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¿Quién mató a Rosa Pitarch?
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Javier Caraballo

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¿Quién mató a Rosa Pitarch?

Aunque en la escena del crimen no había nadie más, ya han aparecido las huellas de posibles culpables, Gas Natural, el Ayuntamiento de Reus, la Generalitat, su familia, los vecinos

Foto: Una concentración condena la muerte de la anciana de Reus. (EFE)
Una concentración condena la muerte de la anciana de Reus. (EFE)

Rosa Pitarch Vicente murió sola en su dormitorio. No hay testigos de lo que ocurrió, pero en la reconstrucción de los hechos se ha determinado que murió a las tres y media de la madrugada cuando una vela prendió el colchón de la cama en la que dormía. Rosa, de 81 años, vivía sola en un piso del centro de Reus, en la calle Santa Anna. El incendio no fue de gran envergadura, los bomberos pudieron sofocarlo en media hora, pero la humareda que provocó en el dormitorio asfixió a Rosa: alarmada por las llamas, trató de huir, cayó al suelo y ya no pudo levantarse, murió por inhalación de gases tóxicos. Rosa Pitarch Vicente murió sola en su dormitorio pero están buscando al asesino porque muchos afirman que la han matado. Aunque en la escena del crimen no había nadie más, ya han aparecido las huellas de posibles culpables, Gas Natural, el Ayuntamiento de Reus, la Generalitat, su familia, los vecinos…

¿La mató Gas Natural? La compañía suministradora de electricidad del edificio en el que vivía Rosa es la principal acusada en esta muerte. Lo dicen los activistas de la lucha contra la pobreza energética pero, sobre todo, lo dicen los responsables políticos de Reus y de Cataluña. “El invierno está aquí, el lunes murió una mujer en Reus por culpa de un corte de Gas Natural, mañana puede ser en cualquier otro lugar de Cataluña y por cualquier empresa suministradora”, claman los portavoces de la Alianza contra la Pobreza.

Para tener la culpa de la muerte de una persona es necesario que exista una cierta premeditación o, al menos, una cierta negligencia; en cualquier caso, se debe tener conciencia del daño que se causa. Pero dice la compañía Gas Natural que ella se debe a la legalidad catalana y al protocolo que existe con el ayuntamiento, y que no los ha incumplido. El protocolo lo que exige a la compañía es que informe de los casos en los que se va a cortar el suministro por falta de pago a una persona sin recursos. Y Rosa no estaba en la lista de personas vulnerables. Tampoco el piso era suyo, sino del propietario que se lo tenía alquilado con una renta antigua. ¿Podría pensar la compañía que en ese piso ya no vivía nadie y que por eso dejaron de pagar la luz? Si Rosa no estaba en la lista, no existía como persona vulnerable. Además, Rosa vivía tan solo a 150 metros del ayuntamiento y, sin embargo, no estaba en el protocolo. Por eso dice Gas Natural que no tuvo la culpa.

Foto: Pilar y José preparan su exigua cena en la penumbra.

¿La mató el Ayuntamiento de Reus? Cuando se conoció el incendio de la calle Santa Anna de Reus, las alarmas políticas, todas las alarmas políticas, se encendieron al instante. Cuando llega el invierno, son habituales las noticias que dan cuenta de la muerte de un anciano por el incendio que provoca un calefactor. Unos días antes de que muriera Rosa, dos ancianas, madre e hija, de 103 y 82 años, respectivamente, fallecieron en Sevilla por el incendio de una estufa, pero nadie habló de asesinato ni la noticia trascendió de la crónica local. También estaban solas, pero tenían electricidad. La cuestión es que Rosa no tenía electricidad y por eso se considera un asesinato, una víctima de la pobreza energética. Eso fue lo que encendió todas las alarmas: para la pobreza energética existe un protocolo y para los calefactores de resistencia eléctrica no existe protocolo, aunque sean más peligrosos que las velas y causen más muertes.

Tan grande debió ser el apuro, que el Ayuntamiento de Reus tardó 30 horas en ofrecer una versión oficial: al principio, incluso negó que la vivienda tuviera la electricidad cortada. Justifican el desconcierto inicial porque, según dicen, Rosa Pitarch, que era una mujer peculiar, introvertida, había rechazado unos días antes la asistencia de los Servicios Sociales del ayuntamiento y por eso no figuraba en la lista. Al final, la versión oficial sostiene que fue Gas Natural quien incumplió el protocolo. Dicen que, aunque Rosa no figurase en la lista de personas vulnerables, la compañía tendría que haberlo comunicado. Por eso dice el ayuntamiento que no tuvo la culpa.

Foto: Cables de alta tensión frente a una central térmica. (Reuters) Opinión

¿La mató la Generalitat? La Generalitat tiene no una sino dos normas aprobadas para evitar los cortes de suministro a personas en riesgo de exclusión social, pero ninguno de esos protocolos ha funcionado correctamente, según se ha constatado ahora. Unos días antes del siniestro, hasta se celebró el primer Congreso Catalán contra la Pobreza Energética, al que acudieron casi una decena de instituciones y asociaciones, pero nada. La primera norma, aprobada por CiU en 2013, es generosa y severa, de forma que para acogerse a las muchas facilidades que se ofrecen es necesario reunir unos requisitos que casi nadie cumple, según afirman.

La Generalitat tiene dos normas para evitar los cortes de suministro a personas en riesgo de exclusión social, pero ninguno de esos protocolos ha funcionado

Por eso se aprobó otra norma, la ley 24/2015, que tampoco aclara bien quién puede ser el culpable, porque por una parte dice que las compañías eléctricas no pueden cortar el suministro de una vivienda sin antes notificárselo a Servicios Sociales, pero al mismo tiempo señala a la propia Administración, en este caso el ayuntamiento, como garante de que no se produzcan cortes de electricidad a personas vulnerables. El 'president' Puigdemont tiene claro que “el error es clarísimo, la empresa es responsable”, pero la CUP, que lo apoya en el Parlament, no quiere sanciones y exige una querella criminal. Para aclararlo, la Generalitat, ha abierto un expediente sancionador porque alguien, el que sea, ha incumplido el protocolo que dictan sus leyes. Por eso están de acuerdo en que la Generalitat no tuvo la culpa.

¿La mató su familia? Rosa Pitarch Vicente murió sola en su dormitorio porque Rosa estaba sola en esta vida. Más dura, más cruel que el corte de electricidad que la obligaba a vivir con velas para alumbrarse, era la soledad en la que vivía. Pero no existen protocolos de pobreza sentimental, como existen protocolos de pobreza energética. Ni congresos ni leyes ni manifestaciones ni escraches de Pablo Iglesias. Las crónicas coinciden en que se trataba de una familia “compleja y desestructurada”.

Tania niega que su abuela estuviera desamparada, pero la biznieta no lo comparte y ha llegado a acusarla de responsable del homicidio imprudente

Rosa Pitarch, nacida en la provincia de Castellón en 1935, tiene un hijo del que nada se sabe, ni se ha sabido después de su muerte. Las dos personas con las que, en teoría, tenía más contacto era con su nieta, Tania, de 37 años, que vivía en el mismo bloque, y con su biznieta, Silvia, estudiante de 20 años, que vive fuera de Reus. Madre e hija no se hablan. En la noche del incendio, Tania, que vivía más arriba, dice que bajó a visitar a su abuela sobre las 10 de la noche. Le dejó la cena y le encendió una vela. Según el testimonio de Tania al 'Diari de Tarragona', le insistía para que se mudara con ella al piso que compartía con su pareja, pero su abuela no quería. Tania niega que su abuela estuviera desamparada y desatendida, pero su hija, la biznieta, no lo comparte, al punto de que ha llegado a acusarla de responsable del homicidio imprudente.

Tania lamenta lo que dice su hija (“Me ha dado rabia esto, de verdad, que mi hija después de dos años sin ver a su bisabuela diga que le duele y que por favor no hablen más”), y su hija Silvia dice, a través de su abogada, que ella tiene la conciencia tranquila ("La ayudábamos en todo lo que sabíamos que pasaba y si había algún tema de impago de alquiler, nosotros lo arreglábamos. Tengo la conciencia tranquila”). Tania agradece al ayuntamiento sus atenciones y Silvia lo censura con dureza por su actuación “ilegal, bruta, cruel, despiadada e incívica". Nieta y biznieta, y el hijo desaparecido, no se hablan, pero cuando les han preguntado, han dicho que ellos no han tenido la culpa.

Rosa Pitarch Vicente murió sola en su dormitorio. No hay testigos de lo que ocurrió, pero en la reconstrucción de los hechos se ha determinado que murió a las tres y media de la madrugada cuando una vela prendió el colchón de la cama en la que dormía. Rosa, de 81 años, vivía sola en un piso del centro de Reus, en la calle Santa Anna. El incendio no fue de gran envergadura, los bomberos pudieron sofocarlo en media hora, pero la humareda que provocó en el dormitorio asfixió a Rosa: alarmada por las llamas, trató de huir, cayó al suelo y ya no pudo levantarse, murió por inhalación de gases tóxicos. Rosa Pitarch Vicente murió sola en su dormitorio pero están buscando al asesino porque muchos afirman que la han matado. Aunque en la escena del crimen no había nadie más, ya han aparecido las huellas de posibles culpables, Gas Natural, el Ayuntamiento de Reus, la Generalitat, su familia, los vecinos…

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