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El primer coche de 13 millones de chinos (al año)
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Ángel Villarino

Historias de Asia

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El primer coche de 13 millones de chinos (al año)

Dong y su esposa llevan más de una hora dentro de un auto Chery Faira, de fabricación china. Prueban el volante, tocan las marchas, palpan el

Foto: El primer coche de 13 millones de chinos (al año)
El primer coche de 13 millones de chinos (al año)

Dong y su esposa llevan más de una hora dentro de un auto Chery Faira, de fabricación china. Prueban el volante, tocan las marchas, palpan el cuadro de mandos, se estiran en los asientos y apabullan al vendedor con miles de preguntas.

“Se trata de su primer coche y quieren saberlo todo. Es normal porque es una decisión importante y llevan mucho tiempo esperando éste momento”, comenta pacientemente el propietario del negocio.

Estamos en el Asia Village Car Market, un inabarcable recinto situado en la periferia de Pekín que recibe 3 mil clientes cada día. En torno al 90 por ciento nunca habían conducido un coche propio antes. Muchos proceden de zonas rurales donde hace 20 años ni siquiera había carreteras.

Como la de Dong, millones de familias de la naciente clase media china le acaban de arrebatar a Estados Unidos un primer puesto que ha durado más de un siglo.

Y es que desde que Henry Ford comercializó el Ford T en 1908, el de los EEUU ha sido ininterrumpidamente el mayor mercado automovilístico del planeta… hasta el año pasado. En 2009 China adelantó a la primera potencia mundial, al alcanzar unas ventas de más de 13,5 millones de unidades, mientras las matriculaciones en EEUU cayeron a su nivel más bajo en 27 años (10,4 millones de unidades)

Algunos expertos matizan explicando China incluye los camiones en sus estadísticas, algo que EEUU no hace.

“En cualquier caso China se consolida como el primer mercado del mundo y la distancia aumentará con el tiempo. Es una cuestión de población, de números”, nos dice Wang Xiaoguang, analista de mercados del Instituto de Desarrollo y Reformas de Beijing (IDRF).

En 2008, China presentaba una media de 8,8 autos por cada 100 familias, una cifra que aumentará casi un punto y medio este año.

“Las previsiones muestran que en diez años habrá 50 o 60 autos por cada 100 familias. No es una progresión tan espectacular si tenemos en cuenta que Japón la hizo en 11 años y EU en 13”, dice Xiaoguang.

Millones de chinos esperan pacientemente su turno, convencidos de que antes o después podrán conducir un coche de su propiedad por la red de carreteras y autopistas que ha levantado el Gobierno en los últimos 30 años.

En el Asia Village Car Market muchas familias y grupos de amigos deambulan haciendo preguntas, sin intención de comprar.

“Venimos a mirar. De este modo, cuando podamos permitírnoslo ya sabremos qué auto elegir”, explica un joven que se identifica como empleado de banca.

Coches propios

La siguiente asignatura para China es producir sus propios automóviles. Aunque cada vez hay más marcas locales, en torno a un 80 por ciento de los coches que se vendieron en China en 2008 fueron fabricados con capital extranjero.

“El capital nacional debería alcanzar un 50 por ciento en los próximos años. El problema es que tenemos muchas marcas pero todas pequeñas. En el futuro, al menos 3 de las grandes compañías automovilísticas deberían ser chinas”, vaticina Xiaoguang.

Aunque empresas automovilísticas de capital chino como Geely o Chery ganan anualmente cuotas de mercado e incluso han empezado a exportar a otros países emergentes, todavía están muy lejos de sus competidoras internacionales.

“La industria china no es una amenaza para nadie por ahora. Todavía falta mucho para competir con las grandes marcas internacionales en condiciones de igualdad”, consideró el analista, manteniendo el perfil bajo que suele utilizar China en su discurso oficial para no despertar recelos en el extranjero.

Los batalla comercial, en realidad, se libra en lugares como el Asia Village Car Market, donde los consumidores del mayor mercado automovilístico mundial deciden diariamente si prefieren confiar en una marca china u optar por una marca.

“Yo ya lo tengo decidido y voy a comprar Geely porque es una marca china y se parece más a mis gustos”, reivindica un hombre de 55 años, que acudió al mercado de carros desde una zona rural.

“Cada vez más gente prefiere comprar coches chinos, pero casi nunca se trata de nacionalismo. De lo contrario no podría explicarse que el 35 por ciento de los carros que se venden en el país procedan de Japón (país con el que China mantiene una tradicional rivalidad). En realidad la gente prefiere comprar coches chinos porque son más baratos y tienen una calidad aceptable. ”, anota el profesor Xiaoguang.

Según este analista, las clases altas y medio-altas siguen prefiriendo autos extranjeros, mientras que las clases medias y medias-bajas compran autos chinos.  "Esa es la tendencia que se va marcando, sobre todo en tiempos de crisis. Si te fijas todos los altos funcionarios y directivos conducen autos alemanes”, concluye el experto.

Coches con características chinas

Wan compara los gustos de los automovilistas chinos con la gastronomía nacional. “Igual que al elegir la comida, a los chinos nos gustan los carros baratos, saludables (hacia el Medioambiente) y válidos para todos los gustos”.

Se trata de una reflexión que no atañe al país asiático, sino también al resto del mundo. Porque, a medida que China gana importancia en el mercado global, los fabricantes de automóviles están cada vez más atentos a sus gustos.

“Es positivo que aportemos nuestra cultura milenaria en la fabricación de coches. El producto está muy desarrollado ya, de modo que la impronta china se irá introduciendo lentamente”, abunda Xiaoguang.

La principales diferencias entre los gustos chinos y los norteamericanos son el tamaño y el consumo. Con la gasolina más cara, circulando por peores carreteras, viviendo en ciudades superpobladas y con una renta media muy inferior, pocos chinos compran automóviles del tamaño a los que circulan por las autopistas de EEUU.

"Los coches que nos gustan a los chinos se parecen más a los europeos y a los japoneses que a los norteamericanos", dijo Xiaoguang.

Más allá del tamaño, los estudios de mercado demuestran que hay una triple tendencia en los gustos de los consumidores chinos. Para empezar, cada vez más gente busca autos baratos pero al mismo tiempo respetuosos con la naturaleza, como por ejemplo los coches eléctricos, una industria puntera en China.

Cada vez más gente, sobre todo jóvenes, se fijan en el aspecto exterior y el diseño de los automóviles, algo que hasta hace poco apenas tenía importancia en China. Finalmente, el coche se ha convertido en el indicador de estatus social por excelencia, por encima de otros tradicionales “medidores” en China, como la vivienda o la educación.

Dong y su esposa llevan más de una hora dentro de un auto Chery Faira, de fabricación china. Prueban el volante, tocan las marchas, palpan el cuadro de mandos, se estiran en los asientos y apabullan al vendedor con miles de preguntas.