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Amazon, la plaga que arrasará el planeta
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Alberto Artero

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Amazon, la plaga que arrasará el planeta

Amazon está dispuesta a romper con la aproximación apriorística que muchos habíamos hecho del negocio transaccional online.Siendo Internet un paradigma, estado avanzado de la sociedad que

Amazon está dispuesta a romper con la aproximación apriorística que muchos habíamos hecho del negocio transaccional online.

Siendo internet un paradigma, estado avanzado de la sociedad que le lleva a no reconocerse en el inmediatamente anterior (cierren los ojos y traten de imaginar su vida sin la red; ¿complicado, eh?); pudiendo anticiparse que, como sucedió con la rueda, el fuego o la imprenta, dada la revolución que implica, terminará por imponerse; existiendo ya un vencedor en la fase inicial de comunicación/información, Google, y otro en la etapa de relación/conversación, Facebook, todo hacía pensar que, al llegar la transacción, la segmentación de demanda y oferta fragmentaría el liderazgo entre múltiples actores, tantos como industrias o servicios hubiera: seguros, viajes, libros o gadgets, por citar sólo unos ejemplos.

La compañía fundada por Jeff Bezos se ha empeñado en que no sea así. Y los efectos de esta estrategia empiezan a remover los cimientos de la industria de la distribución.

En efecto, la firma estadounidense ha ido ampliando de manera progresiva su cartera de productos, no sólo a nivel horizontal, más referencias, sino también vertical: del ítem sin valor añadido fácilmente comparable al más sofisticado gracias a la información de primera mano que, con sus búsquedas y adquisiciones, le suministran sus usuarios. Paralelamente, ha trabajado la fidelidad de los clientes a través de conceptos como mejor precio, al poder prescindir de los costes asociados a la venta en calle, razonable fiabilidad en el envío, incluso en circunstancias climáticas adversas, o facilidad de pago, rematado a golpe de un solo click. Un requisito imprescindible para asegurar la escalabilidad del negocio e iniciar la conquista de nuevos horizontes comerciales. En ello está.

Los primeros damnificados no se han hecho esperar, especialmente en sus mercados de mayor implantación. No en vano, desde Walmart, pasando por Best Buy, Sears o Family Dollar Stores han publicado ventas navideñas por debajo de lo esperado en USA. Y, de hecho, muchos de estos distribuidores ‘tradicionales’ han aprovechado la publicación de sus resultados para anunciar cierres masivos de tiendas. Alguna consultora se atreve ya a pronosticar que el espacio comercial en Estados Unidos se contraerá entre un 30% y un 50% en la próxima década, una previsión que se antoja aventurada pero, miremos atrás 10 años y veamos lo que ha pasado con nuestras vidas desde entonces. Ojito. Por si quedara alguna duda, este gráfico sobre evolución de espacio comercial y visitantes es muuuyyy revelador.

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¿Quién se beneficiará de este proceso? Se me ocurre alguien muy bien posicionado.

Alguno podrá afirmar que todo esto nos es más que una venada de McCoy. Más después del desplome que la propia Amazon sufrió la semana pasada a cuenta de sus propias cifras del cuarto trimestre, decepcionantes en términos de crecimiento intertrimestral e interanual (eso sí, +22% yoy vs. +2,2% de Walmart y +18% del conjunto del sector de comercio electrónico). Sin embargo podría justificarse desde su elevada penetración en el consumo diario de muchos ciudadanos, lo que necesariamente ha conducido a una desestacionalización de su facturación. El 50% de sus compradores recurrentes disfrutan del servicio Prime que, por $79 al año, les asegura el envío gratuito de sus pedidos en 48 horas. Una oferta en la que pierde dinero hoy a cambio de lealtad mañana. En la medida en que más y más clientes pasan de ocasionales a permanentes, la dependencia del rush de final de año en las cuentas de la empresa, hoy un tercio del total, menguará (WSJ-Heard on the Street, "Amazon: It’s not just for Christmas", 31-01-2014).

Todo lo que rodea Amazon es un poco locura. Siendo como es una de las cotizadas que menor información suministra a los inversores (NYT, "All quiet on the Amazon front", 31-01-2014) estos la valoran casi en 200.000 millones de dólares. Sus múltiplos son estratosféricos, especialmente en términos de beneficio tanto operativo como neto. Algo que sólo se podría justificar –por más que su fundador defienda que se encuentra en fase de reinversión de todo lo ganado– si se descontara una futura posición dominante a nivel mundial similar a la que disfrutan los vencedores de las primeras fases de internet. De momento, Bezos ya tiene el Washington Post para controlar los poderosos lobbies locales, movimiento clave. Cañón Berta apuntando a la Cámara de Representantes.

Su visión es clara. Veremos si finalmente acertada. El que tenga oídos para oír…

Amazon está dispuesta a romper con la aproximación apriorística que muchos habíamos hecho del negocio transaccional online.

Jeff Bezos