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La 'Alianza de los Cinco Ojos', China y un virus
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de China, pertenece al llamado cuerpo diplomático de los "guerreros lobo"
Si no fuera por el sufrimiento y la parte macabra que conlleva el devenir histórico contemporáneo, lo que estamos viviendo, por su rapidez y letalidad, es lo más parecido a un 'bestseller' aunque no se haya escrito. Al menos, todavía. Para Antonio, mi agente, la realidad supera la ficción más que nunca hasta el punto de dejarla tiesa, seca y aburrida. La última vez que hablamos, me entró tal paranoia que empecé a pensar que me habían envenenado el copazo que me estaba metiendo y, por pura sugestión, veía flotar esas frutitas odiosas que le añaden a la ginebra como si estuviera delante de un videojuego. El mundo es hoy una sopa minestrone etílica y eterna. Y es que hemos llegado a un 'algo' indefinido por el que ya no hace falta hablar de 2050 o invasiones extraterrestres, porque, hoy, los platillos volantes son de tienda de antigüedades y hablar de E.T. y su dedo largo es como analizar los bisontes de las cuevas de Altamira. Hay tensión hasta en la sección de congelados del supermercado. Y esa mano que le está dando vueltas al globo terráqueo, a toda velocidad, nos tiene a todos inmersos en un gran mareo, con sobredosis de informaciones e intrigas hasta debajo de las piedras.
Lo llaman la segunda guerra fría. No acabo de tener clara la temperatura, pero el adjetivo se ajusta como un guante a nuestra realidad mundial. Este jueves, cada uno ocupa su tiempo como puede, estuve viendo la rueda de prensa de Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de China. Con experiencia gestora en Washington, pertenece al llamado cuerpo diplomático de los "guerreros lobo", término que se ha hecho popular en la manera de relacionarse con el resto de responsables internacionales. Y es que la política exterior del secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, a cara de perro con el resto del mundo, ha convertido su estilo en una manera de proceder entre todo su gobierno, sin medias tintas (uy, lo del pelo de Giuliani) y haciendo de cada intervención pública un saludo militar al mundo entero.
A la pregunta de uno de los periodistas presentes sobre la declaración conjunta de los ministros de exteriores de Australia, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Nueva Zelanda sobre la expulsión reciente de miembros del parlamento de Hong Kong, Lijian respondió sin que se le moviera un pelo lo siguiente: "Te refieres a la 'Alianza de los Cinco Ojos', ¿verdad?" (el periodista asintió con la cabeza). "Los chinos no provocamos problemas, pero tampoco sentimos miedo cuando estos se nos presentan. Ya sean cinco ojos o incluso diez, si ellos se atreven a perjudicar la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China, ¡espero que tengan cuidado, no vaya a ser que les pinchen en los ojos! Esos países han violado flagrantemente el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales, y han hecho comentarios irresponsables e imprudentes sobre los asuntos relacionados con Hong Kong, que son asuntos internos de China. Expresamos nuestro fuerte descontento y nuestra firme oposición a esto".
Por si a alguien le quedaba media duda de lo que el miembro del ejecutivo chino quería decir, recurrió a la sabiduría popular, la de toda la vida: "Hay un dicho en inglés que dice: 'La prueba de que el pudín existe está en comérselo'. En China, también hay un refrán similar: "Solo sabrás si unos zapatos te vienen bien después de ponértelos. Bien, pues los países relevantes deben reconocer la realidad de cualquier intento de presionarnos y de socavar nuestra soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, está destinado al fracaso".
En ese momento, y desde el atril, dejó de verse su perfecto traje sastre entallado, y se transformó en un samurái y en posición de "grulla". Impactante escena en la que se habla demasiado poco de la labor de los corresponsales en países en los que comerse un murciélago, o pasear por un mercado, pone a rodar las cabezas de media humanidad. Que les respondan eso públicamente y, además, salgan de esa rueda de prensa, escriban su crónica y pidan comida a domicilio... eso es valor y coraje, y no las pelis de espías.
Esta 'Alianza de Los Cinco Ojos', que muchos ponen en mayúsculas y que otros tantos pusieron de moda, es el escudo de Occidente en esta gran guerra con demasiadas obviedades difíciles de digerir. Por eso, silbamos mirando hacia otro lado. Porque el próximo año BionTech (Pfizer) y Moderna nos habrán convertido en vacunas andantes para este covid y las siguientes actualizaciones que veremos de este 'software' que se ha instalado y ha llegado para quedarse. Otros intentarán de manera más conservadora la inversión en dosis y viales contra esta cepa.
Y, en medio, las declaraciones cruzadas como misiles: esta semana el gobierno chino anunciaba (sin dar detalles ni pruebas para variar) que están utilizando un nuevo estudio sobre la propagación temprana y oculta del coronavirus en Italia que pone en duda la suposición, firmemente arraigada, de que la nación asiática fue el lugar de nacimiento de la pandemia. Los funcionarios de Beijing ahora dicen que todo empezó en España (impulsado por el ejército estadounidense) y llegó a Wuhan en octubre del año pasado, durante los Juegos Mundiales Militares. El portavoz, Zhao Lijian aseguró que todo es "un proceso en desarrollo que puede involucrar a varios países y que es un asunto científico complejo".
Esta complejidad que menciona el portavoz asiático es tan sofisticada que ha desterrado e inutilizado los carros de combate más modernos y ha replegado toda la artillería de guerra convencional, para sustituirla por una comercial, financiera y bursátil que, en una apariencia de pasos errantes y ensayos clínicos, está revolucionando el mundo. Este sopapo supranacional que estamos sufriendo está sacando a la luz lo mejor del fascinante capital científico, lo peor del político y el sueño idílico de los fondos de inversión.
Estamos metidos en el mejor capítulo de la historia moderna donde el 5G, cinco ojos y cinco laboratorios, están intentando a la desesperada remontar alianzas multilaterales que nos saquen de este tremendo lío invisible. Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos tuvo su momento estelar este jueves en el que, rodeado de militares, médicos y científicos, escenificó de qué van a ir los próximos años de la vida moderna. Nada nuevo, pero hoy se ve menos borroso que nunca. Lleva años incubándose en silencio, pero el estornudo de China nos va a poner firmes y con agujas en los ojos. Hasta aquí, la realidad. De novelas, les hablo otro día.
Si no fuera por el sufrimiento y la parte macabra que conlleva el devenir histórico contemporáneo, lo que estamos viviendo, por su rapidez y letalidad, es lo más parecido a un 'bestseller' aunque no se haya escrito. Al menos, todavía. Para Antonio, mi agente, la realidad supera la ficción más que nunca hasta el punto de dejarla tiesa, seca y aburrida. La última vez que hablamos, me entró tal paranoia que empecé a pensar que me habían envenenado el copazo que me estaba metiendo y, por pura sugestión, veía flotar esas frutitas odiosas que le añaden a la ginebra como si estuviera delante de un videojuego. El mundo es hoy una sopa minestrone etílica y eterna. Y es que hemos llegado a un 'algo' indefinido por el que ya no hace falta hablar de 2050 o invasiones extraterrestres, porque, hoy, los platillos volantes son de tienda de antigüedades y hablar de E.T. y su dedo largo es como analizar los bisontes de las cuevas de Altamira. Hay tensión hasta en la sección de congelados del supermercado. Y esa mano que le está dando vueltas al globo terráqueo, a toda velocidad, nos tiene a todos inmersos en un gran mareo, con sobredosis de informaciones e intrigas hasta debajo de las piedras.