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Toros de la Feria de San Isidro: don Javier, es usted un sinvergüenza
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Juan José Cercadillo

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Toros de la Feria de San Isidro: don Javier, es usted un sinvergüenza

Lo que ha hecho este lunes requeriría de un encuentro cara a cara que le avergonzara hasta la infamia de descubrirse a sí mismo como presidente

Foto: El novillero venezolano Jesús Enrique Colombo, en la faena a su segundo novillo. (EFE)
El novillero venezolano Jesús Enrique Colombo, en la faena a su segundo novillo. (EFE)

Plaza de toros de Las Ventas, 22 de mayo de 2017
12ª de Feria. Primera novillada de las tres del ciclo de San Isidro. Tres cuartos de entrada en tarde perfecta para toreros y espectadores.

Seis novillos de El Montecillo de entre 473 y 515 kilos bien presentados y serios, especialmente el quinto y sexto, de bonitos pelajes y hechuras pero de comportamientos irregulares y algunos impredecibles, presentando más dificultades de las que aparentaban, compensado por la movilidad y brío general. Lo que permitió una muy interesante tarde de toros.

Jesús Enrique Colombo, de grana oscuro y oro, que hacía su presentación, ovación y fortísima vuelta al ruedo tras petición mayoritaria que el presidente deniega incomprensiblemente.

Pablo Aguado, de verde botella y oro. Silencio y ovación.

Rafael Serna, de grosella y oro. Silencio y silencio.

Tengo infantil afición a la retórica, y colegial conocimiento de las figuras literarias. Admiro sinceramente la capacidad del ser humano para comunicarse con la palabra, ya sea hablada o escrita. Los siglos y la suma de millones de talentos entregados al estudio y documentación admirados por el milagro de la palabra han conseguido que tengamos sistematizados procedimientos y técnicas de uso del lenguaje puestas al servicio de la estética sin menoscabar su original función comunicativa. Y aunque todas las nuevas vías de comunicación digital parecen tener declarada la guerra a los recursos literarios y a los tropos, y su recuerdo o uso hace mucho que no me es habitual, hoy he visto al presidente de la novillada, D. Javier Cano Seijo, y me han venido todas de golpe a la memoria.

Recuerdo algunas figuras de diálogo que inciden en el carácter comunicativo del discurso y que son muy propias del estilo directo, que es el que más intento utilizar cuando hablo de toros. Y también recuerdo los tropos, algunos al menos: metáforas, alegorías, sinécdoques, ironías...

Así que va usted a tener suerte, D. Javier. Porque voy a recurrir a mis olvidados, quizá nunca bien aprendidos, recursos estilísticos, retóricos o expresivos para trasladarle lo que pienso de su ejecución de la autoridad.

Bueno, no: D. Javier, es usted un sinvergüenza.

Pensé en utilizar la apóstrofe, figura literaria de diálogo que, como sabrá, también se denomina patética: emoción, vehemencia al dirigirse a un interlocutor no presente y muy propio de los soliloquios y las invocaciones. Venía al pelo la susodicha. Pero ante la incertidumbre, rayana en la certeza, de que resultara más patética que de diálogo, me rajo.

Y me rajo como creo que debería hacer usted, y no me refiero a no ejercer más la presidencia en la plaza de Madrid o en cualquier otra, me refiero al harakiri. Única salida, aprecie la metáfora, que vería digna al deshonor que acaba de cometer con un hombre de menos de 20 años que se ha jugado la vida sin reservas y, lo que viene siendo igual de grave, con la historia de una plaza que, afortunadamente, sobrevivió y sobrevivirá a personajes que manifiestan con pública mezquindad su atormentada vida interior.

Para mí la expresión "es usted un sinvergüenza" roza la poesía, es casi una hipérbole de sus cualidades, una palabra-parábola de lo que pienso, una elipsis de lo que de usted diría...

Ya anunció su deseo de ser el centro de la noticia hace unos días negándole una oreja a El Fandi y negándole hasta banderillear. Pero lo que ha hecho este lunes requeriría de un encuentro cara a cara que le avergonzara hasta la infamia de descubrirse a sí mismo como presidente. Un encuentro con el toro que ha matado Jesús Colombo. Seguro que eso cambiaba su tabla de valores de inmediato. Pero como estoy seguro de que eso nunca se va a producir, me conformaría con un encuentro cara a cara con el chaval. Un chaval de Venezuela que se presentaba en Madrid con ilusión, con oficio, con torería, con arrojo, con la vocación de ser torero a flor de piel. Un novillero que ha dado una lección de cómo abrirse paso en este difícil mundo con un toro mucho más complicado de lo que parecía El Montecillo. Un torero que le ha pegado una de las más entregadas estocadas que yo he visto en años. ¿Ni siquiera la peligrosa voltereta que le ha dado y que le ha podido partir en dos le ha abierto los ojos para ver la casi unánime petición de oreja?

Se me caía el alma a los pies viendo llorar en las tablas al novillero, y a pesar de los cariñosos gestos de los tendidos en la vuelta al ruedo, no encontraba consuelo para mi disgusto, así que me imagino como estará él.

No recordaba nada así de flagrante desde que a El Madrileño se le negara una oreja de novillero hace ya un porrón de años. Y se nota el paso de los años porque la bronca al presidente este lunes también me ha parecido hasta cariñosa. O políticamente correcta. Sobre todo si tenemos en cuenta que el presidente tiene la obligación de dar la oreja si la petición es mayoritaria. NO es opinable. Tiene que darla. La tarde de El Madrileño llegó la indignación de los aficionados a tal extremo que tuvo que intervenir la fuerza pública en defensa de su más alto representante en la plaza. Como cuando aplaudieron el otro día a Talavante por mirar al tendido en un desplante ahí veo yo problemas en la afición de Madrid. La plaza de Madrid es la más dura del toreo, la más importante por tanto, pero también ha sido siempre la más justa. Ojalá eso no se pierda.

Pablo Aguado y Javier Serna, dos toreros sevillanos heridos en esta plaza en actuaciones anteriores, han estado a la altura de la novillada. El peor lote de Javier Serna no le ha dado opciones. Pablo es un torero artista, fino, elegante, que torea con el capote de forma privilegiada, precioso galleo y quite por chicuelinas en el quinto, y que este lunes ha dejado extraordinarias muestras de su concepción estética y artística del toreo. Su segundo novillo no tenía ni un pase por el pitón izquierdo y eso dificulta el triunfo en Madrid. Lástima. Pero ha sido una gran tarde.

Se disfrutan las novilladas en San Isidro ahora que se pone más cuidado en el ganado. Se disfruta de la ilusión a raudales de los que quieren ser toreros. Antes se valoraban hasta sus deficiencias para proteger el futuro de la fiesta. No conozco su grado de aficionado, D. Javier, así que no podemos pedirle que tenga en cuenta eso, pero déjeme que le exija un poquito de vergüenza en su sentido no literario sino literal. Tenga usted un poco de "sentimiento ocasionado por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante", será la mejor manera de que no terminemos por cargarnos la fiesta.

Plaza de toros de Las Ventas, 22 de mayo de 2017
12ª de Feria. Primera novillada de las tres del ciclo de San Isidro. Tres cuartos de entrada en tarde perfecta para toreros y espectadores.