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Llegó un cantante y se fue un mito: de cómo Raphael enseñó español a los soviéticos
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Llegó un cantante y se fue un mito: de cómo Raphael enseñó español a los soviéticos

El artista jienense se hizo famoso en la URSS con la película 'Digan lo que digan' de 1970, dando origen a un fenómeno que, casi medio siglo después, aún no se ha apagado

Foto: Raphael frente a la iconografía soviética (Montaje: E. Villarino)
Raphael frente a la iconografía soviética (Montaje: E. Villarino)

El estilo sobreactuado de aquel joven aniñado de voz potente rasgó la cortina y causó convulsión en la URSS. La película 'Digan lo que Digan' (Mario Camus, 1968), que se estrenó en la Unión Soviética en 1970, le abrió de par en par las puertas a un mundo ensimismado y reticiente a cualquier influencia exterior. Las colas para entrar a los cines serpenteaban interminablemente. 'Digan lo que digan' causó tal furor que la prensa soviética de la época habla de espectadores que la vieron incluso 50 veces. Aquel hombre imberbe, de nombre Raphael, era en realidad puro fuego, genuina pasión española.

"Recuerdo perfectamente a Raphael. Era muy popular en tiempos de la URSS, porque estaba alejado de la política y además no era de EEUU. Era un joven muy guapo y con cara de no haber roto un plato. A muchas chicas nos gustaba", cuenta Elena Gorelik, una experimentada profesora de lengua rusa para extranjeros de la Universidad Estatal de Kubán, en Krasnodar. "En los años 70 yo vivía en Rostov del Don. Tenía un vinilo azul de Raphael. En casa bailábamos con sus canciones. Una amiga mía consiguó una foto de Raphael en una revista. A las demás nos corroía la envidia", confiesa a El Confidencial.

"Una amiga mía consiguió una foto suya. A las demás nos corroía la envidia", dice una profesora

En 1971, el artista jienense visitó por primera vez Moscú y San Petersburgo —entonces Leningrado—. Su expresividad voluptuosa sedujo a un público ávido de emociones desbordantes. Salas emblemáticas, como la petersburguesa Oktyabrskaya o el Palacio de Deportes moscovita, colgaban el cartel de 'no hay billetes' tarde sí y tarde también. La salida de Raphael de los recintos se convertía en una explosión de júbilo, hasta el punto de que la Policía soviética tenía que tomar partido para mantener el orden público y evitar el desborde. Aquel 1971 llegó a Moscú una celebridad, pero lo que regresó a España fue un mito.

Los conciertos y los éxitos se sucedieron en los años siguientes. Los encuentros con personalidades soviéticas a su paso por el país eran constantes. El ex secretario general del Comité Central del Partido Comunista, Leonid Brezhnev, acudía a saludarlo al camerino.

placeholder Disco de Raphael editado en Rusia, a la venta en internet
Disco de Raphael editado en Rusia, a la venta en internet

El interés por la lengua española creció exponencialmente en paralelo al éxito de Raphael. "Hay una legión de hispanohablantes, profesores de español, intérpretes y guías turísticos que, cuando les preguntas, terminan por sacar mi nombre entre las cosas que les hicieron volcarse en el castellano", comentaba Raphael a El Mundo en su última visita a Moscú, allá por 2012.

Dos décadas después de su primera gira por tierras rusas, en 1991, se inauguró en Moscú el Instituto Cervantes. La entonces denominada República Socialista Federativa de Rusia daba sus primeros y titubeantes pasos hacia unas elecciones presidenciales libres que ganó Boris Yeltsin. El régimen comunista moría abruptamente para dar paso a unos años de inestabilidad, mafia y confusión. Los rusos le dieron la bienvenida a un nuevo dios: el dinero.

El nuevo paisaje no alteró en lo más mínimo la fama de Raphael, si bien es cierto que el cantante no volvió a dejarse caer por estas latitudes hasta 1997. La exposición 'Raphael, 40 años en Rusia', organizada por el Instituto Cervantes en 2011, volvió a acercar a las nuevas generaciones de moscovitas al popular cantante a través de 39 fotografías de coleccionistas rusos.

Este 21 de abril comenzará en San Francisco la gira internacional del divo español. Para decepción de sus fieles seguidores rusos, esta vez no acudirá a su país. Pero ellos seguirán esperando, pacientes, su regreso. Por eso Raphael es un mito en Rusia, digan lo que digan los demás.

El estilo sobreactuado de aquel joven aniñado de voz potente rasgó la cortina y causó convulsión en la URSS. La película 'Digan lo que Digan' (Mario Camus, 1968), que se estrenó en la Unión Soviética en 1970, le abrió de par en par las puertas a un mundo ensimismado y reticiente a cualquier influencia exterior. Las colas para entrar a los cines serpenteaban interminablemente. 'Digan lo que digan' causó tal furor que la prensa soviética de la época habla de espectadores que la vieron incluso 50 veces. Aquel hombre imberbe, de nombre Raphael, era en realidad puro fuego, genuina pasión española.

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