Es noticia
Pajas mentales
  1. Sociedad
  2. España is not Spain
Juan Soto Ivars

España is not Spain

Por

Pajas mentales

ABC publicaba esta semana, fiel a tradición, aunque no sé a cuál, una serie de consejos para salvar a la muchachada de una muerte segura por

ABC publicaba esta semana, fiel a tradición, aunque no sé a cuál, una serie de consejos para salvar a la muchachada de una muerte segura por exceso de pajas. Yo llevo dos días pensando. Vuelvo a leer el texto una y otra vez. En mi caso, la lectura compulsiva de este artículo ha terminado sustituyendo a la masturbación.

– ¡Milagro!

El texto es un compendio de consejos entre los que destacan el no ver series erotizantes, hacer deporte, discutir con amigos de la parroquia sobre el aborto o la clonación (sic) y evitar los centros comerciales. Esto lo repiten varias veces, digo yo que para salvar a los muchachos del poder erotizante de los maniquíes.

Me llama la atención que el texto, que durante los últimos días ha sido la comidilla de las redes sociales, empieza con una actitud claramente defensiva. Quien lo haya escrito sabe que tiene todas las de perder. La sociedad está corrompida en su práctica totalidad por el “círculo vicioso” de la masturbación, y el redactor se encuentra en franca minoría. Por eso, anima a los chavales a formar parte de la resistencia.

– ¡Apropiada palabra!

Miro los bustos de los escritores clásicos y no veo sino un montón de pajilleros de piedra. Creaban mundos poblados por ninfas contoneantes, héroes musculados y dioses amigos de convertirse en toros para echarle un polvo a una vaca

Sí, resistencia es precisamente lo que hace falta, no nos engañemos. Los adolescentes que lean el texto lo sabrán muy bien, inmersos en este mundo erotizante pródigo en estímulos redondeados. Van los pobres por la calle y les entran unas ganas de romper a palpar cosas blandas, tan rodeados como están de erotización masiva. Qué tiempos de tocamiento, Señor, ¡si hasta los móviles son táctiles!

Oh, senectos amigos, ¿se acuerdan cuando les decía el cura que el onanismo te deja ciego? ¿Que provoca urticarias y acné? Hacía décadas que la pobre paja española no sufría un ataque tan directo y tan frontal. Ya ni siquiera sabemos cómo defenderla, pues nunca lo necesita: la gayola es un arte que se basta y se sobra por sí mismo, sin ayuda de nadie.

"La masturbación es el sexo con alguien a quien realmente amas",dijo Woody Allen, y partiendo de este axioma voy a lanzar defensa por el noble desahogo. Yo os diré por qué el onanismo no sólo es bueno, sino que, además, soluciona problemas de la especie. Y lo haré sin la retórica pegajosa y sudada de la sexología. Filosofía pura, señores.

Tiene razón el texto de ABC cuando dice que el tiempo que un ser humano dedica a esta actividad no lo dedica, por ejemplo, a luchar contra el hambre en el mundo. Lástima que no sea alimento el producto de la paja, pues no habría hambre en el mundo, bastaría con mandar escuadrones de adolescentes salidos al África. Los autores del artículo pensarán que, si Einstein hubiera dedicado a las pajas el tiempo que se pasaba investigando, no tendríamos la teoría de la relatividad. Pues se equivocan: el tiempo es relativo. Firmado, Einstein.

Los jóvenes de esta época son poco más que cerebro y ojos. Juegan a videojuegos, teclean en chats y usan sus torpísimos dedos para navegar por internet desde sus tablets. Si, Dios no lo quiera, se fundiera una bombilla del cuarto y sus padres no estuvieran en casa, los chicos no sabrían cambiarla. Han perdido toda habilidad manual. Pues bien, el noble ejercicio al que nos referimos les ayudará a entrenar la psicomotricidad.

– La paja os hará hábiles.

Hablemos de la longevidad de los pajilleros. Está documentado el vicio en el Marqués de Sade y Casanova. Más cerca están los casos de Paco Umbral, que ensalzaba el encierro en el cuarto de baño sin excusa, y el de Camilo José Cela, que llevaba recuento de todas sus pajas

Sigamos. Se comenta que, como leen muy poco, los adolescentes de hoy en día andan escasos de imaginación. Desde tiempos antiguos los escritores han usado el método onanístico, reconocido entre los géneros literarios, especialmente en autores pedantes, amigos de meter mucha paja.

También les sirve a los genios ejercitar su imaginación. Miro los bustos de los escritores clásicos y no veo sino un montón de pajilleros de piedra. Creaban mundos poblados por ninfas contoneantes, héroes musculados y dioses amigos de convertirse en toros para echarle un polvo a una vaca. De ahí que a las imaginaciones estrafalarias se las llame pajas mentales, y que, por imaginar mucho con esta herramienta, Homero se quedase ciego.

Siguiendo con los escritores, vamos a hablar de la longevidad de los pajilleros, que es mayor que la del resto de las personas. Está documentado el vicio en el Marqués de Sade y Casanova, que fueron longevos. Más cerca están los casos de Paco Umbral, que ensalzaba el encierro en el cuarto de baño sin excusa, y el de Camilo José Cela, que llevaba recuento de todas sus pajas. Sin embargo, ni un solo historiador refiere que Larra o Gustavo Adolfo Bécquer se la menearan y, más bien al contrario, parece que no se pajeaban nunca. El resultado es evidente: ambos murieron por culpa del amor no correspondido. Algo que nunca le pasaría a un pajillero, para quien el amor no correspondido es una circunstancia mitigable.

Por último, miren ustedes el aspecto de la ciudad. El autor del artículo de ABC dirá que está todo erotizado, pero hay algo que nos llama mucho más la atención. Las pintadas. Hacen pintadas, los jóvenes. Siempre están escribiendo cosas por las paredes y las ciudades se ensucian, cubiertas de dibujos horripilantes y firmas con caligrafía hip-hop. Estos pequeños delincuentes urbanos usan el spray. Cada vez que veo una pintada pienso que ya se podían quedar en casa agitando el bote. Y es que el movimiento de agitar un bote de spray y de darse un homenaje es similar.

Y es que las pajas no hacen daño a nadie. Siempre que no caigan en el ojo ajeno.

ABC publicaba esta semana, fiel a tradición, aunque no sé a cuál, una serie de consejos para salvar a la muchachada de una muerte segura por exceso de pajas. Yo llevo dos días pensando. Vuelvo a leer el texto una y otra vez. En mi caso, la lectura compulsiva de este artículo ha terminado sustituyendo a la masturbación.