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WeChat, solo con publicidad no se puede destronar a WhatsApp
Escribe Homero en 'La Odisea' que ni el hombre más valiente es capaz de luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas. Extrapolando la
Escribe Homero en La Odisea que ni el hombre más valiente es capaz de luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas. Extrapolando la cita al campo de los mensajes de móvil, sostengo que nadie puede, ni por extensión debe, enfrentarse a estas alturas a WhatsApp. Al menos no en España.
Después del invierno de Line ha llegado el verano de WeChat. La empresa china que está detrás de la aplicación ha vaciado la caja en una megacampaña publicitaria protagonizada por Messi y Lebron James que se emite en quince países, entre ellos el nuestro. En consecuencia no hemos tenido descanso este año del crack del Barcelona: cuando dejamos de verle triscando por los estadios, nos lo hemos tenido que comer manteniendo conversaciones intrascendentes con su familia.
Pero mucho me temo quela sobredosis de Messi a la que nos ha sometido WeChat va a ser inocua comercialmente. Ha servido para que todos conozcamos que existe y para quemar una cantidad indecente de yuanes, pero poco más. Para destronar a WhatsApp hay que tener no un as, sino un repóquer en la manga.
Expectativa china, trastazo nipón
Tomemos el ejemplo de la japonesa Line, que se estrelló hace solo unos meses y con la que WeChat comparte un buen puñado de líneas maestras:muchofuegoartifical,alguna que otra maniobra sibilina para desacreditar a la competencia y lanovedadde los stickers por bandera. Si recordáis, no era difícil encontrar a un amigo que te vendiese las mil y una posibilidades de la nueva aplicación.Mi agenda telefónica se compone de unos 600 números, gran parte de ellos de los que encajarían en la categoría de early adopters, y solo 16 contactos en Line. A los que me dicen que ha tenido un crecimiento récord les replico: no en mi mundo.
Y bueno, con WeChat tenemos los mismos titulares, semejante pirotecnia y... un resultado más pobre incluso. Solo tres de mis contactos han tenido la deferencia de instalarlo para ver qué se cuece por allí. El contraste de los 569 que tienen WhatsApp es tan salvaje que sobran más explicaciones.
El problema de estas cosas sociales es que un usuario no tiene la posibilidad de escoger una u otra opción, sino que la lógica le obliga a decantarse por la de la mayoría de sus amigos. ¿Qué quieres, poder hablar con todos o solo con una parte de ellos? Y no nos engañemos: mantener más de una aplicación de mensajería instalada es un brindis al sol, y si no revisad el volumen deinformación enviada con cada una de ellas para descubrir que, en realidad, soloestáis utilizando WhatsApp.
España es tierra de WhatsApp. Incluso tiene un verbo respaldado por la Fundeu. Ninguno de los aspirantes ha logrado siquiera dividir a un porcentaje delelectorado, de modo que si alguien quiere su trono va a tener que ser con un golpe de estado. Por el método democrático solo van a quemar el dinero en la campaña.
Escribe Homero en La Odisea que ni el hombre más valiente es capaz de luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas. Extrapolando la cita al campo de los mensajes de móvil, sostengo que nadie puede, ni por extensión debe, enfrentarse a estas alturas a WhatsApp. Al menos no en España.