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Pilar Rahola, el cornudo y los 50.000 euros
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Pilar Rahola, el cornudo y los 50.000 euros

Los caballeros siempre las han preferido rubias. Sobre todo Hitchcock. Él ha hecho más que nadie por ellas. Nos enseñó a amarlas. Sobre todo a Tippi.

Foto: Jesús Atahonero y Olvido Hormigos, en una imagen del programa de Telecinco 'Abre los ojos y mira'
Jesús Atahonero y Olvido Hormigos, en una imagen del programa de Telecinco 'Abre los ojos y mira'

Los caballeros casi siempre las han preferido rubias. Sobre todo Hitchcock. Él ha hecho más que nadie por las blondas. Nos enseñó a amarlas. Su cine nos enseñó. Sobre todo a Tippi Hedren. Pero no todos los hombres somos Hitchcock ni todas las rubias son iguales.

Olvido Hormigos es rubia. Mucho. Y además de bote. Lo sabemos con toda certeza porque la conocimos antes desnuda que vestida y no, no pasó la prueba del polígrafo para tintadas. Ella abandonó la política por un porno un poquito más explícito hace ya mucho tiempo. Sin duda prosperó. Oposita desde entonces para investirse en un futuro princesa del pueblo, ya que en su día dejó caer que quería ser la nueva Belén Esteban. Una mujer con aspiraciones, como debe ser.

La exconcejala de Los Yébenes contrató al mismo representante y, mimetizada hasta el tuétano con su horma de San Blas, se puso el tacón de folclórica e inició su carrera, como aquella, metida de lleno en el mundo del toro. Sobrada de ambiciones, pera falta de reses, no dudó en colocar a su marido la cornamenta. El tipo es, por el tamaño de sus astiles, un ejemplar digno de exhibición, un descendiente del venado que hizo llorar a Helen Mirren en The Queen, una de esas piezas que la escopeta de Vasile, experimentado cazador, jamás dejaría escapar.

Pilar Rahola también suele hacerse muy bien la rubia para ganar dinero

El sábado era la primera vez que Jesús Atahonero, alias ‘Pajarito’ (con ese mote estaba claro que no le iba ir muy bien en la vida), se sentaba en un plató. Y lo hizo con el firme propósito de demostrar que se puede ser calvo y a la vez perfectamente rubia: “Me duele que digan que el bebé que espera Olvido no es mío”. Es hora de que este tipo lea a Descartes. Pero ‘Pajarito’ es rubia o quizá no tanto, porque parece que su paseíllo al son de los clarines y timbales del canibalismo cañí le reportó alrededor de 50.000 analgésicos de metal con la cara del Rey Juan Carlos, los cuales le ayudarán sin duda a sobrellevar el dolor de puyas, banderillas, espadas y estoques.

Pero todo esto es anecdótico. Al fin y al cabo, qué le vamos a reprochar a las últimas damas del país si hasta las primeras rentabilizan sus pitones. Además, rasgarse a estas alturas las vestiduras porque cierta cadena se parezca demasiado a una película de Tinto Brass revisitada por Almodóvar resulta cuanto menos ingenuo y demodé. Aceptamos Telecinco como animal de compañía, qué remedio. El Scattergories es de Paolo y no hay más que hablar. Ahora bien, hay cosas que uno no puede pasar por alto; cosas que destilan una doble moral mucho más perniciosa que los secretos de alcoba de una rubia de bote.

La entrevista está a punto de finalizar y una cámara nos descubre entre bambalinas un cardado imposible, estilo Omaita. “Pilar, por favor, ven”, dice la presentadora. “No, no, no. No tengo nada que decir”, murmura Pilar. Pero va. Claro que va. Y además hay una silla preparada para ella. Qué casualidad. Todo resulta muy improvisado. "Estoy bastante escandalizada (...) Traer a un marido a una televisión para que haga un ridículo nacional como este y para que pasee sus cuernos de esta manera me parece repugnante". La frase va dirigida, claro, a Olvido Hormigos. La pronuncia la gran Pilar Rahola, propietaria del cardado, que parece finalmente que sí tenía algo que decir. Es más, lo estaba deseando.

A Rahola también se le ha dado siempre muy bien hacerse la rubia para ganar dinero, pero ella, que como Hormigos abandonó la política para tornarse princesa del pueblo, no quería hablar aquella noche y mucho menos participar de ese bochornoso espectáculo. Es triste cobrar 50.000 euros por contar tus miserias en televisión, pero más triste es ganar 1.500 a cambio de que todo eso que uno rechaza (porque, por supuesto, ella no quería hablar) tenga verdadero sentido. Estamos en ambos casos ante sucedáneos de prostitución, pero en el de ‘Pajarito’ y señora al menos la podemos considerar de alto standing. Si había una rubia de verdad allí sentada el sábado esa era Pilar Rahola. Y no, no se parece en nada a Tippi Hedren. 

placeholder Mariano Rajoy y Gloria Lomana en la entrevista realizada en Antena 3

PD. No voy a hacer leña del árbol caído, porque a Gloria Lomana ya le han dado esta semana hasta en el cielo de la boca. ¿Por qué? Por demostrar con su última entrevista a Rajoy que en España no solo están bien remunerados los cuernos, sino también ciertas formas de fidelidad. Hasta Carmen Lomana, y esto tiene que ser especialmente difícil de digerir, ha renegado de ella vía Twitter. "Quiero que os quede claro de una vez que yo no soy hermana de Gloria Lomana". Aunque fuese verdad, ¿quién es la guapa que estaría dispuesta a admitirlo? No, no hay nadie tan rubia.

Los caballeros casi siempre las han preferido rubias. Sobre todo Hitchcock. Él ha hecho más que nadie por las blondas. Nos enseñó a amarlas. Su cine nos enseñó. Sobre todo a Tippi Hedren. Pero no todos los hombres somos Hitchcock ni todas las rubias son iguales.

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