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El Ojo Clínico de la Inversión Inmobiliaria

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Colonial, ¿era díficil hacerlo peor después de Portillo? Error.

La Junta de Accionistas de Inmobiliaria Colonial ha sido fiel reflejo de la situación de déficit absoluto de gestión que reina en la compañía, gracias especialmente a sus

La Junta de Accionistas de Inmobiliaria Colonial ha sido fiel reflejo de la situación de déficit absoluto de gestión que reina en la compañía, gracias especialmente a sus dos máximos ejecutivos: el presidente, Juan José Brugera, y el director general, Pere Viñolas.

 

Está claro que Luis Portillo demostró en su etapa al frente de la sociedad que no es precisamente un gurú del management. Pero hay que reconocer que, por lo menos hasta el final, le echaba horas y bemoles al asunto, igual que Mariano de Miguel.

Pero ahora tenemos un presidente a punto de jubilarse, bastante escaso de energías y más preocupado en el cálculo de su previsible finiquito en su segunda etapa al frente de la firma que por rememorar aquella primera gestión, en la que fue capaz de aglutinar y liderar un gran equipo de directivos, plagado de talento, que le dejaron en bandeja su lucimiento personal. Pero claro, ahora ese talento, que permaneció en parte en el equipo de Luis Portillo, ya no está dentro. Y, como en el pozo, de donde no hay no se puede sacar.

El báculo de su vejez, Viñolas, tampoco es que sea nada del otro mundo. De acuerdo que la empresa necesitaba un barniz de reestructuración financiera consistente para salir adelante. Pero ya se lo han dado los bancos accionistas con filigranas como la emisión de bonos convertibles. No, yo me refiero a gestión (misión y visión) inmobiliaria. Que es la que no existe.

Con estos mimbres no es de extrañar que la principal contribucióna la Junta fuera su propio sistema de retribución e indemnización, como parte del Consejo, "como forma de atraer y retener a los profesionales más destacados y adecuados para el cumplimiento de los objetivos estratégicos de la compañía ante su situación y el actual contexto socio económico". Un ejemplo de profesionalidad. El muerto al hoyo y el vivo... No sólo eso, los accionistas deberían saber que esta pareja de supuestos rescatadores puestos por los bancos (Bruguera y Viñolas) han conseguido colar en la Junta la contratación de un seguro de responsabilidad civil para cubrir su propia gestión. ¿Son conscientes?

Colonial (como prácticamente todas las empresas) necesita retener el talento a base de talento. Y no de chequera, como si fuera el mercadeo de futboleros. Talento inmobiliario. Del que no tienen. Y coraje. Del que tampoco. Porque la compañía inmobiliaria estrella de España está paralizada desde justo antes del verano. De acuerdo que los tiempos no acompañan para ejecutar y promover las tres opciones de compra que tenía Riofisa en Madrid, Granada y Coruña sobre suelos para desarrollar proyectos. Pero tampoco han luchado mucho el tema.

Desde el principio se han dedicado a hacer telemarketing (sí, llamaditas a algunos de sus viejos amigos de la época buena) para intentar colocar Riofisa. Básicamente un proceso de venta chapucero y encima involucrando (y ni se sabe cómo), nada más y nada menos, que a CB Richard Ellis, una de las empresas que actualmente se encuentran más en el punto de mira del sector como consecuencia de su presencia constante en procesos discutidos de tasación de inmuebles durante el momento álgido del mercado inmobiliario.

La compañía vive esa parálisis porque como digo, lo más les preocupa a estos directivos (además como hemos visto, de su propia remuneración) son las responsabilidades derivadas de operaciones comprometidas por los administradores anteriores con edificios (sí, sí, edificios y no solares) en Madrid y Barcelona. Y ahí siguen sin diseñar soluciones a este problema y sin mover un papel mientras tanto. Que hagan su trabajo los abogados y limpien el camino de polvo y paja. Mientras tanto ellos a seguir cobrando. Ya se han provisionado casi 80 millones de euros de penalización por no elevar a públicas algunas de esas compras. Pero eso casi es lo de menos (y tiene narices).

Por favor, que los bancos activen la compañía ya de una vez y pongan al frente gente como con la que se está pleiteando por estas compras fallidas o por indemnizaciones de épocas pasadas (algunos de ellas están en el orden del día de la Junta). Seguro que los accionistas, entre los que me encuentro, lo agradeceríamos de verdad.

La Junta de Accionistas de Inmobiliaria Colonial ha sido fiel reflejo de la situación de déficit absoluto de gestión que reina en la compañía, gracias especialmente a sus dos máximos ejecutivos: el presidente, Juan José Brugera, y el director general, Pere Viñolas.