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Ocho motivos para el otoño económico más caliente
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Alberto Artero

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Ocho motivos para el otoño económico más caliente

Cuarenta y ocho horas de lectura actualizadora después de tres semanas de cerebro plano dan para mucho. Más cuando la vorágine de acontecimientos ha seguido su

Cuarenta y ocho horas de lectura actualizadora después de tres semanas de cerebro plano dan para mucho. Más cuando la vorágine de acontecimientos ha seguido su imparable curso, muy marcada por lo que se ha dado ya a conocer como la ‘put’ de Draghi, esto es: el ‘seguro’ rescate del euro por parte del BCE cuyo gobernador no dudó en afirmar a finales de julio “haré lo que haya que hacer y, créanme, será suficiente”.

Diez palabras que los inversores interpretaron como una segura intervención de la autoridad monetaria en el mercado de deuda pública periférica tanto primario, mediante la oportuna financiación al fondo de rescate, como secundario, a través de compras directas. Poco importó entonces el hecho cierto de que no cabía esperar de él otro tipo de declaración ante el rápido deterioro de la situación; poco han importado después sus constantes apelaciones a la ‘condicionalidad’ o sumisión de su acción a ajustes de política fiscal de los países beneficiarios; poco sigue importando la fuerza de los hechos que prueba que, de momento, no ha movido ni una sola ficha que dé valor a su discurso.

Tanto los diferenciales respecto al bono alemán como las bolsas han vivido un agosto eufórico, marcado, cierto es, por los escasos volúmenes de negociación. Y, sin embargo, hay un extraño consenso entre estrategas y analistas -esos que son pagados primero por predecir lo que va a pasar y después por explicar por qué no ha sucedido- en considerar estos últimos 30 días como una suerte de ‘calma antes de la tempestad’.

Más allá de las consideraciones subjetivas, razones objetivas no les faltan.

Y es que no solo en España o Europa sino en el conjunto del globo se acumulan factores de incertidumbre, esos que son enemigos de la inversión y caldo de cultivo para la especulación. El mayor y principal de ellos, los altos niveles de endeudamiento de muchos estados, cuya cura cada vez más parece tener que pasar bien por la inflación o por el default: no hay ‘placer’ sin dolor, sin mucho dolor (The Telegraph, Five years on, the Great Recession is turning into a life sentence, Ambrose Evans Pritchard, 12-08-2012.

Sobre esta premisa, sirva como arranque de la nueva temporada de Valor Añadido una sucinta enumeración de algunos elementos que auguran un otoño, cuando menos, calentito:

  1. España se enfrenta a enormes vencimientos de deuda tanto pública como privada en un entorno de negociación de las condiciones fiscales para la materialización de la ayuda europea al sistema financiero nacional. Pese a su situación de enorme dependencia, el Gobierno sigue en ‘modo bucle’: tú dame el dinero que yo luego te cuento. Tras la experiencia griega, ni el BCE –cuya sangre italiana le lleva a poner el foco sobre nuestro país- ni Alemania –cuya unidad de discurso, por cierto, se empieza a quebrar (The Telegraph, Germany backs Draghi bond plan against Bundesbank, Ambrose Evans Pritchard, 20-08-2012)- están por la labor. Pero aquí, como que no se enteran (muy interesante la interpretación de Mohammed el-Erian en Financial Times).
  2. Grecia-Italia-Portugal-Eslovenia. Grecia se ha convertido en el borracho que algunos se empeñan en mantener en la boda pese a que no hace más que estropear la fiesta. De nuevo amenaza de incumplimiento y de nuevo posible solicitud de más tiempo y mayores ayudas (Financial Times, Merkel and Hollande seek unity on Eurozone, Quentin Peel, 19-08-2012 y Macrobusiness, Grexit looms again, 21-08-2012). Este viernes se escribe el siguiente capítulo de esta tragicomedia en la que sus políticos ríen y Europa llora. Tras Chipre, Eslovenia puede ser el siguiente estado en pedir ayuda a la UE mientras que en Portugal los conservadores pierden apoyo (vía Reuters) e Italia se enfrenta a un periodo preelectoral que amenaza con reinstalar en el poder a su podrida clase política en la primavera de 2013 y deshacer parte del camino de reformas andado por Monti.
  3. Alemania por su parte sufre, según los últimos datos, una ralentización cierta de su actividad económica (vía Cotizalia), por más que las exportaciones de la Eurozona estén repuntando con fuerza ayudadas por la depreciación del euro y siga financiándose, como Holanda –con elecciones generales el 12 de septiembre- o Finlandia, entre otros, a tipos de interés negativos. El miedo al impacto que, sobre la locomotora comunitaria, puede tener la quiebra de la moneda única empieza a pasar factura. En Francia queda pendiente la lucha entre la voluntad de Hollande de aplicar políticas socialdemócratas y la realidad de sus finanzas nacionales. Tendrá que decidir a qué bando de la fragmentada Europa quiere pertenecer. 
  4. Reino Unido se encuentra en una situación económica extraordinariamente precaria, si bien su autonomía sobre política monetaria y de tipo de cambio le ha permitido mantener una estructura de financiación inadecuada en volumen pero barata en coste. El deterioro de la situación interna tras el subidón olímpico, como prueba el último dato de déficit (vía BusinessWeek), puede terminar disolviendo la coalición entre conservadores y liberales. Su posible salida de la Unión Europea ha dejado de ser un ejercicio teórico para encontrar cada vez más apoyo entre la sociedad civil. Éramos pocos y…
  5. Oriente Próximo y Norte de Africa. Han sido múltiples las filtraciones en las últimas semanas sobre un inminente ataque de Israel a Irán, cuyos líderes no podrían desear más un conflicto externo para tratar de domeñar el descontento interior. Mientras, en Siria la situación es de abierta Guerra Civil y pone de manifiesto la división entre el frente sino-ruso y el occidental. Obviamente el precio del crudo ha repuntado al calor de estas noticias que podrían afectar al tráfico de crudo a través del Estrecho de Ormuz (vía SeekingAlpha). Por otra parte, la sequía que padecen algunos de los principales productores mundiales de grano, amenaza con un repunte en el coste de productos básicos que podría concluir en revueltas como las que dieron lugar a la ‘primavera árabe’ (V.A., ¿La falta de grano nos sitúa al borde de una crisis alimentaria global?, 18-07-2012).
  6. Estados Unidos, cuyas bolsas se encuentran en máximos desde el inicio de la crisis, tendrá elecciones en el mes de noviembre, muy marcadas por el empleo y la desigualdad (NYT, Poverty in America, Why can´t we end it?, Peter Edelman, 28-07-2012), lo que da una ventaja al ‘hombre del pueblo’ Obama frente a Rommey. Pese al aparente pacto entre demócratas y republicanos para apartar el debate del techo fiscal de la contienda, este jugará un papel relevante en las decisiones de los inversores. Es precisamente la cercanía de los comicios lo que puede alejar la posibilidad de un Q3 por parte de la Reserva Federal (expansión monetaria mediante compra de activos en el mercado).
  7. China ha vivido un mes de agosto de dar miedo. Su bolsa se encuentra en mínimos de los últimos cuatro años (la comparativa con USA recogida ayer por Business Insider asusta), la volatilidad local se paga un 40% más cara que la estadounidense (vía Bloomberg), el consumo energético ha caído, el precio de algunas materias primas esenciales para su desarrollo de infraestructuras se ha desplomado y el Gobierno acaba de inyectar liquidez de urgencia a su sistema bancario a través del procedimiento conocido como ‘reverse repo’ (vía Bloomberg). Es difícil saber lo que ocurre dentro de sus fronteras pero no son pocas las voces que hablan de que el tan cacareado ‘hard landing’ de su economía ya está aquí por más que su consumo interno siga creciendo al 12% (WSJ, China Consumers - Because they´re worth it!, Heard of the Street, 21-08-2012). Japón mientras sigue languideciendo en su átona línea, una escasa alegría un día, una decepción al siguiente como el dato de balanza comercial dado a conocer esta mañana (vía Reuters).
  8. Brasil-Rusia-India. El resto de los BRICs viven también periodos de extraordinaria convulsión. Dilma Rouseff trata de luchar contra los males endémicos que afectan a la Administración a la vez que emprende un programa de privatizaciones y rebajas de impuestos (vía The Economist). La corrupción endémica rusa, gigante que hoy se incorpora a la OMC, y el creciente rechazo a Putin hacen que solo los ingresos derivados de las materias primas permitan salvaguardar su paz social. Mientras el apagón sufrido por la India este verano, que afectó a la friolera de 600 millones de personas, pone de manifiesto la precariedad de las premisas sobre las que se construye su futuro.

¿Cómo lo ven? Y, mientras, Belice a punto de incumplir el pago de intereses de su deuda soberana (via BBC). A este paso, ni Curro va a tener donde esconderse...

Cuarenta y ocho horas de lectura actualizadora después de tres semanas de cerebro plano dan para mucho. Más cuando la vorágine de acontecimientos ha seguido su imparable curso, muy marcada por lo que se ha dado ya a conocer como la ‘put’ de Draghi, esto es: el ‘seguro’ rescate del euro por parte del BCE cuyo gobernador no dudó en afirmar a finales de julio “haré lo que haya que hacer y, créanme, será suficiente”.