Suso y Sofía, decidme de qué presumís y os diré de qué carecéis

Sofía GH 16 y Suso GH 16 (los concursantes de ‘Gran Hermano’ no tienen apellidos, solo tratamiento ‘nobiliario’) son los protagonistas de la última portada de ‘Primera Línea’. Ambos aparecen desnudos, como el resto de personajes que ocupan la tapa de la publicación. Entonces ¿dónde está la noticia? En que lo hacen juntos. Juntísimos, para tapar las partes íntimas de ambos. Lo hacen pegados después de confesarse enemigos íntimos durante años.

Su mala relación empezó en el famoso concurso de convivencia cuando ambos, para demostrar lo guapos que eran, decidieron no seguir manteniendo relaciones sexuales juntos y disfrutar con terceros. Lo bien repartido bien sabe. Una relación tóxica de folletín, una imitación barata de ‘La guerra de los Rose’. Nada elevado. No se imaginen una enemistad sutil al estilo de la de Quevedo y Góngora. Su parlamento pasaba por demostrar a la audiencia quién pasaba más de quién. El público, sabio e inmisericorde, ignoró a ambos.

Y aquí están, de nuevo, como Dios los trajo al mundo (algo más creciditos pero igual de desnudos, húmedos y sin un pelo de…, digo en…) para recordarnos que siguen interesados en continuar su carrera televisiva. Manifiestan su obsesión de plató y bolo discotequero con unas declaraciones que, a falta de un espacio de sexo básico, les limita a la última hora de ‘Sálvame Deluxe’, ahora ‘Sábado Deluxe’ y más mojigato. Hablar de folleteo te garantiza una visita a Telecinco, no más. Mala estrategia a largo plazo.

Dice Suso: “Si volviésemos a estar juntos, no habría una pareja en televisión con más tirón que nosotros, como jóvenes, zumbados y kamikazes que somos”. Vendrían a sustituir a los también olvidados Pipi Estrada y Lucía Lapiedra. Vendrían a heredar las portadas del ‘Qué me dices’ con rollos de papel higiénico en cada estancia para recordarnos que en esa casa se folla, se folla mucho; en to-las-esquinas. Y poco más nos pueden ofrecer; un par de enfados y reconciliaciones. Tirón el justito. Fuerza como pareja tienen Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, que hablan de amor y prosa, pero no los So-Su. Lo sutil vende más que lo explícito.

Como a Suso las miradas de ‘empotrador’ que nos regala en el editorial le parecen insuficientes para demostrar que es un follaor-de-la-pradera añade estas palabras: "Suelo follar casa semana con tres chicas diferentes, aunque ha habido semanas concretas que me he trincado a una distinta cada día, de lunes a domingo". No es cuestión de echar cuentas porque es obvio que el resultado de la suma es altísimo, por lo que uno se pregunta: cuántas mujeres hay en el mundo, pequeño Julio Iglesias. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. El movimiento se demuestra andando. Suso, queremos hechos.

Sofía no le quita méritos como amante y añade: "Cuando se la toqué por primera vez en ‘Gran Hermano' me asusté, nunca he flipado tanto: es sin duda el rabo más grande que he visto en mi vida". Sofía ha visto poco (y no me refiero a nabos, que allá ella). Si una con lo que más flipa en su vida es con un cimbrel, pocas cosas más ha visto. Pocas cosas interesantes.

La hija de la concursante más surrealista de esa edición (Maite Galdeano) también barre para casa y se confiesa multiorgásmica y amante del sexo oral. Una poetisa, porque podría haber dicho (como la Veneno) que se corre como una jibia y ‘chupa y mama que se derrama’ (que decía Carmen de Mairena) .Todo queda dicho, lo tienen todo en su sitio. Tal vez tengan más futuro como pareja artística en el porno que como dúo televisivo.

Si quieren leer algo más interesante sobre sexo (y política), les recomiendo la autobiografía de Cicciolina que comienza así:

"A todos los “Cicciolinos” y a todas las “Cicciolinas” del mundo. A la sexualidad liberada, al amor, tanto de día como de noche. En el cielo como en la tierra, en una cama o sobre la paja húmeda”. Vuestra Cicciolina