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Miedo a la burbuja, ¿exagerado?, no especulo, invierto
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Guillermo Santos Aramburo

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Miedo a la burbuja, ¿exagerado?, no especulo, invierto

El riesgo de burbuja y su estallido en todo lo ligado a la Inteligencia Artificial (IA) es probablemente la disputa de mayor intensidad en estos momentos

Foto: Un corredor reacciona al desplome de Wall Street durante el covid. (EFE/Justin Lane)
Un corredor reacciona al desplome de Wall Street durante el covid. (EFE/Justin Lane)

Son probablemente los devastadores efectos para todo tipo de inversores, inversiones y economías de los países del estallido de la burbuja denominada dot com (punto com) a principios de los 2000, los que provocan que la fiebre que nos rodea, a particulares y empresas, por la IA sea objeto de tan amplia controversia. Intentaré ordenar y simplificar las distintas visiones basadas en opiniones de analistas, gestoras de fondos de inversión internacionales e, inevitablemente, mi propio criterio.

No hay burbuja

Vamos con los argumentos a favor de lo anterior:

  • Aunque se percibe un creciente nerviosismo hacia la exposición en Bolsa vinculada a compañías de IA por la teórica debilidad de muchas de ellas, sobre todo de las big tech, ésta ha sido aparcada ante los buenos resultados mostrados correspondientes al tercer trimestre del presente año: con las notables excepciones de Meta y Tesla, los "Magnificent 7" han presentado resultados sólidos, respaldados en la mayoría de los casos por el crecimiento en IA y cloud computing. Veremos Nvidia qué nos cuenta a final de esta semana.
  • Hay importantes voces en los mercados que se han venido pronunciando en contra de la existencia de una burbuja, como es la del presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, quien cree que las empresas de IA "tienen ganancias reales" y modelos de negocio sólidos. Si bien en la Fed reconocen los riesgos asociados a la concentración de capital y a la creciente interdependencia entre los principales actores de la IA, también aprecian que la demanda, la capacidad de financiación y la ejecución subyacentes son tales que en el mercado las cotizaciones siguen estando razonablemente situadas.
  • Los múltiplos de cotización son altos, pero no excesivos (especialmente si se ajustan por crecimiento): si los fundamentales acompañan a lo largo del tiempo a los niveles de valoración, como sucede actualmente, las caídas se quedarán en correcciones y terminarán por recuperarse en el medio plazo, como es el caso del sector Semiconductores que ha subido +65%, +19% y +39% en los tres últimos años pero en determinados momentos ha llegado a caer con fuerza (-17% en agosto-octubre 2023 y, más recientemente, -16% en feb-abr 2025).

Sí que hay burbuja

Tampoco faltan argumentos que fundamentan la existencia de una burbuja en el sector de IA:

  • Las inversiones de muchas empresas en IA están siendo enormes, tanto las del propio sector tecnológico como las de otras sociedades fuera de éste, lo que lleva a algunos analistas a poner en duda la sostenibilidad de este ciclo de inversión en IA y detectan la siguiente asimetría: las valoraciones dan por sentado en gran medida que el auge continuará sin cambios, mientras que, si el mercado se equivoca, muchas valoraciones podrían caer entre un 50 % y un 90 % debido al desajuste entre los costes/inversiones de capital de la IA y los ingresos actuales y venideros.
  • El endeudamiento para financiar centros de datos vinculados a la IA está creciendo exponencialmente, llevando además la emisión de bonos por parte de las grandes empresas tecnológicas a alcanzar niveles récord. Aunque parezca que cuando se trata de IA el dinero sobra, surgen las dudas sobre si el mercado podrá seguir absorbiendo todo ese papel, hasta el punto de que hay analistas que consideran que acabarán siendo los Gobiernos quienes asuman parte de ese gasto de capital.
  • La Agencia internacional de la Energía ha publicado en el World Energy Outlook 2025 que la demanda de petróleo va a ir a más y una causa fundamental de ello es el elevadísimo consumo de energía por parte del ecosistema IA. Indica el organismo que la inversión en infraestructuras ligadas a la producción energética es indispensable para mantener ese nivel de consumo, así como para asegurar un coste razonable de esa energía para las cuentas de resultados de las empresas. Lograr lo anterior entraña una serie de compromisos públicos y privados cuya consecución, como mínimo, no es evidente.

Lo que yo creo

Es cierto que, estamos valorando un futuro muy prometedor pero que aún no ha llegado y que la tangibilidad/bondad de los resultados de la IA, en la práctica, dista mucho de confirmarse en muchas empresas del sector tecnológico y de fuera de él, sobre todo si consideramos la inversión previa que su implementación acostumbra a implicar para cada empresa. En ese proceso de confirmación o no, las cotizaciones de muchas compañías deberían "flojear" en algún momento.

Estimo que la clave para la evolución del sector y su comportamiento en Bolsa va a estar en la aceleración de la adopción de servicios de IA fuera del ámbito de las empresas puramente tecnológicas. En este sentido se pronunciaba un reciente informe de la Fed estadounidense.

Con todo, hay que mirar más allá de los riesgos de burbuja y del sobrecalentamiento de algunas partes del mercado que inevitablemente ocasionará idas y venidas en las cotizaciones de muchas tecnológicas y del mercado en general en determinados períodos. Estos movimientos estarán centrados en compañías que sólo desarrollan la IA, más que en las del ecosistema propio de negocio alrededor de la IA. De hecho, éstas últimas tienen balances sólidos con poca deuda (la mayoría con caja neta positiva) y generan elevados beneficios hoy día. Por eso, creo que no veremos caídas en cascada de las Bolsas como hace 15 años, pero sí ajustes temporales en los precios (la Bolsa es volátil y eso no lo va a cambiar ni las Big Tech).

Por todo lo aquí explicado, para evitar disgustos de todo tipo (de caídas y de perderse alzas – FOMO -), y sin prisa y diversificando, la exposición a IA en una cartera de inversión sigue siendo obligada en estos momentos. No olvidemos que el reto para los inversores no es creer en el futuro, sino recordar que éste puede estar sobrevalorado en el corto plazo y dejar que el tiempo acabe reconociendo las buenas inversiones. Invirtiendo, no especulando.

*Guillermo Santos Aramburo, socio de iCapital AF AV

Son probablemente los devastadores efectos para todo tipo de inversores, inversiones y economías de los países del estallido de la burbuja denominada dot com (punto com) a principios de los 2000, los que provocan que la fiebre que nos rodea, a particulares y empresas, por la IA sea objeto de tan amplia controversia. Intentaré ordenar y simplificar las distintas visiones basadas en opiniones de analistas, gestoras de fondos de inversión internacionales e, inevitablemente, mi propio criterio.

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