El rastro de Irma en Cuba

Irma ha venido a agravar la situación económica de Cuba. Han sido los segmentos vulnerables de la población los que han pagado el precio más alto. El Gobierno ha organizado una fase de recuperación con movimiento de medios técnicos y movilización de efectivos militares, y ha comenzado a tomar medidas dirigidas a subvencionar parcial o totalmente la reconstrucción de las viviendas afectadas. Pero los daños son enormes y es evidente que no cuenta con los recursos suficientes para enfrentar en un plazo razonable las millonarias pérdidas.

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Ignacio Isla. La Habana

Recuperarse de los efectos del huracán Irma costará años y considerables recursos financieros. La situación, de por sí grave, se acentúa por una coyuntura tensa para el Gobierno cubano, que tiene por delante en los próximos meses tres tareas que solventar.

En primer lugar, la urgente necesidad de revertir el comportamiento de la economía nacional y sacarla del pozo del decrecimiento en que cayó en 2016. Los pronósticos son conservadores. Incluso si ello se materializara, se continuará estando lejos de ritmos de crecimientos del PIB entre el 5 y 7% anual. Esta tasa es considerada por los especialistas como la ideal para aliviar el panorama económico.

En segundo lugar, el destino del proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos sigue siendo incierto luego de la llegada a la Casa Blanca de Trump y las medidas adoptadas en junio pasado. Su objetivo principal con estas decisiones, además de complacer a políticos republicanos de origen cubano, es impedir las relaciones comerciales de empresas americanas con el entramado empresarial de las fuerzas armadas cubanas y obstaculizar la creciente llegada de visitantes norteamericanos a Cuba. Las recientes declaraciones del secretario de Estado Tillerson a la cadena CBS de que estaban evaluando seriamente cerrar la embajada en La Habana oscurecen el horizonte de este proceso que resulta vital para desmantelar el bloqueo económico.

Y por si todo esto no fuera suficiente, el Gobierno cubano enfrentará en 2018 la transición planificada de un Gobierno dirigido por Raúl Castro a otro dirigido por una nueva figura política. Aunque el partido comunista seguirá siendo la única fuerza política, la salida de Raúl tiene significados que trascienden lo subjetivo y que se podrán evaluar en los próximos cinco años.

El rastro de Irma ratifica que sin prosperidad económica es imposible enfrentar con eficiencia estos destrozos

Pero la prioridad ahora se centra en los hogares destrozados, las industrias detenidas y las producciones agrícolas arruinadas. El rastro de Irma ratifica que sin prosperidad económica es imposible enfrentar con eficiencia estos destrozos, como tampoco se puede mantener la estabilidad del país ni sus programas sociales, que son conocidos en el mundo.

Que en los últimos meses el Gobierno cubano haya detenido o revertido muchas de las decisiones que en materia económica integraban parte de su programa político para 'actualizar' el modelo económico, es señal de que no se acaba de asumir dicha idea en su totalidad, con la carga de soluciones y problemas que puede traer a Cuba una apertura más sólida hacia el mercado. El sector privado fue 'congelado' para ser reordenado; el sector cooperativo se encuentra también bajo una revisión que tiende a limitarlo, y la burocracia sigue enseñoreándose sobre la mayoría de las empresas estatales y la urgente necesidad de captar 2.000 millones de dólares anuales en inversión extranjera.

Si Irma impulsara a las autoridades a llevar adelante con decisión las medidas que en el orden económico se requieren desde hace años ya, habría dejado algo bueno por lo cual recordarla con más que tristeza.

*Oniel Díaz Castellanos, 'managing partner' de Kreab Cuba.