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Los tres fantasmas que acechan al sector del taxi
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Antonio Ortiz

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Los tres fantasmas que acechan al sector del taxi

Es difícil dilucidar el futuro del sector del taxi. Posiblemente tenga que adaptarse ante el peligro de los Uber de la vida, a costa de perder su poder

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“Vende tu licencia, mejor hoy que mañana”. Como fantasmas –todos de las Navidades futuras– los futuros posibles para el sector del taxi se aparecen en las portadas de los medios, en las secciones de tecnología, en lasconversaciones entre compañeros del gremio, y entre insinuaciones de los clientes.

Uber abre en tal o cual ciudad del mundo. Se monta un escándalo por su voracidad y su –difusa, cuando no ausente– postura ética. Aparece un competidor que hace lo mismo que Uber, aparecen diez. Una ciudad o un país entero le plantacara y prohíbe o hace como siprohibierasu actividad. Un juez sentencia en su contra. O a su favor. No está claro si pueden seguir. Otra empresa viene a salvarnos de Uber con su app.

Los tres fantasmas del taxi que viene dibujan tres futuros, y no hay mucho tiempo para elegir cuál creer. Es un cuento en el que es imposible que todos tengan su final feliz, en elpara todos es el otro quien debe reinventarse, y en el que no está claro si el pasado podrá conectarsecon el porvenir.

El primer fantasma nos dibuja un futuro en el que estados y ciudades derrotan y expulsan a los Uber de este mundo. Ya hay batallas ganadas:en Alemania, en Francia, hasta alguna en Estados Unidos.¿Cómo nocreer, sobre todo en la tan felizmente regulada Europa, que los políticos desecharán la propuesta liberal de los anarcoliberales de Sillicon Valley?

Además, ¿acaso no es Europa la brújula yel modelo a imitar? ¿Cómo vamos a dejar que otraempresa yanqui se coma un sector entero, precarice una profesión, y ademássin que esto sea diseñado ytutelado por las mentes preclaras que pululan en nuestros partidos políticos?

Para el primer fantasma la respuesta está clara:conserva tu licencia. Ya no vale tanto como hace cinco años, pero es cosa de la crisis. Quizás los mejores tiempos no vuelvan, pero el taxi sigue siendo un sitio seguro donde estar mientras dura el chaparrón.

El segundo fantasma se ríe de tus seguridades y garantías.La tecnologíanunca se desinventay, en el fondo, muchos políticos le hacen ojitos a un Uber que de repente le ha quitado al gremio del taxi el poder de parar la vida de negocios de una ciudad.

No se puede huir de la disrupción tecnológica

En este futuro, los europeos han comprado las ideas de la vicepresidenta de la Comisión Europea, Neelie Kroes: el taxi no tiene bula del rey para evitar la “disrupción tecnológica”. ¿Vamos a dejar a Europa trasla eficiencia económica que introducen los Uber ynos vamos a anclar en sectores protegidos impermeables a la liberalización con la que el resto convive?

Con este panorama, los taxistas no pueden hacer demasiado. Si atacan a los conductores del servicio online en Barcelona, aumentan su mala prensa. Si hacen una huelga, la gente descarga la maldita app en masa.

Este segundo fantasma es el que me dio la frase para comenzar esta pieza. Vende tu licencia de taxi, aunque creas que vas a perder mucha pasta, o acabarás como el último que se creyó la burbuja inmobiliaria o las acciones de Bankia.

Hay un tercer fantasma que se resiste a la tecnofobia y al tecnoutopismo. Es el que tienemás papeletas de aparecerse a medio plazo. Nos habla de un modelo menos regulado, en el que gobiernos y ciudades aprovechan para meter mano al taxique, ante el miedo a los Uber de la vida –ante el miedo al futuro, en todo caso–, se quita el cinturón de seguridad. Quién sabe cuánto valdrá una licencia de taxi si acaba cumpliéndose.

Mirar al futuro del sector del taxi con una licencia en la mano es la imagen de nuestro tiempo. Todos somos un taxista con un papel quegarantizaba el porvenir, que nos costó un huevo y parte del otro, que nos daba entrada al club de la clase media occidental. A todos se nos cae la sonrisa cuando nosdicen que hay que ser valiente, adaptarse a los nuevos tiempos y a la tecnología, que el mundo se transforma, que es lo que toca.

“Vende tu licencia, mejor hoy que mañana”. Siete palabras muy fáciles de decir desde la barrera, cuando no te juegas la vida ni el futuro de tu familia.

“Vende tu licencia, mejor hoy que mañana”. Como fantasmas –todos de las Navidades futuras– los futuros posibles para el sector del taxi se aparecen en las portadas de los medios, en las secciones de tecnología, en lasconversaciones entre compañeros del gremio, y entre insinuaciones de los clientes.

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