10 días. La inflación: clave principal de las elecciones

Todas las elecciones que se han celebrado en Occidente a lo largo de este 2024 han venido muy condicionadas por la inflación. En casi todos los recuentos, las opciones menos sistémicas, fundamentalmente las más escoradas hacia la extrema derecha, han logrado buenos resultados, situando a la capacidad de compra como eje central de la competición electoral.

Naturalmente, Estados Unidos no es una excepción. La inflación es el primer problema del país (39%) y también el problema que más afecta personalmente a los ciudadanos (46%).

El siguiente gráfico no debería ser muy distinto al que se vivió en Francia hace unos meses, cuando la extrema derecha obtuvo su primera victoria en las urnas legislativas.

Dentro de la población estadounidense, tanto el análisis de la situación de la inflación como la formulación de las expectativas están mayoritariamente teñidos por el pesimismo: dos de cada tres norteamericanos la califican como "pegajosa", es decir, como incrustada, y consideran que será duradera.

Podría decirse que ese juicio está muy condicionado por la orientación partidaria del electorado. La valoración de los republicanos es mucho más dura que la de los demócratas, ya que el 82% de los seguidores de Trump consideran que la inflación está incrustada y será duradera frente al 49% de los de Harris. Pero conviene subrayar ese último dato: casi la mitad de los votantes de Kamala considera que la subida de los precios continuará y que no está bajo control.

¿Qué candidato les parece más idóneo a los estadounidenses para afrontar el primer problema del país, el que más afecta personalmente a los ciudadanos? La distancia no es abismal, pero tampoco es pequeña, sobre todo, porque la presidencia se dirimirá dentro de márgenes muy estrechos.