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Juan Soto Ivars

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Dos palabras: denuncias falsas

La verdad es esta: el número de denuncias falsas por violencia de género es desconocido en España

Foto: Manifestación contra la violencia machista. (EFE)
Manifestación contra la violencia machista. (EFE)

El máximo problema de la violencia de género es que suele producirse sin testigos en la intimidad del hogar. Muchas mujeres maltratadas no denuncian por miedo a no ser creídas y es necesario que las agredidas vayan a comisaría con más facilidad y que la Justicia pueda desentrañar los casos con todas las herramientas disponibles.

La fiscal de la Audiencia Provincial de Valencia Susana Gisbert publicó recientemente en 'Confilegal' un instructivo artículo en el que defendía la nueva ley y aseguraba que la presunción de inocencia está a salvo. Los críticos opinan todo lo contrario: dicen que es un peligro para los hombres porque puede alentar las denuncias falsas. Y aquí viene el gran problema: las denuncias falsas han sido un tabú hasta que Vox apareció en escena.

La formación de Abascal alerta en cuanto tiene la ocasión de una supuesta epidemia de mujeres malvadas denunciando a sus exmaridos inocentes para hacerles la vida imposible, arropadas por una Ley de Violencia de Género nada garantista para los hombres. La reacción mediática a estas declaraciones es unánime: se repite hasta la extenuación que las denuncias falsas casi no existen: las cifras varían, dependiendo de que hable Cristina Pardo o Jordi Évole, entre el 0,0007% y el 0,001%. Lo cual es, sencillamente, increíble.

Ni los medios ni los partidos de izquierdas, centro y derechas pueden permitirse que la única formación que no acepta la validez del 0,001 sea Vox

La verdad es esta: el número de denuncias falsas por violencia de género es desconocido en España. Existen estadísticas de denuncias falsas en otros delitos y por lo general tienen dos dígitos (20%, 30%), con lo que el mantra del 0,001 es difícil de asumir. De hecho, es fácil refutarlo por vías ajenas a la prensa generalista. Repetir un dato sesgado en los grandes medios de comunicación me parece una estrategia catastrófica que solo beneficiará a Vox y las teorías de la conspiración. Ni los medios ni los partidos de izquierdas, de centro y de derechas pueden permitirse que la única formación que no acepta la validez del 0,001 sea Vox.

Juristas ocultos tras seudónimo, como Tsevan Rabtan o Judge the Zipper, han publicado artículos e hilos en Twitter donde aclaran de dónde sale el célebre 0,001. Son las denuncias en que la Fiscalía actuó de oficio y condenó a la parte denunciante. La abogada Yobana Carril, en una entrevista en el canal de YouTube de Un Tío Blanco Hetero, aseguraba que la Fiscalía no actúa de oficio a no ser que el caso clame al cielo. Dijo también que sus clientes, hombres acusados falsamente por sus exparejas en procesos de divorcio, están indefensos.

Año tras año, el ratio de condenas en este tipo de delitos ronda el 20% y las absoluciones por falta de pruebas, el 80%. Asumir que el 80% de las denuncias son falsas porque no hay condena sería tan descabellado como lo que los medios de comunicación le contestan a Vox. Lo cierto es que en ese 80% hay una proporción de denuncias falsas y otra, asumimos que mayor, de casos en los que no hubo pruebas suficientes para condenar a un agresor. Es decir: no sabemos cuántas denuncias falsas hay.

Creo que es urgente disolver el tabú. De lo contrario, los de Vox serán percibidos como los portadores de una incómoda verdad de la que nadie quiere hablar, y sabemos que no hay mejor campaña que esta para un partido radical. Las teorías de la conspiración son extremadamente peligrosas en un momento en que creemos más lo que nos llega por WhatsApp que lo que leemos en el periódico. Más todavía cuando el periódico repite un dato tan sesgado.

Es urgente disolver el tabú. De lo contrario, los de Vox serán percibidos como los portadores de una incómoda verdad de la que nadie quiere hablar

Creo que no se trata de derribar las leyes de violencia de género ni de dejar a las mujeres maltratadas en situaciones de indefensión, sino de depurar las herramientas y minimizar los efectos secundarios. Negar que se producen situaciones de engaño en los juzgados de violencia de género y convertir a la mujer en un ser incapaz de la argucia me parece el combustible perfecto para una reacción misógina a la ola feminista que ya está empezando a despertar.

El máximo problema de la violencia de género es que suele producirse sin testigos en la intimidad del hogar. Muchas mujeres maltratadas no denuncian por miedo a no ser creídas y es necesario que las agredidas vayan a comisaría con más facilidad y que la Justicia pueda desentrañar los casos con todas las herramientas disponibles.