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El mensaje oculto en el anuncio de la lotería de este año
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Juan Soto Ivars

España is not Spain

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El mensaje oculto en el anuncio de la lotería de este año

¿Es ella la que finge? ¿Es todo el pueblo el que, motivado por la compasión, ha terminado en una fiesta melancólica pero alegre y humana?

Foto: Carmina es la protagonista del anuncio de Lotería de Navidad de 2016.
Carmina es la protagonista del anuncio de Lotería de Navidad de 2016.

En el anuncio de la lotería de este año vuelve la música de violines. El spot firmado por la agencia Leo Burnett nos cuenta una de esas historia más tiernas que el turrón blando, pero esta vez se esconde un mensaje subliminal que voy a compartir con ustedes.

[La polémica del anuncio de la Lotería, resuelta: ni alzhéimer, ni locura]

La historia es sencilla. Una maestra jubilada trastea en la cocina mientras su nieto adolescente trastea el móvil, con una indiferencia hacia las cosas del mundo tan propia de su edad como de su generación. En la tele están dando el sumario del año anterior, pero la vieja se confunde, cree que le ha tocado el Gordo y sale disparada a contárselo a una amiga que compró el mismo décimo.

En ese momento llega el padre del adolescente, hijo de la vieja.

—¿La abuela?

—Se ha ido corriendo.

Foto: Clive Arrindell, el famoso 'calvo' de la Lotería de Navidad

Por la cara de disgusto del padre, sabemos que la familia no pasa por un buen momento. El hombre corre a la calle tras la anciana, pero la encuentra ya abrazada a su amiga. La señora está tan contenta y tan entusiasmada que al hombre le puede la blandura. Cuando ella le abraza y le da la noticia, él, con una sonrisa compasiva, decide seguirle la corriente. La verdad es demasiado dura para una señora tan empecinada.

El resto del anuncio recuerda a algunas situaciones colectivas de los cuentos de Chéjov. La falsa ilusión se contagia. La señora acude a los lugares clásicos del día de autos mientras el hijo y el nieto se anticipan para advertir a todo el mundo que finja. Así llegan al bar, donde, a desgana, el camarero llena las copas de cava barato, la peluquería y finalmente la administración de loterías que no ha dado un Gordo en toda la vida, pero hoy tiene que hacer como que sí.

Foto: Clive Arrindell, el famoso 'calvo' de la Lotería de Navidad

El pueblo entero contribuye a que la señora siga en su engaño, pero parece que la alegría de la mujer se acaba contagiando. Vemos una fiesta teñida de melancolía. Y claro: llega la anagnórisis, la confesión. El hijo de la cándida decide confesar que se le ha ido la olla a Camboya y que estamos a 21 de diciembre. Todo el pueblo lo sabe. Todo el pueblo es cómplice. La inocentada es tremenda a estas alturas. ¿Logrará sobreponerse a la vergüenza la anciana? ¿Lo tomará bien o se derrumbará? El hijo se encamina hacia ella con la verdad como un cuchillo a la espalda. La mujer contempla el mar por la ventana del restaurante.

Durante un momento, el espectador intuye que la señora sabe la verdad. ¿Es ella la que finge? ¿Es todo el pueblo el que, motivado por la compasión, ha terminado en una fiesta melancólica pero alegre y humana? No. Lo que sabe la mujer es que le queda poco tiempo en este mundo, así que antes de que el hijo le confiese la broma, ella le suelta que el dinero es para ellos. El hijo, estupefacto y enternecido, la abraza de nuevo. Resulta que la verdad es demasiado impopular.

El anuncio nos da una verdad: la ilusión de la riqueza es tan fuerte como la riqueza en sí, y una ilusión compartida resulta precaria pero difícil de tumbar

Ahí está la clave oculta. El anuncio nos da una verdad: la ilusión de la riqueza es tan fuerte como la riqueza en sí, y una ilusión compartida resulta precaria pero difícil de tumbar.

¿Qué nos ha pasado en España durante los últimos años? Somos la vieja del anuncio cuando nos tragamos que la crisis ha terminado y que estamos en la senda de la recuperación. Y cuando repetimos como loros que las cosas parecen ir mejor mientras los sueldos se abaratan, mientras se repiten los errores inmobiliarios del pasado, mientras se queda vacía la hucha de las pensiones, mientras fingimos que las cosas van cada vez mejor. Y la verdad es que algunos políticos nos siguen la corriente y se vienen con nosotros a una mariscada a la que siempre invita el más cándido. El español.

En el anuncio de la lotería de este año vuelve la música de violines. El spot firmado por la agencia Leo Burnett nos cuenta una de esas historia más tiernas que el turrón blando, pero esta vez se esconde un mensaje subliminal que voy a compartir con ustedes.

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