Es noticia
Cuento de Halloween: la niña de la curva se llama Pedro
  1. España
  2. Crónicas desde el frente viral
Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

Por

Cuento de Halloween: la niña de la curva se llama Pedro

Lo de Sánchez es un caso de posesión podemita de primero de exorcismo, es alguien dispuesto a llevarse al PSOE hasta la tumba por una simple cuestión de orgullo

Foto: El exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez. (Reuters)
El exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez. (Reuters)

Gracias al maestro Iker Jiménez aprendimos que hay almas que no consiguen completar el tránsito y que por eso pueden darse impregnaciones espirituales. En España, las caras de Bélmez conforman el caso más conocido, pero no el más reciente. Lo último es la serie de sucesos paranormales de estos días: “La aparición del rostro de Sánchez en el Congreso”, “el poltergeist en laSexta”, y “la carretera sin retorno” del extinto secretario general socialista; todo en pleno puente de Halloween.

Los amigos del misterio saben que hay antecedentes para lo que ocurrió el sábado en la rueda de prensa del deceso parlamentario. Los hay en Honduras, Colombia o México, incluso en California, tierra de la última peregrinación de Sánchez. También allí, concretamente en Fresno, puede visitarse la talla de una virgen de escayola que llora sangre. ¿Casualidad? No lo creo. ¿Estuvo allí? No lo descarten. En cualquier caso, el enigma no está en si importó o impostó el lloro, sino en cuántas horas dedicó al ensayo. Hay otros mundos pero están en este. Él también lo sabe, sabe que están al otro lado del espejo.

El enigma no está en si importó o impostó el lloro, sino en cuántas horas dedicó al ensayo. Hay otros mundos pero están en este. Él también lo sabe

Salta la segunda alarma en la nave del misterio. El padre Évole se abre paso y toma asiento. El espectro acude a la invocación en horario de máxima audiencia (el espectáculo debe continuar). Pronto se confiesa atormentado, no hay descanso para su espíritu. Al rato, una taza de café se estrella contra la pared, después una silla comienza a girar en el aire y luego otra. Velocidad. El sistema democrático, los medios de comunicación, los iconos del PSOE, el credo socialista, los compañeros y los viejos amigos…; todo es violentamente golpeado, todo menos la imagen de los adversarios.

El médium, sabedor de lo que tiene enfrente, comprueba que lo está dejando todo perdido y le pregunta por sus errores. Meses después de haber hundido al socialismo en el peor resultado que se recuerda, semanas después de su escandaloso intento de pucherazo en el comité federal, la cabeza de Pedro empieza a dar giros de 360 grados. Admite uno: “Me equivoqué al decir que Podemos es un partido populista”. Las bases socialistas se rocían con agua bendita. Lo ven claro. Lo de Sánchez es un caso de posesión podemita de primero de exorcismo, es alguien dispuesto a llevarse al PSOE hasta la tumba por una simple cuestión de orgullo.

Pasan las horas, en esa misma madrugada se desata una cadena del avistamientos. El primero es en los bosques de Euskadi. Patxi López, despertado por el aullido de su coherencia, camina bajo la luna. Un leve crujido le saca de su ensimismamiento, entrecierra los ojos y distingue dos hileras de luminarias, luz de velas portadas por una comitiva almas en pena. Es la procesión de la Santa Compaña trayéndole la advertencia de que ya no podrá ser “el tapado” por mucho más tiempo. En otros territorios se viven experiencias parecidas. El daño que acaba de hacer Pedro en el pedrismo es todavía peor que en el socialismo, el suelo se abre bajo los pies.

El daño que acaba de hacer Pedro Sánchez en el pedrismo es todavía peor que en el socialismo

31 de octubre. El día trae mejores máscaras. Los críos corren y recorren las plazas de los pueblos. De lejos, nada parece haber cambiado. Sin embargo, algunas agrupaciones del PSOE amanecen con ajos colgados en la puerta. La sensación de que Sánchez está achicharrado se mezcla con el deseo de no hablar de ello, todavía es mejor que no. Y mejor que por aquí no pase, ya ha hecho bastante. Atardecer.

Noche de difuntos. Carretera regional. Sin iluminación. Una familia socialista reconoce desde su coche el sonido de las doce en un campanario no demasiado lejano. En el filo del horizonte, parecen distinguir una silueta. Reducen la velocidad. La mujer dice “no se te ocurra parar” y al hacerlo despierta a su hijo de seis años. Pero ese contorno tiene algo de reconocible, algo que fuerza al conductor a detenerse en mitad de la niebla. Baja la ventanilla, el desconocido se acerca sin prisa y dice su nombre como quien entrega un salvoconducto. Dos, tres, cuatro segundos más tarde, recibe la respuesta. “Anda, sube que te vas a helar”.

El silencio se hace espeso en el automóvil. El chaval, que no ha dejado de mirar al autoestopista, expresa su curiosidad. “¿Qué llevas en la mochila?” Cinco, seis, siete segundos más tarde, el invitado rompe a reír y pronuncia la frase: “Piedras, para eso me he echado a la carretera, piedras”.

La madre mira al suelo. El padre, preocupado, ajusta el espejo interior para contener la visión completa del asiento trasero. Por hacer algo, enciende la radio y comienza a sonar la canción favorita de Iceta. El autoestopista rompe a llorar con los ojos encendidos de rabia. Vengativos juramentos entre dientes mientras la radio es apagada.

¿Por qué decías “no es no” mientras barajabas la abstención con Rajoy? ¿Cómo podemos fiarnos de ti si nos has mentido todo el rato?”

666 metros después, el viajero inesperado susurra. “Cuidado con esa curva, hay un desvío que va directo a una agrupación socialista”. Traga saliva y sigue. “Maldita sea, también allí me hicieron las malditas preguntitas”:

- ¿Por qué decías “no es no” mientras barajabas la abstención con Rajoy?

- ¿Por qué nos ocultaste que negociabas gobierno y referéndum con los independentistas mientras vendías que buscabas un gobierno transversal?

- ¿Por qué nunca dijiste que España es una nación de naciones?

- ¿Cómo podemos fiarnos de ti si nos has mentido todo el rato?...”

Ocho, nueve, diez segundos más tarde, el coche toma el desvío. El niño pregunta: “¿Pedro, quién te está pagando esta excursión?”

La pareja nota un golpe de frío. Aterrados, miran atrás, la compañía se ha evaporado. Con el susto en el cuerpo siguen su camino.

Uno de los dos ríe. “Pedro, la niña de la curva se llama Pedro”. Feliz Halloween.

Gracias al maestro Iker Jiménez aprendimos que hay almas que no consiguen completar el tránsito y que por eso pueden darse impregnaciones espirituales. En España, las caras de Bélmez conforman el caso más conocido, pero no el más reciente. Lo último es la serie de sucesos paranormales de estos días: “La aparición del rostro de Sánchez en el Congreso”, “el poltergeist en laSexta”, y “la carretera sin retorno” del extinto secretario general socialista; todo en pleno puente de Halloween.

Crisis PSOE Pedro Sánchez