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Por qué ya no importa que cierren las grandes webs de descargas
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Manuel Contreras

¿Ha probado a reiniciar?

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Manu Contreras

Por qué ya no importa que cierren las grandes webs de descargas

Grandes plataformas de BitTorrent, webs que publican películas de alta calidad o aplicaciones como PopCorn Time están desapareciendo de internet

Foto: Foto: REUTERS/Mark Ralston
Foto: REUTERS/Mark Ralston

Durante décadas las grandes empresas de la industria de la música y del cine han jugado al ratón y el gato con los portales de descargas y de torrents. Napster marcó el inicio de la guerra contra las descargas, en la que se involucró la banda Metallica, que lideró una campaña contra esta empresa a la que llevó a la bancarrota. Desde entonces, grandes portales como Megaupload han desaparecido por presiones policiales.

Han sido muchos años de batalla y muchos intentos por acabar con la piratería: presiones políticas, legislaciones, ataques informáticos... Y aún así no parece que se esté acabando, sino que seguirá transformándose mientras existan países donde no haya acceso a buen contenido a precio asequible.

Adiós a PopCorn Time y 'YIFY'

Hace unos días conocíamos que la MPAA (Asociación Cinematográfica de Estados Unidos) era responsable de la desaparición de PopCorn Time, una de las aplicaciones más famosas que permitía ver series y películas de todo tipo, sin complejidad técnica y con una gran calidad de vídeo. Esta asociación también está detrás del cierre del grupo YTS/YIFY, muy conocido en internet por publicar películas en alta calidad, grabadas desde versiones Blu-ray o formatos digitales.

Ayer conocimos que también son responsables del cierre de Demonii, un tracker que se encarga de enrutar y organizar el tráfico de los usuarios de torrents.

Pese a las quejas en redes sociales y foros dedicados, ya han surgido otras plataformas que ofrecen, más o menos, el mismo servicio o contenido. Como ha pasado en otras ocasiones, es un fenómeno imparable.

Pese a cerrar webs de descargas, los usuarios se adaptan a otras plataformas

El famoso portal e icono de las descargas The Pirate Bay estuvo inaccesible durante días en 2014. Durante este lapso de tiempo, en el que muchos usuarios pensaron que era el fin de la web, se crearon copias que ofrecían el mismo contenido. Esto demostró que no es fácil acabar con estos sitios. Por cada portal de descargas que se cierra, se crea otro.

¿Es la piratería imparable? No lo es, pero se ha encontrado con un rival a la altura de las expectativas de los usuarios: las aplicaciones de streaming.

Las plataformas digitales minimizan la piratería

Si miramos cómo era internet hace 10, o incluso hace 5 años, se podía justificar a los usuarios que descargaban series, películas y música de redes BitTorrent y webs de descarga directa. Era difícil acceder a este tipo de contenido de calidad y actual y estos sitios eran la única solución para muchos.

Hoy en día, con nuevas plataformas como Spotify, Google Play Music, Wuaki o la recién llegada a España Netflix, estos sitios empiezan a ser innecesarios: los servicios legales ofrecen mucho contenido con precios asequibles.

Acceder a los contenidos que se acaban de estrenar en otros países sigue siendo el principal motivo por que se usan las webs de descargas. Este es un problema que las plataformas de televisión digital están intentando mitigar, apostando por estrenos al día siguiente de la emisión.

El pasado septiembre el grupo de consumidores australiano Choice publicaba un interesante artículo: la piratería está descendiendo en este continente gracias al acceso de plataformas digitales.

Según el estudio, se aumentó un 13% la compra o suscripción de este tipo de servicios, gracias en parte a la disponibilidad de Netflix en el país. Los usuarios que pirateaban series de televisión bajaron desde el 23% al 17% en sólo un año, uno de los descensos más significativos de los que hay registro.

No han sido los cambios en leyes que intentan penalizar las descargas o compartir archivos en redes P2P los que han conseguir invertir la tendencia, sino el acceso a las plataformas digitales. Son ellas las que están cambiando el panorama de la piratería en sectores que llevan años quejándose de este fenómeno.

Mucho por hacer

El acceso a estas aplicaciones es una parte de un puzzle complicado y lleno de trabas. No sirve de nada tener este tipo de sitios si no hay facilidad para integrar el contenido que los usuarios demandan.

Un ejemplo ha sido la llegada de Netflix a España, con un catálogo muy alejado del que ofrece en otros países cercanos. Aquí el problema es el reparto de las licencias que otras cadenas tradicionales compraron con antelación, siendo el caso más notable la falta de temporadas de series que la propia Netflix produce y que en España ya había adquirido Canal+.

En el mundo de la música pasa algo similar, pero con la retribución de los artistas. De poco sirve tener plataformas que te permiten escuchar millones de canciones si los autores que de verdad lo necesitan no ganan dinero, aunque como es conocido, gran parte de las ganancias de estos artistas llegan desde otras vías, como ventas de merchandasing o conciertos.

Los usuarios también se enfrentan al problema del acceso a internet. No todo el mundo dispone de una conexión estable, especialmente en zonas rurales, donde las velocidades no han evolucionado mucho en años. Tampoco podemos olvidar que aunque estos sitios sean accesibles y tengan precios económicos, ir sumando varios acaban por convertirse en un gasto importante.

La piratería no muere, los datos demuestran que sigue creciendo a nivel global, aunque en Europa ha caído gracias a los países del este, pero tener acceso a una plataforma que con el contenido que la gente demanda puede mitigar este problema en todo el mundo.

Durante décadas las grandes empresas de la industria de la música y del cine han jugado al ratón y el gato con los portales de descargas y de torrents. Napster marcó el inicio de la guerra contra las descargas, en la que se involucró la banda Metallica, que lideró una campaña contra esta empresa a la que llevó a la bancarrota. Desde entonces, grandes portales como Megaupload han desaparecido por presiones policiales.