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El remake cutre de ‘Los Pájaros’ se convierte en película de culto
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Nacho Gay

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El remake cutre de ‘Los Pájaros’ se convierte en película de culto

Birdemic no es un remake de Los Pájaros (1960, Alfred Hitchcock), pero casi. El argumento la verdad es que se parece mucho al de la obra

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El remake cutre de ‘Los Pájaros’ se convierte en película de culto

Birdemic no es un remake de Los Pájaros (1960, Alfred Hitchcock), pero casi. El argumento la verdad es que se parece mucho al de la obra original: una ciudad idílica. La tranquilidad como escenario. De pronto, unos chillidos amenazantes y unas aves enloquecidas que atacan sin causa justificada a la población. Hasta Tippi Hedren, una de las rubias preferidas del 'maestro del suspense', protagonista indiscutible del texto y el subtexto de The Birds, hace aquí un cameo. Si Hitchcock levantara la cabeza…

La principal diferencia entre Birdemic y Los Pájaros, por raro que pudiera parecer, cincuenta años después, en pleno ‘boom’ tecnológico, es que los efectos de postproducción están bastante menos logrados en la primera que en la segunda. Y eso a pesar de que el visionado actual de la obra de Hitchcock le provoca a uno, habituado ya a las virguerías de la técnica postmoderna, una inevitable sonrisa en determinadas secuencias. Pero en Birdemic la sonrisa se torna en carcajada: las aves, diseñadas ‘supuestamente’ por ordenador, no sólo no son creíbles, sino que apenas guardan proporciones coherentes con los edificios o las personas.

Aun así, esta cinta se ha convertido en todo un fenómeno en Estados Unidos; una película de culto en los circuitos de medianoche o, lo que es lo mismo, en la ‘sesión golfa’. Su autor, un fan insurrecto del mago del suspense, de 43 años, sin más nociones cinematográficas que las aprendidas durante el visionado recurrente de obras maestras como La ventana indiscreta, La Soga o Vértigo, invirtió los fines de semana de siete meses y 10.000 dólares de su bolsillo en elaborar una película de serie B, quizás C, que incompresiblemente ha recuperado con creces el escaso presupuesto invertido, y cuyo fenómeno ha ocupado toda una página del prestigioso ‘The New York Times’.

James Nguyen, así se llama el sujeto, tuvo incluso la desfachatez de presentar su obra a concurso en el Festival de Sundance, donde fue rechazada. Pero él mismo se encargó de exhibirla por los bares de alrededor. Además, disfrazó su destartalado utilitario con el nombre de la película, mal escrito, por cierto, y un águila ensangrentado. Tuvo suerte de cruzarse en su camino con Evan Husney, que trabaja para la distribuidora independiente Severin Films. Husney vio la película y pensó que “parecía un juego de Super Nintendo”, pero que era también “la cosa más divertida que había visto en su vida”. Así que Severin Films le firmó un contrato.

Profanando al maestro

Nguyen no es el primero ni será el último en plagiar a Hitchcock. Desde luego, hay que ser muy freak o estar muy loco para hacer una versión de una película del bautizado comomaestro del suspense’. Que se lo digan si no a Gus Van Sant, el pobre, que salió escaldado tras elaborar un psicodélico duplicado de Psicosis. Lo llamó Psycho (1998) y se trataba de un remake milimétrico, que copiaba plano a plano las innumerables bondades de su arquetipo. Phycho es una película fallida e innecesaria de uno de los directores más relevantes de los últimos veinte años, autor de obras maestras como Elephant (2003).

El año que viene, por cierto, Martin Campbell, el también director de Goldeneye y Casino Royale, ambas pertenecientes a la saga de James Bond, estrenará The Birds, una nueva versión sobre la que probablemente es la obra más compleja de Hitchcock. Naomi Watts hará las veces de Melanie, la rubia perversa que otrora interpretó Tippi Hedren. Así que Hitchcock estará ahora mismo retorciéndose en su tumba, a la espera de una nueva profanación de su obra, pero quizá sobre todo por no ser él mismo quien dirija los ademanes interpretativos de Watts, otra rubia imponente y, por ende, su musa potencial.

Nguyen tampoco es el primero ni será el último en conseguir un éxito similar con una película eminentemente pobre. En 1959, Edward D. Wood Jr. convirtió Plan 9 From Outer Space en un legendario fenómeno por sus innumerables defectos. Y es que, en ocasiones, hasta las películas más terribles, pueden tener encantos inusuales. O al menos eso parece.

Birdemic no es un remake de Los Pájaros (1960, Alfred Hitchcock), pero casi. El argumento la verdad es que se parece mucho al de la obra original: una ciudad idílica. La tranquilidad como escenario. De pronto, unos chillidos amenazantes y unas aves enloquecidas que atacan sin causa justificada a la población. Hasta Tippi Hedren, una de las rubias preferidas del 'maestro del suspense', protagonista indiscutible del texto y el subtexto de The Birds, hace aquí un cameo. Si Hitchcock levantara la cabeza…