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Back to basics y el peligroso juego de la banca.
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A. M. Bajo

El Ojo Clínico de la Inversión Inmobiliaria

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Back to basics y el peligroso juego de la banca.

La cultura anglosajona, que tiene una admirable capacidad  para reducir a simples los diágnosticos y las recetas en situaciones de crisis, aconseja a sus empresas una gestión

La cultura anglosajona, que tiene una admirable capacidad  para reducir a simples los diágnosticos y las recetas en situaciones de crisis, aconseja a sus empresas una gestión defensiva a través de la aplicación del “Back to basics” o vuelta a los fundamentales. Y desde luego es rotundamente aplicable al inmobiliario y financiero español. De hecho, Back to basics es también el mensaje que enviaron hace unos días a sus colegas los grandes banqueros españoles, a través de sus palabras en el cacareado reportaje de Informe Semanal. Volver al modelo de banca comercial, captación de depósitos, préstamos solventes, y desde luego trabajar mucho y duro (puede parecer una perogrullada pero no lo es).

 

Pero ¿qué es back to basics para la empresa inmobiliaria española? Si nos atenemos al Residencial, sacar producto en el entorno de los máximos legales de protección en cada Comunidad Autónoma, o como máximo en un rango de 200.000 €/vivienda. ¿Acaso no se vende? Pues aunque parezca increíble sí. Y si no que les pregunten a los promotores que sacaron sus viviendas como “saldos” en la miniferia inmobiliaria de hace unas semanas en el Paseo de la Castellana de Madrid. Lo más complicado viene para quien no puede hacer el back porque no tiene basics. Es decir los que tienen unos precios de suelo en sus balances que no podrían bajar a los niveles aludidos, ni con pérdidas. Como digo, a esos les fallan los basics.

Para hacer el back to basics también hay que saber encarar adecuadamente a los bancos. Algunas empresas con los deberes bien hechos: diversificación de cartera por usos, patrimonio, expansión internacional, management profesional, etc… y que hasta la fecha no han demorado ninguna obligación financiera (aunque parezca increíble las hay pero puede que no por mucho tiempo) se sienten vilipendiadas por sus acreedores en la medida en que, a diferencia de otros, no les trasladan a ellos el problema. Dicho de otra manera, hay quien piensa (no sin razón) que a la hora de sentarse a negociar con los bancos es mejor que piensen, incluso amenazándoles con tirar la toalla, que uno está herido de muerte. Parece que así, con tal de evitar los concursos, los bancos se avienen más a razones que con quien paga religiosamente.

Una banca que está llevando a cabo, a su vez, un doble peligroso juego:

Por una parte, algunas entidades están interviniendo directamente en la elaboración de los planes de viabilidad de sus deudores. Y, lo que es más peligroso, están exigiendo incluso una participación activa en la implantación de dichos planes. Algún juez ya se anda preguntando en voz alta (y con aforo) si no es una administración de hecho que puede hacer perder derechos preferentes como acreedor al banco en caso de concurso. Ojo al dato.

 

Por otra, el discurso de los bancos se aleja cada vez más del de la banca. Me explico. Los bancos (o cajas) como grandes organizaciones corporativas tienen unos intereses que no coinciden con los de sus propias redes de agencias comerciales. O lo que es lo mismo, el banquero anhela una reactivación de las ventas de viviendas y el bancario (el de la sucursal) mide sus objetivos por captación de pasivo y al que le viene a pedir una hipoteca (aunque sea solvente y se la pueda dar), le dice que ese veinte por ciento que tiene que pagar al promotor por su vivienda, mejor lo ponga en un depósito y se olvide de comprar una casa porque bajarán. Señores, un poco de seriedad, que le está birlando el cliente al promotor.

 

Back to basics también supone reducir plantillas, salarios y bonus. Costes, en definitiva. ¿O es que acaso el problema de los bonus es exclusivo de esta banca de negocios que algunos pensamos que por fin va a desaparecer?  

En fin, y por último, aviso a navegantes: ya verán como habrá escándalos con algún administrador judicial. ¿Se apuestan algo? Perderán.

La cultura anglosajona, que tiene una admirable capacidad  para reducir a simples los diágnosticos y las recetas en situaciones de crisis, aconseja a sus empresas una gestión defensiva a través de la aplicación del “Back to basics” o vuelta a los fundamentales. Y desde luego es rotundamente aplicable al inmobiliario y financiero español. De hecho, Back to basics es también el mensaje que enviaron hace unos días a sus colegas los grandes banqueros españoles, a través de sus palabras en el cacareado reportaje de Informe Semanal. Volver al modelo de banca comercial, captación de depósitos, préstamos solventes, y desde luego trabajar mucho y duro (puede parecer una perogrullada pero no lo es).