El viacrucis de Medem: 'Habitación en Roma', de bruces contra la taquilla

Increíble, pero cierto. Era lo que le faltaba a Julio Medem, después de recibir el varapalo de la mayor parte de la crítica por su inclusión libidinosa en el cine más comercial, con objeto de redimirse por el rotundo fracaso de su último proyecto, Caótica Ana.

Se estrena Habitación en Roma en el décimo puesto de una taquilla que apenas tiene títulos de renombre. Fracaso absoluto para una película llamada a ‘reventar’ las huchas de sus fans y de los muchos voyeurs que habitan la piel de toro extendida.

Pero nada. Ni su eminente campaña de lanzamiento ni el enorme espacio que le ha dedicado la prensa ni el trasfondo erótico. Ninguna de estas razones ha empujado a las masas al cine. 195.000 euros de recaudación, con 130 copias en el mercado, arroja un dato preocupante: 1.609 euros por copia en su primer fin de semana.

Habitación en Roma estaba llamada a convertirse en el atajo taquillero que debía tomar Medem para poder realizar su gran proyecto de futuro, una producción megalómana que nos retrotrae a la Grecia clásica, centrada en la figura de Aspasia de Mileto, madame del siglo V relacionada con Pericles. Tiene guión Julio para su nueva paranoia, pero le falta dinero. Y ahora, sin duda, lo va a tener un poco más difícil.

Taquilla española fin de semana 8-9 de mayo:

1- (1) Alicia en el país de las maravillas: 1,75 millones de euros

2- (2) Iron man 2: 1,18 millones

3- (-) Un ciudadano ejemplar: 1,14 millones

4- (3) Que se mueran los feos:  887.000 euros

5- (-) Plan B: 765.000 euros

6- (-) Noche loca: 386.000 euros

7- (-) Viaje mágico a África: 281.000 euros

8- (4) Perdona si te llamo amor: 232.000

9- (6) Cómo entrenar a tu dragón: 201.000 euros

10- (-) Habitación en Roma: 195.000 euros

Medem en la cruz

Los problemas para el director donostiarra comenzaron precisamente con un documental que ahondaba en la problemática vasca. El PP se negó en rotundo a participar en la rueda de entrevistas que conformaban La pelota vasca, y eso le valió al director ciertas críticas que le recriminaban el sesgo del metraje. Más allá de eso, Medem se enfrentó a problemas de mayor calado con su panegírico político. La denuncia del exilio al que estaban obligados los vascos no nacionalistas supuso varios avisos de bomba en las salas donde se iba a proyectar la película con objeto de frenar su distribución comercial.

Con objeto de alejarse de este galimatías idiosincrásico, Medem se metió de lleno en su proyecto más personal, Caótica Ana, un tributo poético a su hermana, fallecida en accidente de tráfico en 2001. Cinco millones de euros de presupuesto y unas críticas negativas en grado superlativo tuvieron la culpa. Apenas 200.000 espectadores se acercaron a ver su película, datos muy lejanos a los de Los amantes del círculo polar o Lucía y el sexo, que además de triunfar en taquilla, habían recibido el respaldo de la Academia con varias nominaciones a los Goya.

Medem vivió entonces sus peores momentos como cineasta, sobre todo porque Caótica Ana era un film que le tocaba muy de cerca. Para luchar con el descrédito, el director se vio obligado a aceptar un proyecto de encargo, la adaptación del film chileno En la cama (2005), de Matías Bize, quien se negó a hacer el remake. Habitación en Roma debía ser “un proyecto puente”, según sus propias palabras. Una película encaminada a reconstruir la relación del realizador con su público y a ganar dinero.

La cosa no parecía difícil. Sólo dos millones y medio de presupuesto y un argumento con gran reclamo comercial. Algo necesario para atraer inversores a su proyecto ulterior, el más ambicioso: Aspasia. Pero, de nuevo, no ha habido suerte, y a Medem se le complican otra vez las cosas. Quizá su guión soñado nunca salga del cajón.

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