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La verdadera salida diplomática a la invasión rusa en Ucrania requiere 'hard power' europeo
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Javier López

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La verdadera salida diplomática a la invasión rusa en Ucrania requiere 'hard power' europeo

Cualquier solución negociada debe basarse en las tres simples demandas de Zelenski a Putin: deje de bombardear a nuestros niños, ponga fin a su guerra brutal y retire todas las tropas rusas de todo el país

Foto: Foto: Reuters/Johanna Geron.
Foto: Reuters/Johanna Geron.

Cada vez son más frecuentes los llamamientos a los líderes europeos para que ejerzan "más diplomacia" como única forma de evitar nuevos desastres. Y, de hecho, es cierto que se necesitan urgentemente todos los esfuerzos para una solución negociada. En realidad, sin embargo, la probabilidad de un acuerdo de paz en este momento es mínima. Cabe recordar que la invasión a gran escala de Rusia estuvo precedida por una intensa actividad diplomática en las capitales europeas. Una solución pacífica siempre fue una posibilidad. Pero Rusia ya había tomado una decisión.

El hecho es que Putin abusó de nuestra buena fe en las negociaciones solo para ganar tiempo mientras acumulaba sus tropas en la frontera con Ucrania. Todos hemos sido capaces de ver las espantosas imágenes de destrucción y sufrimiento humano que deja la agresión rusa.

Foto: Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad. (EFE/Stephanie Lecocq)

La negativa de Putin a aceptar el derecho de Ucrania a existir, libre y soberana, sigue siendo el centro de sus propuestas de negociación: la desmilitarización y “neutralidad” servil al Kremlin de Ucrania, la rendición de Crimea ocupada temporalmente y el reconocimiento de las llamadas 'repúblicas populares' de Donetsk y Lugansk. Aceptar esto significaría la sentencia de muerte de la independencia de Ucrania. También asestaría un golpe decisivo al orden internacional basado en reglas al demostrar la victoria de la guerra sobre la diplomacia.

La única forma en que podemos impulsar una solución a través de 'más diplomacia' es haciendo que los costes de la invasión rusa sean absolutamente inasumibles para Moscú. La resistencia de Ucrania es un requisito previo para una acción diplomática factible. También lo es la provisión de asistencia militar europea y estadounidense y el aislamiento internacional de Rusia. No se trata de elegir entre opciones alternativas: el apoyo militar a Ucrania es una condición previa necesaria para empujar a Rusia hacia una solución diplomática.

La guerra de Putin también debería ser un claro punto de inflexión para la Unión Europea. Nuestros valores están bajo amenaza directa. Tenemos que ser muy claros sobre los peligros: si Ucrania cae ante la agresión de Putin, nuestros aliados de la UE y la OTAN son los siguientes en la fila. Los autócratas de todo el mundo se sentirán justificados para tomar lo que quieran por la fuerza. No podemos dejar que eso suceda.

La UE ha despertado abruptamente de su ingenuidad en las últimas semanas. Su respuesta unificada, rápida y sin precedentes a la invasión, con un extraordinario conjunto de medidas coercitivas, y su repentina entrada en el dominio de la cooperación militar directa en un conflicto activo tomaron a todos, incluso a Putin, por sorpresa. Este es el impulso sobre el que debemos construir. Una defensa europea fuerte y colectiva en la que la OTAN juegue un papel fundamental ya no puede ser una quimera. La UE ha demostrado que los Estados con 27 culturas políticas diferentes pueden alinear sus objetivos estratégicos cuando se enfrentan a una presión extraordinaria, y debiéramos encontrar un mecanismo para que esto no fuera ocasional.

Foto: Funeral en Lviv de tres soldados ucranianos fallecidos en combate. (EFE/Mykola Tys)

Para disuadir a los autócratas con ambiciones de imperio, debemos dar el siguiente paso, respaldar nuestro compromiso con la diplomacia y nuestra política exterior y de seguridad común con el poder duro unido, y finalmente darnos cuenta de nuestro potencial como actor geopolítico.

Esto requiere una acción urgente para lograr la autonomía estratégica, tecnológica y especialmente energética, el lazo de dependencia más fuerte con Rusia que debemos minimizar urgentemente. También requiere terminar con la regla de unanimidad para las decisiones en materia de política exterior para dotar de funcionalidad a nuestro marco de decisión y garantizar que las futuras medidas se puedan tomar con la misma velocidad que estas semanas. Y requiere la voluntad de no solo asumir, sino también de distribuir equitativamente los elevados costes de decisiones estratégicas, como son ejemplo de ello las sanciones actuales. La necesidad de un enfoque verdaderamente colectivo de la seguridad de la UE nunca ha sido más acuciante. Solo así podremos negociar desde una posición de fuerza.

El 2 de marzo, la comunidad internacional mandó un mensaje muy claro a Putin. Una abrumadora mayoría de los 141 Estados miembros de la ONU exigieron que Rusia “retirara de inmediato, completa e incondicionalmente, todas sus fuerzas militares del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”. La UE no debe levantar sus sanciones antes de que se cumplan estas condiciones. Solo Putin comenzó esta guerra. Solo Putin puede acabar con ella.

*Javi López. Eurodiputado S&D (ES).

*Thijs Reuten. Eurodiputado S&D (NL).

Cada vez son más frecuentes los llamamientos a los líderes europeos para que ejerzan "más diplomacia" como única forma de evitar nuevos desastres. Y, de hecho, es cierto que se necesitan urgentemente todos los esfuerzos para una solución negociada. En realidad, sin embargo, la probabilidad de un acuerdo de paz en este momento es mínima. Cabe recordar que la invasión a gran escala de Rusia estuvo precedida por una intensa actividad diplomática en las capitales europeas. Una solución pacífica siempre fue una posibilidad. Pero Rusia ya había tomado una decisión.

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