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¿Cómo enfrentarse al ISIS? Lecciones de la guerra contra Al Qaeda

En general, cuando EEUU opta por operaciones de inteligencia, fuerzas especiales y justicia, ha funcionado, mientras que enviar tropas a países musulmanes ha producido más radicalización

Foto: Los nombres de las víctimas del 11-S en el Memorial a cielo abierto en Nueva Jersey, septiembre de 2015. (Reuters)
Los nombres de las víctimas del 11-S en el Memorial a cielo abierto en Nueva Jersey, septiembre de 2015. (Reuters)

Henry Kissinger destaca que en su vida adulta, los Estados Unidos han luchado en cinco grandes guerras, y que cada una comenzó con gran entusiasmo y apoyo popular. Pero en todas, los americanos pronto empezaron a preguntar: “¿Cuándo podemos retirarnos?”. En tres de esos conflictos, dice, los EEUU retiraron sus fuerzas unilateralmente. Hoy estamos viendo un entusiasmo similarmente poderoso, y comprensible, hacia una amplia guerra contra el Estado Islámico. Intentemos estar seguros de que entendemos lo que implicaría no solo empezarla, sino también terminarla.

Un lugar para extraer algunas lecciones podría ser una estrategia que ha sido relativamente exitosa, la guerra contra Al Qaeda. Tal y como Peter Bergen apuntó en 2012, un año después de la muerte de Osama Bin Laden, el liderazgo del grupo ha sido destruido, sus recursos han desaparecidoy su apoyo entre el público árabe se ha desplomado. No ha sido capaz de lanzar un ataque en territorio occidental desde los atentados de Londres, hace una década.

El panorama no siempre fue ese. Tras el 11-S, funcionarios y expertos hablaban de Al Qaeda con la conmoción y el miedo que ahora reservan para el Estado Islámico. Una vez que los EEUU y sus aliados empezaron a combatir al grupo, este inspiró o dirigió varios ataques por todo el planeta, incluyendo los más sangrientos en Occidente desde el 11-S, los atentadosde Madrid, que mataron a 191 personas. Pero estos atentados no significabanque Al Qaeda estuviese 'ganando'la guerra del terrorismo, como tampoco los atentados de París de la semana pasada significan que el Estado Islámico esté ganando ahora. De hecho, es posible que a medida que pierdaterritorio sobre el terreno, recurra al terror en el extranjero.

¿Qué explica el éxito contra Al Qaeda? Muchos expertos apuntan a las operaciones antiterroristas de carácter genuinamente global, especialmente la inteligencia compartida. Otros destacan el hecho de que el grupo trató de irmás allá de sus capacidades en Irak.

En uno de los mejores libros sobre el tema, 'Hunting in the Shadows'(Cazando en las sombras), Seth Jones concluye que cuando los EEUU han adoptado una 'estrategia de huella ligera' -operaciones especiales, inteligencia clandestina y aplicación de la justicia- ha funcionado. Cuando los EEUU y sus aliados han enviado tropas a países musulmanes, indica, “Al Qaeda se ha beneficiado a través de una mayor radicalización y reclutas adicionales”. Es por eso por lo que, desde el principio, el Estado Islámico ha intentado tentar a países occidentales para que envíen tropas a Siria.

Sin aliados en Siria

Derrotar al grupo militarmente no sería difícil. Pero para mantenerlo derrotado, alguien tendría que gobernar su territorio o de lo contrario aquel, o una variante, simplemente reaparecería. El Estado Islámico extrae su apoyo de los suníes en Irak y Siria que se sienten perseguidos por los gobiernos no suníes en ambos países. Además, el grupo ha creado un Estado funcional que proporciona alguna medida de estabilidad para una población que ha sido machacada durante la última década.

En ese sentido, el Estado Islámico se parece más a los talibanes que a Al Qaeda, que era una banda de extranjeros alojada en Afganistán como huéspedes de los talibanes. Pero los propios talibanes son un grupo local, con apoyo de la comunidad pashtun de Afganistán y Pakistán. Esto explica por qué los EEUU no los han derrotado, tras 14 años de guerra y el envío a la zona de decenas de miles de soldados americanos, y ahora muchas más tropas afganas. Tengan en mente que en Afganistán, los EEUU tienen un aliado local decente que goza de considerable legitimidad. En Siria no tienen ninguno. Los kurdos son aliados cruciales, y deberían volverse aún más importantes en los próximos meses. Sin embargo, como minoría étnica, no pueden gobernar tierras árabes.

Los políticos hacen un llamamiento a América para crear un ejército de sirios moderados. Es un esfuerzo que merece la pena. Pero históricamente, cuando los extranjeros han ayudado a promover fuerzas locales, esas fuerzas habitualmente han carecido de legitimidad y capacidad para permanecer en el poder: piensen en los cubanos que desembarcaron en Bahía de Cochinos, en el régimen survietnamitao en los exiliados iraquíes favorecidos por Washington. Este problema esencial -la falta de un aliado local creíble- convierte las operaciones terrestres en Siria en más difíciles que en Irak, Afganistán o Vietnam.

Esto no es para sugerir desesperación sino para solicitar “paciencia estratégica”, como dice correctamente el presidente Obama. El Estado Islámico no es ni de lejos tan fuerte como sugiere la histeria del momento. Está rodeado de adversarios letales. Muchos grupos están luchando contra él, de la Arabia Saudí suní al Irán chií, de los EEUU a la Rusia de Vladimir Putin, de la vecina Jordania a la lejana Francia. Su territorio se está reduciendo, y su mensaje es ampliamente impopular para la mayoría en su supuesto 'Califato': solo hay que ver los cientos de miles de refugiados sirios que huyen de su barbarismo.

El antiterrorismo, la inteligencia, los ataques aéreos, los drones y las operaciones especiales son terrenos donde Occidente lleva ventaja: tiene el dinero, la tecnología, el conocimiento y la cooperación internacional. Y puede golpear lejos de casa durante meses, incluso años. Si en su lugar, dejándose llevar por el pánico al terrorismo, fuésemos a enviar soldados americanos a los desiertos de Siria, entraríamos en el único campo donde el Estado Islámico tiene la ventaja decisiva. Y tras unos pocos años inconclusivos, la gente empezaría a preguntar: “¿Cuando podemos retirarnos?”.

Henry Kissinger destaca que en su vida adulta, los Estados Unidos han luchado en cinco grandes guerras, y que cada una comenzó con gran entusiasmo y apoyo popular. Pero en todas, los americanos pronto empezaron a preguntar: “¿Cuándo podemos retirarnos?”. En tres de esos conflictos, dice, los EEUU retiraron sus fuerzas unilateralmente. Hoy estamos viendo un entusiasmo similarmente poderoso, y comprensible, hacia una amplia guerra contra el Estado Islámico. Intentemos estar seguros de que entendemos lo que implicaría no solo empezarla, sino también terminarla.

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