Es noticia
¿Soñará tu ordenador con ovejas eléctricas?
  1. Tecnología
  2. No me creas
José A. Pérez

No me creas

Por

¿Soñará tu ordenador con ovejas eléctricas?

El sueño de la singularidad tecnológica queda lejos. De momento, tendremos que conformados con disfrutar de la inteligencia artificial en las películas

Foto: Fotograma de la película 'Blade Runner'
Fotograma de la película 'Blade Runner'

La física llama singularidad a aquella región de espacio tiempo donde las reglas de la física, las que utilizamos para explicar el universo, dejan de tener sentido. Los agujeros negros son singularidades, y también el Big Bang.

En la década de los 80 un escritor de ciencia ficción llamado Vernor Vinge tomó prestado el término a la física para crear el concepto de singularidad tecnológica. Según Vinge, en el futuro tendrá lugar un evento tecnológico que pondrá patas arriba nuestro mundo. Tan radical será que nuestras reglas sociales, económicas y éticas dejarán de ser válidas.

Es difícil precisar qué forma podría tener esa singularidad, aunque la mayor parte de los autores que han intentado imaginarla han coincidido en que una revolución semejante solo podría ser provocada por el surgimiento de la inteligencia artificial.

La ciencia ficción

Pensemos en Blade Runner, de Ridley Scott, o en Inteligencia Artificial, de Steven Spielberg. En las sociedades que nos plantean estas obras, la tecnología ha alcanzado un grado de desarrollo tal que es difícil distinguirla de lo biológico. Todos los ámbitos sociales han sido radicalmente alterados por culpa de esta singularidad: la economía y la ciencia, por supuesto, pero también la ética y la espiritualidad. La creación de una inteligencia no biológica conllevaría un replanteamiento de la idea de humanidad.

El concepto de singularidad tecnológica planteado por Vinge hunde sus raíces en el trabajo del físico (y fundador de Intel) Gordon Earl Moore

El concepto de singularidad tecnológica planteado por Vinge hunde sus raíces en el trabajo del físico (y fundador de Intel) Gordon Earl Moore. En el año 1965, mientras Estados Unidos y la Unión Soviética se afanaban por conquistar el espacio antes que nadie, Moore publicó un artículo afirmando que la capacidad de los circuitos integrados se duplicaría cada año mientras que los costos de su producción se reducirían de manera constante. Aquella tesis, que se demostró correcta en los años siguientes, fue bautizada como ley de Moore.

placeholder El cofundador de Intel, Gordon Moore

Una década después, el físico pulía su teoría afinándola aún más; afirmó que el número de transmisores en un chip se duplicaba cada dos años, y que seguiría haciéndolo en el futuro. Moore acertó de nuevo.

La validez de la ley de Moore planteaba una cuestión obvia: ¿hasta cuándo se cumpliría? ¿Cuánto tiempo se mantendría el crecimiento exponencial de transmisores?

El sueño de la computación cuántica

La singularidad tecnológica plantea una respuesta inesperada a esta pregunta: las transmisores seguirán doblándose cada dos años hasta que las máquinas puedan aumentar sus capacidades por sí mismas. Hasta que los robots puedan aprender.

La película que con mayor belleza y precisión ha reflejado una singularidad tecnológica es 2001, Una odisea del espacio. HAL 9000, el ordenador de a bordo de la nave Discovery, es una inteligencia artificial que, enfrentada a un dilema, decide garantizar su propia supervivencia antes que la de los humanos para los que trabaja.

Hoy, 45 años después del estreno de 2001, Una odisea del espacio, la ciencia mira con esperanza a la computación cuántica, donde quizá radique la próxima revolución de la humanidad. Quienes trabajan en este campo, como el físico español Juan Ignacio Cirac, sostienen que los ordenadores cuánticos conseguirán resolver problemas irresolubles hoy en día.

El sueño de la singularidad tecnológica, sin embargo, sigue demasiado lejos. A nuestras máquinas les queda aún mucho tiempo hasta que puedan soñar con ovejas eléctricas, si es que pueden algún día. Por el momento, tendremos que conformados con disfrutar de la inteligencia artificial en películas y novelas. Después de todo, el arte es una de esas cosas que nos hacen humanos.

Por ahora.

La física llama singularidad a aquella región de espacio tiempo donde las reglas de la física, las que utilizamos para explicar el universo, dejan de tener sentido. Los agujeros negros son singularidades, y también el Big Bang.

Tecnología Tendencias de futuro