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La flor de la canela
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Juan José Cercadillo

Feria de San Isidro

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La flor de la canela

Con apenas diecinueve años el joven diestro peruano dio toda una lección de enfrentarse al toro. Y no a cualquiera, desde luego. Aunque la recompensa valió la pena

Foto: El diestro peruano, apenas un chaval, dio una lección de toreo que le abrió la puerta grande de Las Ventas. (EFE)
El diestro peruano, apenas un chaval, dio una lección de toreo que le abrió la puerta grande de Las Ventas. (EFE)

Plaza de toros de Las Ventas

13 de mayo de 2016

8ª de Feria. Lleno hasta la bandera en uno de los carteles de más expectación de la feria. Tarde fría ycon nubes pero sin lluvia. Con un viento no muy fuerte pero constante y molesto.

Cuatro toros de Nuñez del Cubillo y dos, cuarto y sexto, de Conde de Mayalde de 506 a 591 kilos, bien presentados, extremadamente serios y rematados. Los de Conde de Mayalde con algunos kilos de más y el último el más feo.

Sebastián Castella de azul eléctrico y oro silencio y silencio.

Alejandro Talavante de grana y oro silencio y oreja.

Roca Rey, torero peruano que confirmaba alternativa, de verde manzana y oro, ovación tras aviso y dos orejas tras estoconazo. Salió por la puerta grande.

Asistió a la corrida el Rey Emérito DonJuan Carlos de Borbón al que brindó Roca Rey el toro de su confirmación de alternativa y Castella su primero.

Déjame que te cuente limeño… déjame que te diga la gloria, del ensueño que evocará mi memoria, tu desparpajo, tu valor y tu toreo… déjame que te cuente limeño, ahora que aún perdura el recuerdo, ahora que aún se mece en tu sueño tus muletazos, tu arte y tus maneras…

Sin jazmines en el pelo ni rosas en la cara airoso cabalgaba a hombros de toda la plaza la flor de la canela, derramando lisura… y a su paso dejaba aroma de torero que en el alma llevaba…

Y así salió por la puerta grande. Trayéndome desde mi infancia la voz pura de María Dolores Pradera que mi madre escuchaba,para ayudar a fijarme un recuerdo entre los grandes de mi propia tauromaquia. Un torero peruano de 19 años que no sési habrá oído alguna vez hablar del viejo puente, del río y la alameda que describía la canción y que conforman un maravilloso paisaje que no es otro, precisamente, que el camino por donde se llega a la vieja plaza de toros de Lima.

Canela en rama este chiquillo. Con valor tan sobrenatural como consciente. Sin aspavientos, sin desencajes, sin una palabra más alta que otra, sin reparos, sin dudas y por supuesto sin límites. No se puede nadie entregar más a un toro y menos a un toro de esos. De esos del Conde de Mayalde que anticipan casi un metro sus pitones a sus sienes, de esos que te miran por encima de la muleta, por detrás y por los lados. Un toro que se te viene al pecho, que se te cruza, que te amenaza al mirarte y te persigue a la vuelta. Un toro que no tenía un pase, de verdad, de verdad de la buena. Después de un quite por gaoneras de los que arrancan los alamares, se plantó firme en el tercio para convertirse en estatua y cuando ya no había sitio para que el morlaco pasara se lo sacó un par de veces por la espalda como si fuera magia. Nadie esperaba el revuelo, ni los estatuarios ni nada. El público atónito, perplejo, entregado. El torero, con esa mirada serena de facciones adolescentes y expresión desenfadada, parecía estar contemplando su propia proeza desde la barrera, como sin darse importancia. Pero importancia ha tenido, que así lo demuestran mis pelos de punta y las dos orejas. Dos orejas unánimes pedidas con pasión y con sorpresa, que nadie se esperaba ni el estoconazo ni la proeza.

Rocoso y majestuoso este Roca Rey que brindó a “su homónimo” el toro de su confirmación de alternativa y que ha logrado salir a hombros casi de forma consecutiva como novillero y matador de toros en la plaza más exigente del mundo.

Gran actuación de Talavante en el quinto. Un torazo jabonero de Núñez del Cubillo de casi 600 kilos, alto, ancho, fuerte y tosco, que topaba y corneaba la muleta en lugar de intentar embestirla. Cuando la tarde estaba camino de convertirse en una auténtica tortura para los toros, el público y los toreros salió Talavante dispuesto a enseñarle embestir y a que aprendiera. Seis tandas con la derecha le costó las primeras clases, tres con la izquierda los exámenes parciales y una gran estocada la reválida final con la que aprobó el toro su asignatura pendiente y consiguió el maestro una oreja de las que guarda la gente. Gran y cuajado Talavante que sacó su oficio a relucir, su afición a pasear y su disposición a tomar el aire… que también hubo esta tarde.

Castella pulcro, austero, correcto y elegante. Primera de sus cuatro tardes contratadas tras resultar triunfador el pasado año en la que despachó dos toros imposibles y lidió con las trabas habituales que ponen a los triunfadores los mismos que al triunfo le alzaron. Muchos pitos solo medianamente justificados en la evaluación de su actuación con la espada, donde no estuvo acertado ante la nula colaboración de sus toros.

Emocionante, variaday jugosa tarde de toros, asíque… déjame que te cuente limeño que tal regusto en mi cuerpo lo voy a rematar con un pisco sour a tu salud y unas canciones de Maria Dolores Pradera a la salud de mi madre.

Gracias Perú, gracias Madrid, gracias Talavante…

Plaza de toros de Las Ventas

Las Ventas