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Siete países europeos se suman al efecto Trump: "Nuestro país, primero"
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Siete países europeos se suman al efecto Trump: "Nuestro país, primero"

A la rueda de Trump se han pegado en Francia, Holanda, Austria o Alemania (entre otros) líderes de partidos políticos que no han perdido minutos en intentar imitarle

Foto: Foto de archivo de una sección del muro entre México y EEUU recientemente construido. (EFE)
Foto de archivo de una sección del muro entre México y EEUU recientemente construido. (EFE)

El muro de Trump. Una obra que, de llevarse a cabo, tendrá que luchar contra el desierto, pero que en realidad es un significante del rechazo al extranjero por parte de un sector de la población americana. En extensión, el muro es uno de los momentos que dieron al actual presidente de los Estados Unidos raciones y raciones de 'free-air' (tiempo en los medios sin tener que pagar un centavo por publicidad), y toda esta atención fue lo que en gran medida le ha llevado al Despacho Oval.

A la rueda de Trump se han pegado en Francia, Holanda, Austria o Alemania (entre otros) líderes de partidos políticos que, pese a haber aparecido con anterioridad al neoyorquino en la escena política, no han perdido minutos en alabarle e intentar imitar sus procedimientos, lanzados, en este caso, hacia el nacionalismo y el euroescepticismo (bueno, euro-rechazo).

Pero ¿está Europa en el albor de un resurgimiento del aislacionismo por país? ¿Se ha terminado el tiempo de la unidad? ¿Miran los países europeos hacia adentro con atención y anhelo? La respuesta a inicios de 2017 es un claro no en la mayoría de los casos, pero no podemos obviar que el llamamiento de todos estos movimientos extremos se está haciendo notar.

A mediados del año pasado, Pew Research lanzó las conclusiones de un estudio titulado 'Europeans Face the World Divided' (los europeos se enfrentan a un mundo dividido) en el que se analizaban distintos aspectos de la realidad europea, como cuáles consideraban ser las principales amenazas para sus ciudadanos, Brexit, Rusia, refugiados o medio ambiente, temas de los que, seguro, les llama la atención que coincidan con los tratados en la campaña electoral americana.

En uno de los párrafos iniciales del estudio de Pew, se decía que “aún los europeos no le han dado la espalda por completo al mundo”, pero incidía en que, en siete de los 10 países en los que se lanzó la encuesta, era mayor la proporción de aquellos que pensaban que era mejor centrarse en los problemas de tu propio país que ayudar a otros países a solucionar sus problemas.

Hemos extraído los datos del estudio y vamos a hacer aquí unas breves consideraciones.

Efectivamente, siete países, que en el gráfico de arriba llegan hasta Holanda, presentan mayoría de ciudadanos que creen que es mejor mirar hacia dentro que echar una mano fuera.

Pero miren atentamente el gráfico. El país que más preocupación tiene por su propia realidad y menos quiere mirar fuera es Grecia; la Grecia de (sí, ya sabemos que el recurso es muy fácil, pero no por ello inválido) Tsipras y Syriza: la Grecia rescatada.

¿Recuerdan que allá por julio hablamos de refugiados en Europa? En aquel estudio, también liderado por Pew Research, había cuatro países que encabezaban en rechazo al tema, y eran Grecia, Italia, Hungría y Polonia. Los motivos del rechazo en los dos primeros países se daban por ser zonas intensivas como acceso y, en el caso de Hungría, por ser un país con cierta estabilidad en el recorrido desde el Mediterráneo, que daba entrada a Austria y, desde ahí, a Alemania.

España muestra una salud envidiable a nivel de solidaridad y se encuentra en un grupo en el que ya querríamos vernos más, con Alemania y Suecia

Pues miren que los cuatro países citados encabezan la lista de arriba, y los otros tres son (por seguir con el ritmo iniciado con Grecia) la Francia de Le Pen, el Reino Unido del Brexit y la Holanda de Geert Wilders. Insistimos, el recurso es muy fácil, pero hoy pocos dudan de que el Brexit ganó en el referéndum y que Le Pen llegará a la segunda vuelta de las presidenciales francesas.

La última línea del gráfico es la media de los países consultados (ponderada por número de entrevistas y población), y fíjense que el país más empático con el exterior es el nuestro. España muestra una salud envidiable a nivel de solidaridad y se encuentra en un grupo en el que ya querríamos vernos en más aspectos, al tener como acompañantes a Alemania y a Suecia.

Si seguimos avanzando en el estudio, vemos que España es el país que más confía en la capacidad de la UE para resolver cuestiones internacionales.

Pero no saquen conclusiones aún. Esta pregunta viene precedida de otra que indaga en cómo creen los encuestados que ha evolucionado la influencia de su país en la escena internacional. En la respuesta se puede ver que tres países creen que dicha influencia ha decrecido con respecto a hace 10 años: Grecia (el 65% lo opina), Italia (52%) y España sobre la línea (50%). En cambio, Alemania (89%), Polonia (72%) y Suecia (72%) creen que su influencia es hoy mayor que una década atrás.

Es decir, los españoles mostramos cierta inclinación a creer que la UE es la más adecuada para lidiar con cuestiones internacionales porque vemos a nuestro país en una situación un tanto precaria para ello. Evidentemente, esta conclusión sale de cruzar ambas respuestas ya que, en el gráfico que hemos incorporado hoy, vemos que hay un consenso bastante generalizado de que la UE es el referente en cuestiones de representación internacional.

Ahora, es cierto que Reino Unido y Holanda, en comparación, se disparan en no dar relevancia a Bruselas. Lo del Reino Unido no es de extrañar, pero volvemos a ver un germen nacionalista en Holanda: ya lo vimos en el primer gráfico y, además, en respuesta a incremento o pérdida de influencia en el escenario internacional, los holandeses creen mayoritariamente que hoy están mejor posicionados que 10 años atrás.

Salgamos del entorno europeo y vayamos a otro de los temas favoritos del nuevo presidente de los Estados Unidos: Asia.

Es evidente que los europeos valoramos más o, al menos, consideramos mayor influencia y dependencia de los EEUU que de Asia. Una media del 55% frente al 31% y con una menor variabilidad, la orientación hacia el otro lado del Atlántico, principalmente por afinidad cultural

Pero también es cierto que hay dos países que no lo ven así mayoritariamente, y vuelven a ser Alemania y Suecia. ¿Por qué? Alemania está entre los mayores socios comerciales de China y, de hecho, el HSBC espera una mayor diversificación geográfica del país centroeuropeo mirando a Asia. Y esto no solo en equipo industrial y de transporte (algo que se deduce fácilmente), sino también en tecnologías de la información y otros sectores complementarios a los clásicos industriales alemanes.

Queda claro que Europa (en su mayoría, pero con excepciones de complicada racionalización) mira a la propia Europa como el primer entorno de seguridad al que acudir. Por el contrario, los líderes populistas del viejo continente buscan abrazar las ideas de Trump (cuando no lo intentan con el propio Trump) como respuesta verificada de todo aquello que la gente desea.

Los españoles mostramos cierta inclinación a creer que la UE es la más adecuada para lidiar con cuestiones internacionales

En este punto deberíamos recordar dos cosas. Primero, que usar a la gente para explicar lo que dice un segmento de población no deja de ser adueñarse de lo que Ernesto Laclau llamó significante vacío, un concepto conocido y no completo en contenido del que uno puede adueñarse ya que está ahí flotando, esperando un dueño, y este puede ser cualquiera que lo reclame (¿recuerdan 'socialdemócrata' en las pasadas elecciones?).

Segundo, que Trump irá por delante y su éxito o fracaso lo será también de todos aquellos que, desde Europa, corrieron a abrazarle a partir del 9 de noviembre.

En España no tenemos una derecha radical relevante que busque un hueco a través de un discurso cercano a lo que vemos por ahí fuera, y, al tiempo, la izquierda sigue escalando la colina de la ineficiencia electoral a medida que hay escisiones, abandonos, conflictos y otra serie de capítulos que hacen poco más que marear a los votantes.

Pero es cierto que estudios como el de Pew Research muestran que tampoco hay una sensación clara de liderazgo por parte del entorno político como tal (no hablamos de partidos, hablamos del conjunto de la política). Los españoles miran a Europa con, parece, la esperanza de que alguien ponga orden.

El muro de Trump. Una obra que, de llevarse a cabo, tendrá que luchar contra el desierto, pero que en realidad es un significante del rechazo al extranjero por parte de un sector de la población americana. En extensión, el muro es uno de los momentos que dieron al actual presidente de los Estados Unidos raciones y raciones de 'free-air' (tiempo en los medios sin tener que pagar un centavo por publicidad), y toda esta atención fue lo que en gran medida le ha llevado al Despacho Oval.

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