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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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M.A.R., Belén Esteban y otras sustancias

Televisión

Foto: El Gran Wyoming, Miguel Ángel Rodríguez en 13tv, las feministas en el Congreso y Belén Esteban
El Gran Wyoming, Miguel Ángel Rodríguez en 13tv, las feministas en el Congreso y Belén Esteban

Miguel Ángel Rodríguez, M.A.R. para los amigos -tesoreros o no-, es un tipo con estrella. No la suficiente, eso sí, como para que el Consejo de Ministros le indultara el pasado viernes. Llamar “nazi” en televisión al doctor Luis Montes le ha salido por 9.900 lereles. Pero no le va a costar demasiado esfuerzo recuperarlos. En su caso, como en el de Telecinco, las condenas judiciales son asumibles, males menores, porque son también su carta de presentación para participar recurrentemente en las muy moderadas tertulias políticas de laSexta o 13tv.

Hace unos días llamó “cocainómano” a Monzón en El cascabel. Sí, M.A.R. siempre se pasa de la raya, pero al menos esta vez no iba conduciendo. ¿Que quién es Monzón? “Pues Wyoming”, contestó Hermann Tertsch. Entre los dos dijeron la frase completa que uno solo no se atrevió a pronunciar. Una versión trasnochada de la Fuenteovejuna de Lope. Cuentos para viejas financiados por la curia, que no parece que tengan demasiada cabida en el Evangelio, pero que alimentan la paranoia y el credo de cierto tipo de público: el del gato, con o sin cascabel. El problema no es que alguien llame cocainómano a Wyoming. Ni siquiera importa si en verdad lo es o no lo es. El problema es que haya que llamárselo a alguien para ganar 300 euros o un cheque de El Corte Inglés.

Es ley de vida y de tertulia. Allí estaba Edurne Uriarte un día más tarde para certificarlo. Tras ver las imágenes de las activistas de Femen ‘sacando pecho’ en el Congreso, se refirió a ellas como “strippers profesionales”. Su comentario fue aplaudido por una cohorte de señores (Curry Valenzuela no estaba ese día entre ellos) que tenían pinta de no haber visto un seno desde que Franco era soldado raso. Uriarte proporciana, sin necesidad de desnudarse, la carnaza que demanda cierto tipo de público. Por eso, y por otras cosas, alaex del ministro Wertsiempre le ha ido muy bien en el mundo de la televisión. Pública o clerical, tanto monta. Es duro escucharla, pero es peor leerla. Droga dura.

“Una experiencia vivida hace unos días me ha llevado a concluir que estoy atravesando una época de un enorme equilibrio espiritual. Sin necesidad de un psicólogo que me lo certifique, porque he tenido una prueba contundente: mi reacción al horror de que un camarero arrojara ¡una copa entera de vino! encima de mi último bolso Gucci”. ¡Mi bolso!, por Edurne Uriarte (Mujer hoy).

Por la nariz muere el pez

Dejando de lado las drogas, y hablando de un tema que nada tiene que ver con ellas, qué duda cabe, me congratula anunciar que en siete días Belén Esteban vuelve a la televisión después de meses de ausencia. Están las Juanis, las Paquis y las Encarnis contando las horas para el despegue. Las van marcando en las paredes de su comedor como los presos los días en sus celdas. No queda apenas gotelé en España por violentar. Todasyonquis de la nariz de Belén Esteban. Y no es un juego de palabras. Ni un hipérbaton.

Telecinco ha conseguido crear un falsomito capaz de movilizar a un ejército de fans en base a una ideología infravalorada: el analfabetismo funcional. El de esta cadena es, en cierto sentido, un autoritarismo de corte posmoderno. Tienen supermujer y tienen masa. Sometidos a una lobotomía diaria, los espectadores veneran con fervor a la sota de bastas. ¿La necesita Vasile o la necesitamos nosotros? Esa es la clave maestra.

Distintos públicos, distintos narcóticos. La cosa es drogarse. La televisión es el gran 'camello' de nuestro tiempo. Y trabaja impunemente recetandotabiques de plata. Mi amigo M.A.R. tenía razón: Wyoming es cocainómano. Todos lo somos un poco.

Miguel Ángel Rodríguez, M.A.R. para los amigos -tesoreros o no-, es un tipo con estrella. No la suficiente, eso sí, como para que el Consejo de Ministros le indultara el pasado viernes. Llamar “nazi” en televisión al doctor Luis Montes le ha salido por 9.900 lereles. Pero no le va a costar demasiado esfuerzo recuperarlos. En su caso, como en el de Telecinco, las condenas judiciales son asumibles, males menores, porque son también su carta de presentación para participar recurrentemente en las muy moderadas tertulias políticas de laSexta o 13tv.

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