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Problemón habemus: la estrategia del BCE es ineficaz en España
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Alberto Artero

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Problemón habemus: la estrategia del BCE es ineficaz en España

A primera vista se trataba de uno de esos documentos tan poco apetecibles que pululan recurrentemente por el correo electrónico de un servidor. La mayoría de

A primera vista se trataba de uno de esos documentos tan poco apetecibles que pululan recurrentemente por el correo electrónico de un servidor. La mayoría de ellos son ‘archivados’ de manera inmisericorde por la vía rápida. Pero este, quién sabe por qué, se salvó de la quema. Gracias a Dios.

"Household aggregate wealth in the main OCDE countries from 1980 to 2011: what do the data tell us?" es su rimbombante nombre y analiza la evolución de la riqueza del sector privado a lo largo de esas dos décadas, con especial atención a la puramente financiera, en naciones como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, España, Reino Unido y Japón.

¿Su impulsor? El mismísimo Banco de Italia.

Vamos primero con las cosas que llaman la atención a lo largo de sus 37 páginas:

  1. De estos ochos estados, España es en el que los activos financieros en manos de particulares y empresas pesan menos en términos de PIB nacional. Igualmente, nuestro país se encuentra en la cola del grupo por lo que a la riqueza financiera per cápita se refiere. Esta supone poco más de la mitad que el siguiente de la lista, Alemania (51.208 dólares vs. 80.240). Cuadros 1 de la página 7 y 3 de la 9.
  2. Buena parte de los ahorros de los españoles permanecían en cuentas corrientes y depósitos a finales de 2011 (50,3% del total). La inversión agregada en acciones cotizadas y fondos de inversión apenas suponía el 12,5% del total. Entre otras razones destacan uno, el amplio sistema de protección pública que limita el desarrollo de los fondos privados de pensiones o productos equivalentes, así como la cultura de vivienda en propiedad. Tabla 3 de la página 16 y el alucinante cuadro 11 de la página 28.
  3. Consecuencia de ello es que la correlación entre el comportamiento de los mercados bursátiles y la evolución de la riqueza financiera del sector privado es la segunda menor de la comparativa, situándose en apenas un 60% frente al 80% de Francia, el 85% de Alemania, el 88% de Italia o el 90% del Reino Unido. Tabla 1 de la página 11.
  4. Por último, el alto nivel de endeudamiento de particulares y empresas provoca que la riqueza financiera neta de nuestro país, activos menos deudas, sea la menor del espectro, a años luz del siguiente. Cuadro 10, página 26.

Bien, ¿a cuento de qué viene todo este rollo? Enseguida lo van a entender. Toda la estrategia de represión financiera de los bancos centrales, mantenimiento de tipos artificialmente bajos, gira alrededor de una doble intención:

- por una parte, facilitar el proceso de desapalancamiento no traumático de la economía, algo de lo que efectivamente se benefician los altamente endeudados españolitos que ven la tele, les guarde Dios;

- por otra, crear una inflación de activos que se traduzca en mayor riqueza de los ciudadanos y, por ende, en más demanda y mayor inflación de bienes y servicios, consiguiendo de este modo con la subida de precios rebajar el importe real de lo debido.

Esta estrategia es tanto más efectiva en términos financieros cuanto mayor es la exposición de los ciudadanos a los mercados de renta variable, algo que, como acabamos de ver, no ocurre en España. De ahí que la acción del BCE sea más ineficaz sobre nuestros bolsillos que sobre el de otros ciudadanos europeos –algo a lo que afecta también la precaria composición del principal índice nacional, trufado de valores regulados-.

Punto y seguido.

Pero ocurre que Juan Español es el rey del ladrillo y que, por tanto, lo que más le puede interesar es el efecto de la actividad del supervisor sobre el valor de sus inmuebles. Pues bien, en este caso lo que sucede es que, fruto de ese exceso de crédito al que acabamos de hacer referencia y de las nuevas exigencias de capital de la banca, el dinero en España no circula y, por tanto, en la medida en que no hay fondos para el comprador, ni hay transacciones inmobiliarias ni se genera riqueza para el rey de reyes, señor de los contribuyentes por esa vía.

Total que, al final, ponemos nuestros ojos en Draghi como si pudiera sacar una varita mágica que resolviera nuestras cuitas. Pero las matemáticas no engañan. En el plano del sector privado, su acción es y va a ser irrelevante por un tiempo sustancial, el que tarde el sistema bancario en sanearse y ajustar activo y pasivo. Mientras, el famoso "whatever it takes" permitirá al Estado financiarse más barato y seguir acumulando deuda sobre más deuda mientras el cuerpo aguante. Y cuando este reviente, ¿sabe quién va a pagar el pato?

Pues eso.

A primera vista se trataba de uno de esos documentos tan poco apetecibles que pululan recurrentemente por el correo electrónico de un servidor. La mayoría de ellos son ‘archivados’ de manera inmisericorde por la vía rápida. Pero este, quién sabe por qué, se salvó de la quema. Gracias a Dios.