Montoro vuelve a engañar a los autónomos: los impuestos no bajan, sino que subirán

Es uno de los grandes titulares que el Gobierno está vendiendo estos días: la nueva reforma fiscal, que ahora mismo se está tramitando en el Senado, disminuirá las retenciones fiscales de los emprendedores.

Un titular maravilloso, qué duda cabe, aunque bastante falto de verdad. Porque, pese a las buenas noticias que intenta vendernos nuestro ministro, Cristóbal Montoro, lo cierto es que hay dos medidas de la reforma fiscal que no gustarán absolutamente nada a los más de tres millones de autónomos que tiene nuestro país.

1.- La (falsa y tardía) reducción del IRPF

La primera es la que ya hemos comentado: una reducción en el IRPF de los trabajadores por cuenta propia. Frente al 21% de IRPF que actualmente paga cualquier autónomo (un 15% en caso de facturar menos de 12.000 euros/año), en principio el Gobierno planteó que este impuesto bajase al 20% en 2015 y al 19% en 2016. Sin embargo, la última enmienda del Grupo Popular (PP), que seguramente sea la que se apruebe, reduce aún más esa tasa, llevándola al 19% en 2015 y al 18% en 2016.

Una gran noticia y una significativa rebaja, ¿verdad? Pues no. Vayamos por partes y remitámonos al año 2012. Concretamente al mes de julio, cuando el IRPF de los autónomos españoles era del 15% (seis puntos por debajo del actual). Fue entonces cuando el Gobierno, de tapadillo y sin anunciarlo en el Consejo de Ministros, decidió subir ese impuesto nada menos que hasta el 21% actual.

Ahora retrotraigámonos a junio de este 2014, cuando el ministro Montoro, en un alarde de generosidad para con los autónomos y emprendedores de este país, anunció que el IRPF bajaría al 19% a partir del 1 de enero de 2015, en lo que se vendió como un generoso esfuerzo del Gobierno. Pero ¿era ese esfuerzo tan generoso? En absoluto, oiga. Si volvemos a julio de 2012, comprobaremos que, al subir el IRPF hasta el 21%, el Gobierno ya dijo que era algo temporal, y que este tipo bajaría hasta el 19% el 1 de enero... de 2014.

Es decir, que la bajada al 19% que Montoro nos está vendiendo estos días no sólo no es nueva, sino que, de hecho, llega con un año de retraso. Pero esa parece ser la táctica del ministro: anunciar la misma bajada tres veces, para que así parezca que ha habido tres reducciones.

De hecho, vayamos más allá: una bajada del IRPF ¿realmente se puede considerar una bajada de impuestos? En realidad podríamos dudarlo, ya que el pago del IRPF en las facturas acaba siendo compensado en la declaración de la renta. Como mucho, lo que baja es el porcentaje que los autónomos nos retendremos en cada factura, pero, a la hora de hacer la renta, ajustaremos cuentas con Hacienda y los ingresos del Estado serán exactamente los mismos.

2.- El Gobierno elimina la deducción por nuevos empleados

Por otro lado, del mismo modo que el Gobierno ha hecho grandes esfuerzos por dar a conocer a la opinión pública la bajada del IRPF, ha hecho justo lo contrario con una deducción que se ha cargado sin compasión.

¿Sabías que, desde el año 2009, los autónomos que facturan menos de cinco millones de euros anuales y tienen menos de 25 empleados tienen una deducción fiscal del 20% en sus rendimientos netos si mantienen su empleo o si aumentan la plantilla? Y lo más importante: ¿sabías que la nueva reforma fiscal se va a cargar esa deducción a la que los autónomos españoles vienen accediendo desde hace nada menos que quince años?

¿A que no has visto a ningún miembro del Gobierno hablar de esto?