Es noticia
Pon c
  1. Sociedad
  2. Feria de San Isidro
Juan José Cercadillo

Feria de San Isidro

Por

Pon c

Ponce ha vuelto a estar bien en Madrid, a pesar de los del Puerto. Lo que un torero practica con naturalidad ni siquiera está al alcance de soñarlo para casi todos los que lo disfrutamos

Foto: El torero valenciano Enrique Ponce da un pase de muleta a su primer toro. (EFE)
El torero valenciano Enrique Ponce da un pase de muleta a su primer toro. (EFE)

Plaza de toros de Las Ventas

19 de mayo de 2016

14ª de Feria. Lleno en tarde agradable, molestó mucho el viento a rachas.

Seis toros de Puerto de San Lorenzo de 516 a 591 kilos. Cuarto tris (segundo sobrero) de Valdefresno. Espectacularmente presentados, con kilos y con pitones. Muy en Atanasio. Salidas de abantos y mejores finales aunque sin rematar ninguno.

Enrique Ponce, de grana y oro. Ovación tras aviso y ovación.

Daniel Luque, de verde botella y oro. Silencio y silencio tras aviso.

Román, que confirmaba alternativa, de corintio y oro. Ovación comprensiva tras partirse el toro una pata y ovación.

Citar, cruzarse, colocarse, controlar, confiar, cautivarse... Hoy, para hablar de toros: Ponce…

Pues pongo C…

Casi caigo cautivado como cuando caigo en la cuenta. ¿Comprendo citar centrado? ¿Comparto ceder costumbres? ¿Cedo cuestiones concretas convencido? ¿Consigo convivir con cadencia? ¿Cuido consciente comportamientos concupiscentes cuando cuadro cornúpetas? ¿Camino concentrado cuando cito? ¿Canalizo confusiones? ¿Controlo cábalas cientas, cual cabeza cabalgara cabreada como cabestro cabrino, cuando concentro certeros comentarios en el coso?

Cabizbajo, cínico, comedido, consigo cifrar, celoso y contumaz, el ciclópeo círculo cerrado de mi cerril capote casi cogido centrado… Casi caigo cautivado cuando coordino conocimiento y capoteo conmovido con cierto cérvido ciudadano campero… con colosal cabronazo cual cabestro cabreado, capaz de cicatrizar cuerpos con cada certero y cincelado cilindro corpóreo con que corona su cornamenta, cual celada o capirote cubriendo completa su cabeza… cual ceñidos y circuncidantes cipreses casi capaces de cortar conciencias y corregir cojones… coordino y capoteo… y casi coge mi capote... Casi cornea mi cuerpo… Casi…

Cuernos… cobijo codiciado. Cirujanos corporales. Cuernos… cocina, cocedero de cobardes, cretinos, crecidos correligionarios de corridas, codiciosos comprometidos con cerciorarse de cambiar su casi cantada corta carrera… Cornada… cochina cortapisa, coautora cualificada, clemente, cortante y cuadriforme, cuenta caídos, crispa, criba y no da crédito… Cría cuervos, criticarán contentos… cita cierto… cornada al cuerpo…

Divago… y casi caigo cautivado… convencido a ser torero… pero enseguida caigo en la cuenta: casi nadie es capaz de serlo… lo que un torero practica con naturalidad ni siquiera está al alcance de soñarlo para casi todos los que lo disfrutamos… y los que intentamos algún día llevar a cabo el toreo reflexionamos y nos preguntamos, divagamos, sobre qué es lo que nos falta, qué necesitamos, qué hubiéramos cambiado… Casi nadie es capaz de ser torero… pues entonces ¿quién podría ser como Ponce? A veces pienso que ni Ponce siquiera… No se puede concentrar tanto talento, tanta técnica, tanta belleza, tanta entrega, tanta gracia, tanta sabiduría, tanta experiencia… No se puede ser tan bueno. Tan bueno como es Ponce y tan bueno de compartirlo tanto, pues su único fallo es ser tan bueno tantas veces como para que algunos se cansen. Tan perfecto cada tarde que no todo el mundo aprecia los matices y el camino que recorre en cada faena para alcanzar esa perfección.

Habrá un día en que, cuando se hable de toros, todas las palabras deban empezar por C, como homenaje…

Piénsalo y a partir de ahora para decir que sabes de toros habla bien de Ponce… y para hablar de toros, a partir de ahora… pon C…. que yo… como contagioso compromiso casi consigo componerlo…

Y es que Ponce ha vuelto a estar bien en Madrid, a pesar de los del Puerto. A pesar de las pesadas devoluciones, aligeradas por la maestría de Florito, hipnotizador de mansos y cautivador de bravos. Sé que a Ponce le hemos visto mucho. Sé que se pone pesado de vez en cuando (otra vez avisó antes de entrar a matar). Pero qué pedazo de torero hemos disfrutado los últimos 20 años. Sacó lo que no tenía al complicado de Valdefresno y mostró al público su faceta de lidiador paciente y técnico, su toreo por bajo y su toreo a dos manos, que tiene que seguir existiendo para hacerse referente de la moderna tauromaquia. Lejos de la sorpresa de su debut con picadores, lejos de sus primeras orejas, Ponce sigue siendo un valor seguro a la hora de valorar la capacidad del hombre sobre la bestia. La técnica sobre la fuerza. Demasiado fácil a veces, demasiadas veces fácil… Pero el tiempo hará justicia a este torero histórico que aunque no lo parezca ha salido tres veces por la puerta grande de Las Ventas.

Daniel Luque paró el reloj en dos muletazos al quinto y ahí estuvo resumida su contribución a esta feria. La mala suerte, el viento, los pinchazos y la lesión de su primer toro le impidieron destacar lo suficiente como para reclamar más atención de público y empresarios. Y no será por falta de cualidades o de ganas, pero a veces el destino se convierte en desatino.

Román, todo disposición y ganas de agrado. Otro torero valenciano con técnica y repertorio. Necesitará mejor oportunidad que esta para lanzar su incipiente carrera. Capacidad, valor, técnica y buen gusto no serán lo que le falte para asentarse entre los grandes, lo ha demostrado en el exigente sexto, a pesar de su mala resolución con los aceros.

Pero, de verdad, hablemos bien de Ponce. Que la moda no siga siendo hablar mal de los toreros que triunfan… y por favor, pon C cuando vuelvas a hablar bien de toros…

Plaza de toros de Las Ventas