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Los 'fish and chips' británicos, ¿un 'takeaway' en peligro de extinción?
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Celia Maza

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Los 'fish and chips' británicos, ¿un 'takeaway' en peligro de extinción?

Turnham Green Terrace es una calle situada en el corazón de Chiswick, un barrio al suroeste de Londres, bastante british (e incluso posh) plagado de tiendas

Foto: Cartel de un establecimiento de Fish and Chips (Reuters)
Cartel de un establecimiento de Fish and Chips (Reuters)

Turnham Green Terrace es una calle situada en el corazón de Chiswick, un barrio al suroeste de Londres, bastante british (e incluso posh) plagado de tiendas y restaurantes. Como cualquier otra calle de la capital británica está monopolizada por los llamados takeaway, es decir, comida rápida para llevar. En apenas escasos metros confluyen un chino, un kebab y un fish and chips. El pescado con patatas envuelto en cucurucho de papel es algo tan simbólico para el país como el Big Ben. Sin embargo, si un británico del vecindario tuviera que apostar su dinero al establecimiento que dentro de diez años va seguir con las puertas abiertas… ¿se dejaría llevar por el sentimiento patriótico o se guiaría por las cifras de mercado?

La combinación tradicional -introducida en el Reino Unido por los inmigrantes, probablemente portugueses y españoles, en el siglo XVII- ha sido votada esta semana en una encuesta a nivel nacional como "la mejor experiencia”, en términos culinarios. Pero la nostalgia romántica parece no tiene reflejo en la realidad, porque en las últimas décadas las hamburgueserías, kebabs, chinos, indios y estableciomientos de pollofritoson ahora los protagonistas.

¿Qué está pasando con el que es uno los emblemas de la nación? ¿Su decadencia refleja el cambio que la sociedad británica ha experimentado? ¿Los musulmanes y los chinos han impuesto su menú en la calle?

En la actualidad hay 11.000 establecimientos dedicados al negocio en comparación con los 35.000 que se pudieron disfrutar en la década de 1930. Y sí, el número sigue siendo superior a los 840 Kentucky Fried Chicken (KFC), 1.200 McDonald´s y 7.500 chinos. Pero las porciones vendidas anualmentedan ventaja a la competencia. Mientras los fish and chips venden 382 millones de porciones al año, las hamburgueserías venden 750 millones y los indios y chinos alrededor de 569 millones.

Ración de pescado frito con patatas (Reuters)Desde la Federación nacional de pescado frito (NFFF), el organismo que regula el sector, niegan que la industria esté en crisis. “Al contrario”, asegura un portavoz a El Confidencial. “Tenemos gran demanda de estudiantes para formarse en nuestra base de Leeds, lo que refleja la popularidad, tanto para el consumidor,como para el comerciante, y los medios de comunicación nos citan como una de las comidas favoritas a nivel nacional, como lo hemos sido durante los últimos 150 años”, recalca.

Según la NFFF, el gasto anual dedicado al Fish and Chips en el Reino Unido es de 1.200 millones de libras. El 80%del público visita los establecimientos al menos un vez al año, el 22% lo hacen cada semana y el 56%lo compra para consumir en el hogar a modo de comida familiar.

Pero, ¿y las porciones vendidas por la competencia? “Nos limitamos a hablar del número de establecimientos”, señalan. “Antes de la SegundaGuerra Mundial,había aproximadamente35.000 porque, dado queerael únicoalimento que no sesometía a racionamiento, se convirtió en la gran estrella.A medida que aumentabala competencia, los restaurantes comenzaron a disminuir, pero el amordel público porel platono havacilado.Contamos con más de un siglo de historia, ¿cuántospueden presumir de lo mismo”, subraya el portavoz.

Los kebabs -con 17.000 restaurantes- son los únicos que superan en número a los 'fish and chips' y es una de las comidas favoritas para la comunidad musulmana

En este sentido, los kebabs-con 17.000 restaurantes- son los únicos que superan en número a los fish and chips. Hoy en día, el que fue manjar de los reyes de Persia, no sólo se consume casi a diario en cada hogar iraní, sino que, además, se ha convertido en la comida rápida número uno en ventas deIrán y es una de las favoritas para la comunidad musulmana.

El hecho de que el número de establecimientos se haya multiplicado en suelo británico en los últimos años revela cómo ha cambiado la sociedad. Según el último censo de 2011 realizado en el Reino Unido, el número de cristianos ha disminuido con respecto a 2001 un 50% más rápido de lo esperado, mientras que uno de cada diez menores de 25 años se considera musulmán.

Losseguidores de Aláya no son sólo aquellos que vienen de fuera. Los nacidos en el país yeducados en sus colegiosmuchos se convierten también al Islam. El número de musulmanes en Inglaterra y Gales aumentó en un 75%-cifra impulsada por casi 600.000 extranjeros nacidos de la fe islámica-. El 37,4%de la población musulmana de Inglaterra y Gales vive en Londres. El 12,4%de las personas que viven en la capital son seguidores del Islam. La población musulmana en la ciudad del Támesis ha aumentado en la última década un 67%, en comparación con el incremento del 15% registrado en la población londinense en su totalidad.

En Chiswick, más que al cambio cultural, atribuyen el éxito de la competencia al precio. Ahora el pescado está mucho más caro que antes

Con respecto a la comunidad china, otra de las mayores competencias en los takeaway, se ha pasado de 64.000 personas en 2004 a las 106.000 en 2012. En el mismo periodo de tiempo, la población india ha crecidode 502.000 a 729.000.

Turnham Green Terrace es una calle situada en el corazón de Chiswick, un barrio al suroeste de Londres, bastante british (e incluso posh) plagado de tiendas y restaurantes. Como cualquier otra calle de la capital británica está monopolizada por los llamados takeaway, es decir, comida rápida para llevar. En apenas escasos metros confluyen un chino, un kebab y un fish and chips. El pescado con patatas envuelto en cucurucho de papel es algo tan simbólico para el país como el Big Ben. Sin embargo, si un británico del vecindario tuviera que apostar su dinero al establecimiento que dentro de diez años va seguir con las puertas abiertas… ¿se dejaría llevar por el sentimiento patriótico o se guiaría por las cifras de mercado?

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