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Juan José Cercadillo

Feria de San Isidro

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Talavante cortó la única oreja de la corrida después de remontar con mucha convicción una tarde condicionada por la mansedumbre y el genio de los toros de Fuente Ymbro y el molesto viento

Foto: El diestro Alejandro Talavante da un pase con la muleta a su segundo toro. (EFE)
El diestro Alejandro Talavante da un pase con la muleta a su segundo toro. (EFE)

Plaza de toros de Las Ventas

18 de mayo de 2016

13ª de Feria. Lleno en tarde agradable y con uno de los carteles más atractivos del ciclo, pero con rachas de viento fuertes que han dificultado la labor de los toreros.

Seis toros de Fuente Ymbro y primero bis sobrero de Buenavista, de entre 510 y 568 kilos, desiguales de presentación con algunos en tipo y otros muy fuera de él. El mejor, el sobrero de Buenavista, y en manso el sexto, que rompió a embestir en las tablas de toriles.

Diego Urdiales, de azul pavo y oro. Ovación tras dos avisos y silencio.

Miguel Ángel Perera, de verde aceituna y oro. Silencio y silencio tras aviso.

Alejandro Talavante, de azul eléctrico y oro. Ovación tras petición y oreja tras aviso.

Remanso de paz la plaza, con las aguas de principios de mayo por fin ausentes. Remanso de paz los tendidos, pareciendo entender a los toreros. Remanso de paz la autoridad, concediendo trofeos con estocadas no perfectas. Re-manso el sexto toro, que facilitó la hazaña de un nuevo triunfo con tauromaquia antigua.

Aguas calmadas Las Ventas, meandros reposados de una feria que fluye tranquila hacia su primera mitad. Sorprendente balsa de aceite a pesar del aspecto figuril del cartel. Este jueves se podían disfrutar los matices de una buena/mala corrida de toros.

Acudimos a las fuentes y entendemos en parte la situación, siempre compleja de analizar en esta plaza: Fuente Ymbro es una ganadería respetada por los dos bandos más antagonistas del público. Confluye con estos toros el respeto de los toristas y de los toreristas. Me explico: el pasado San Isidro a punto estuvieron de premiar con la vuelta al ruedo a Agitador, un ensabanado complicadísimo, pero espectacular para el público, que lidió con dificultad Paco Ureña. Y también se indultaron tres toros de esta ganadería la temporada pasada en plazas de menor importancia. Lo que demuestra que es una ganadería capaz de generar toros de todos los gustos: toros bravos y complicados para los toristas y toros nobles y repetidores para los toreristas.

Si unimos a eso que se anunciaban Diego Urdiales, que se ha convertido en uno de los toreros preferidos por Madrid como guardián del toreo recio, sincero y puro; Perera, que no atraviesa su mejor momento, por lo que no hay que derribarlo a cualquier precio, y Talavante, que es uno de los toreros preferidos en la actualidad por su disposición y concepto del toreo y además viene de jugarse la vida en su última comparecencia, resulta que Madrid se convierte en un más que sorprendente remanso de paz.

Y en esa calma chicha, a pesar del fuerte viento de hoy, disfrutamos de una extraordinaria tanda de Diego Urdiales en el primero sin que nadie tuviera en cuenta los altibajos generados por la poca consistencia de la embestida del sobrero de Buenavista. O nos regocijamos con las labores de lidia de Juan José Trujillo, a pesar de ciertos momentos de desorden provocados por la mansedumbre del astado. Y todo gracias a la paciencia que sería reclamable en esta plaza todas y cada una de las tardes a un público que demostró saber esperar en el sexto toro de la tarde. Un toro más que manso, re-manso, y un matador, Talavante, en un gran momento lidiador y torero. Otra tarde, a la cuarta tanda, en la que el torero tiene que perseguir con la muleta al morlaco, los pitos y las protestas de algunos hubieran privado a la mayoría de una faena a la antigua en la que no hace falta ni bordar el toreo artista ni matar el toro con una cornada en el cuerpo para cortar una oreja en Madrid. Una paciencia que ha hecho que la gente disfrute y valore otras formas hoy de hacer el toreo sin el soniquete impertinente del supuesto purista.

Mucho me temo que el remanso no sea más que un pequeño regato, poco profundo y transitorio, pero… ¿Y si fuera la impresión causada por los heridos de estos últimos días lo que ha calmado las aguas revueltas de la protesta? ¿Y si la contracorriente apaciguadora ha sido por el sobrecogedor minuto de silencio que se guardó al final del paseíllo por el novillero Renatto Motta, victima en Perú de una trágica cornada mortal estos días? ¿Y si Madrid está empezando a respetar no solo a las ganaderías que les parecen difíciles para los toreros sino a los propios toreros?... Estaríamos dejándonos arrastrar por la ilusión de una corriente de conocimiento y respeto que podría llevarnos al mar de la tranquilidad que asegurara la continuidad de la tauromaquia: el respeto al toro y al torero por igual, el análisis ecuánime y paciente, de aficionado, no de censor ni inquisidor... Yo me dejo arrastrar por esa corriente y disfruto flotando hoy en ese remanso de paz mientras recuerdo muchas cosas buenas de la tarde que otro día hubieran sido simplemente... voluntades.

Plaza de toros de Las Ventas

Las Ventas Miguel Ángel Perera