Las nuevas amenazas para las consolas: la banda ancha y la telefonía móvil

El panorama tecnológico es mutante, un lugar donde todo cambia de un año para otro y donde podemos encontrar con un producto nuevo que es capaz de desplazar a una industria entera en cuestión de segundos. En el caso de los videojuegos el horizonte temporal invita a pensar que habrá cambios muy importantes en el sector. Todo ello gracias a las conexiones de banda ancha y a la telefonía móvil.

El mundo de la tecnología y entretenimiento se encuentra en constante evolución. En apenas poco tiempo aparecen dispositivos que eliminan a otros de un plumazo siendo indiferente el volumen de negocio que haya por detrás. Haciendo memoria podemos encontrar varios ejemplos: el CD mató al Walkman, el MP3 acabó con los discos compactos y los tablets dejaron herida de muerte a la industria de los ordenadores. En el mercado de los videojuegos por su parte, nos encontramos en un momento muy interesante.

Por un lado acaban de llegar dos consolas de nueva generación que ofrecen una experiencia de juego sin igual y que están llamadas a triunfar en los próximos años. Por otro, las consolas portátiles intentan hacerse hueco a pesar de que la competencia es durísima y las ventas están lejos de lo que conseguían hace años. Enfrente aparecen nuevos servicios o productos que de momento parecen no inquietar a la industria pero que seguro que cambian el ecosistema.

Llega el 'Cloud Gaming'

Hace años que se lleva hablando de los juegos en la nube pero es ahora cuando comienzan a tomar protagonismo. Las conexiones de fibra óptica que permiten al usuario recibir más de 100 megabits reales son capaces de transmitir todo tipo de datos, entre ellos, videojuegos. 

Hace tres semanas tuve la oportunidad de conocer de primera mano los planes de Orange Francia y puedo afirmar que el cloud gaming es una realidad. Los clientes de la operadora ya pueden jugar al Pro Evolution Soccer 2014 sin necesidad de consolas y quién sabe si llegarán más títulos estrella en los próximos meses.

Las autopistas de la información ya están construidas, solo necesitan que el tráfico que circula sea de valor para poder cobrar al cliente

Me consta que Telefónica España también está ensayando con esta tecnología y es que el negocio fundamental de las operadoras en los próximos años va a estar en los contenidos. Las autopistas de la información ya están construidas, solo necesitan que el tráfico que circula sea de valor para poder cobrar al cliente. 

Esta situación da a los desarrolladores de juegos la libertad de no depender de las consolas, hasta ahora sus únicos canales de comercialización. Eso podrá no solo bajar los precios de los juegos, sino evitar que los fabricantes de consolas ejerzan la posición de poder que tienen ahora. 

¿Hacia dónde irá el negocio?

No cabe duda que estos dispositivos también se han convertido en un serio competidor para las consolas portátiles. Cada vez son más potentes, las pantallas son más grandes y por si fuera poco aparecen gadgets que son capaces de convertir un teléfono en una consola. Un ejemplo de ello es el Logitech Powershell.

Este accesorio convierte al iPhone en un mando físico y además le dota de una batería adicional que evita que mermemos la autonomía del equipo. Su precio será de 100 euros lo cual permite al usuario convertir a su smartphone por poco dinero. 

Seguro que no es el último y es que los procesadores de 64 bits y las últimas mejoras gráficas permiten que los teléfonos inteligentes se conviertan en plataformas de juego al nivel de las consolas tradicionales.

Pensando con los pies en el suelo ¿Qué problema hay en disfrutar de un juego como Gran Turismo no solo en la tele, sino en un buen tablet o en la pantalla del portátil, si la conexión wifi de tu fibra óptica lo permite?. 

Con el lanzamiento de PlayStation 4 hemos conocido que Sony pierde dinero por cada consola vendida. Es evidente que el negocio está en los contenidos y quién sabe si en un futuro no muy lejano dejamos de ver las consolas físicas y todo funciona a través de internet.

Lo que está claro es que esa seguridad con la que las consolas dominan el mundo del videojuego puede cambiar y eso sí que sería una auténtica revolución digital.