflacionistas que han caracterizado a la economía china en los últimos dos años. Ejemplos evidentes de esta situación se encuentran en las energías verdes, a pesar de la fuerte demanda global y de la posición de ventaja competitiva en la que se encuentra China.

Las fuerzas proteccionistas que se han ido acumulando en todo el mundo, empezando por Estados Unidos, pero expandiéndose rápidamente a Europa e incluso en algunos países emergentes como la India y Turquía, van a crear trabas adicionales al modelo económico diseñado por Li Qiang. En otras palabras, la estrategia china de que las nuevas fuerzas productivas sean el nuevo bastión del crecimiento de la economía china, en vez del sector inmobiliario, y no tanto el consumo interno, va a chocar contra un muro: el proteccionismo de EE. UU. seguido del de Europa y, probablemente, de otros países emergentes, especialmente los más grandes, que cada vez ven más a China como un problema para su industrialización que como una solución.

Una segunda conclusión del Gran Conclave de política económica china de este mes es la constatación de que las autoridades chinas no están preparadas para saltar al vacío más que en la retórica. En otras palabras, el énfasis en el desarrollo económico de calidad no se ha visto reflejado en el abandono de la meta de crecimiento, sino todo lo contrario, al mantenerse el objetivo de crecimiento del PIB real del año pasado, es decir, el 5%, a pesar de la mayor dificultad para alcanzarlo este año. Sea porque la desaceleración estructural continua, sea porque la situación cíclica de la economía no es favorable como la del año pasado, puesto que el efecto positivo estadístico de salida de las políticas de Covid ya no existe.

En conclusión, la consecución del objetivo del 5% será difícil, lo que aumentará la presión sobre el primer ministro Li Qiang para apostar por el sector manufacturero y el mercado de exportación. Esta presión para crecer por encima del potencial, principalmente redoblando la manufactura avanzada, está destinada a crear tensiones adicionales con los principales socios comerciales de China. Si China logra alcanzar su objetivo de crecimiento, probablemente será gracias a que el resto del mundo absorba el exceso de capacidad de China, pero esto no es seguro en absoluto, vistos los vientos proteccionistas que soplan en el mundo entero.

*Alicia García Herrero, economista jefe para Asia Pacífico en Natixis e investigador principal en Bruegel

Como todos los años, China celebró sus "Dos Sesiones" del 4 al 11 de marzo pasados, en las que se reunieron los principales órganos del gobierno y del partido para anunciar los grandes ejes de la política china para el año, incluyendo lo económico. Este año, la importancia de las "dos sesiones" no podía ser más elevada al enmarcar una nueva era, la del Primer Ministro Li Qiang, después de diez años de gobierno económico del anterior primer ministro, y ahora difunto, Li Keqiang. En segundo lugar, 2024 es el año de la plena normalización económica tras la pandemia, ya que los datos económicos de 2023 fueron distorsionados por el impulso positivo derivado del levantamiento de las restricciones relacionadas con las políticas de COVID-cero hasta finales de 2022.

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