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Los emprendedores necesitan el IVA aplazado (aunque a El Corte Inglés no le guste)
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Carlos Otto

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Los emprendedores necesitan el IVA aplazado (aunque a El Corte Inglés no le guste)

Después de prometerlo diez veces, el Gobierno aprobó el pago aplazado del IVA a autónomos. Sin embargo, ya comienzan a surgir algunas voces contrarias

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Lo decíamos hace un tiempo: el IVA aplazado para los emprendedores, pese a ser una medida muy demandada, está fracasando estrepitosamente.

La medida venía sugerida (por no decir impuesta) por la Comisión Europea desde el 13 de julio de 2010, pero ni el Gobierno de Zapatero ni el de Rajoy parecían atreverse a implantarla. Al final, tras prometerla más de diez veces, fue Rajoy el que la aprobó en 2014 para que autónomos y pymes pudiesen no pagar por el IVA de una factura hasta que esta fuese efectivamente cobrada.

La medida, no obstante, está siendo un momentáneo fracaso, ya que sólo 20.000 autónomos de nuestro país se han acogido a ella. Sin embargo, aquí defendimos la idoneidad de esta iniciativa, cuyo mayor enemigo iba a ser “el posible chantaje que las grandes empresas pueden ejercer sobre las pequeñas para que no se acojan a la medida”.

El Corte Inglés 'advierte' a sus proveedores

Pues bien, ese “posible chantaje” ya se ha hecho evidente. Lo contaba hace poco eldiario.es: por lo que parece, El Corte Inglés ha enviado una carta a sus proveedores amedrentándoles y advirtiéndoles de que, si optan por acogerse a ese aplazamiento del IVA, “nuestra empresa, como destinataria de sus facturas, se vería obligada a retrasar la deducción del IVA repercutido en sus facturas hasta el momento del pago total o parcial de las mismas”. Y claro, “esto, además de los costes financieros que conlleva, supone nuevas cargas administrativas y desarrollos informáticos para el control del vencimiento de sus facturas”. Descargue aquí la carta (PDF).

Es decir, que si El Corte Inglés tiene que pagarte una factura, lo hará en el plazo que hayan pactado contigo; ahora bien, si decides retrasar la liquidación de dicha factura por el retraso en el pago, que les haces la puñeta, chico. ¿Te parece mal? Pues si te parece mal, no te preocupes: a lo mejor les da por prescindir de tus servicios como proveedor y optan por contratar a otra empresa que no sea tan tiquismiquis con esto de cobrar. Que es que te pones muy especialito, oye.

Las empresas incumplen la Ley de Morosidad

Y este, amigos, es el gran problema del IVA de caja: no es cuestión de que el Gobierno (a quien hemos dado bastantes palos cuando se lo ha merecido) haya aprobado una medida absurda, ni mucho menos; el problema es que tu cliente va a tardar en pagarte, pero oye, el IVA de esa factura que no te ha pagado se lo quiere ahorrar lo más pronto posible.

La práctica no sólo parece abusiva, sino que además viene a complementar las dudosas acciones de la generalidad de las grandes empresas españolas, que incumplen de manera sistemática la Ley de Morosidad de nuestro país. Dicha ley, aprobada el 7 de julio de 2010, obliga a las empresas privadas a pagar sus facturas en un plazo máximo de 60 días desde que les hayan sido emitidas. Sin embargo, actualmente las empresas están haciendo el pago a 83 días, según el estudio Índice de Riesgo 2014.

Empresas como El Corte Inglés pagan cuando les conviene, ¿por qué nosotros no podemos hacer lo mismo?

Y si quien te debe dinero es una administración pública, la cosa se pone aún peor. Pese a que la ley les obliga a pagarte 30 días después de que les hayas emitido la factura, actualmente lo hacen a 154 días, con el consiguiente perjuicio para la pequeña empresa.

Así que, amigo emprendedor, ya lo sabes: si eres autónomo y/o tienes una pyme, no sólo vas a tener que tragar con que tus clientes te paguen con retraso e incumpliendo la ley; ahora también tendrás que entender que oye, incluso aunque no te paguen, tienes que dejarles que se ahorren el IVA.

Actualización: El Corte Inglés se ha puesto en contacto con Teknautas para matizar su posición, que reproducimos íntegramente:

El artículo titulado “Los emprendedores necesitan el IVA aplazado (aunque a El Corte Inglés no le guste)” que firma Carlos Otto está lleno de incorrecciones y falsedades. Dicho artículo demuestra falta de rigor y desconocimiento técnico sobre la normativa que desarrolla el Régimen Especial de Criterio de Caja en el IVA.

A finales de 2013 se aprobó la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a emprendedores y su internacionalización en la que se desarrolla el Régimen Especial de Criterio de Caja en el Impuesto sobre el Valor Añadido. Con tal motivo y puesto que dicha Ley entraba en vigor en enero de 2014, El Corte Inglés envió a finales de 2013 una carta a los proveedores que pudieran estar afectados por esta normativa pidiéndoles que le informaran sobre qué opción habían elegido en relación al IVA: la aplicación del Régimen Especial de Criterio de Caja o la aplicación del Régimen General. El objeto de esta solicitud no era otro que acompasar o sincronizar, conforme marca la ley, la actuación fiscal de ambas empresas, en este caso El Corte Inglés y su proveedor. Es decir, coordinar los tiempos de IVA repercutido e IVA deducido.

En dicha carta se informaba también de que el fin de la misma era “facilitar la gestión” de las facturas de los proveedores “y evitar demoras en su conformación”. Asimismo, se facilitaba información sobre las actuaciones que debería realizar El Corte Inglés según la decisión que hubiera adoptado el proveedor.

El Corte Inglés apoya a las pymes, a los emprendedores y a los autónomos. Y son absolutamente falsas las opiniones que se vierten en este artículo en relación a las supuestas presiones para que los proveedores afectados se decanten por una u otra opción respecto a la repercusión del IVA (Régimen General o Criterio de Caja). A El Corte Inglés no le interfiere de ningún modo en su actividad una decisión u otra; tan sólo necesita tener conocimiento de ello para hacer la deducción correspondiente en el momento oportuno.

Lo decíamos hace un tiempo: el IVA aplazado para los emprendedores, pese a ser una medida muy demandada, está fracasando estrepitosamente.