La derecha pagana: muchas, muchos, ¿demasiados?

El arzobispo de Valladolid ha puesto el grito en el cielo porque la vicepresidenta Sáenz de Santamaría vaya a ser la pregonera de la famosa Semana Santa pucelana. Motivo: está casada por lo civil. Antes fue el cardenal Cañizares el que se subió al púlpito toledano para denunciar la situación de “arrejuntada” de la lideresa manchega, María Dolores de Cospedal, que venía de un divorcio anterior.

Oiga, no empuje, que el PP se ha convertido en la “derecha pagana” que ha terminado por arrojar a las tinieblas las viejas mantillas negras, los sambenitos encaperuzados y el nacionalcatolicismo en lo que respecta a sus vidas privadas.

Ahí tienen, por ejemplo, al flamante ministro de AAEE, el democristiano José Manuel García Margallo, tres matrimonios le contemplan; o el otro democristiano con ancestro, José Ignacio Wert, que vive con una afamada y guapa creadora de opinión.

Salvo el matrimonio Aznar/Botella y algún que otro despistado más, la derecha ejerciente hace tiempo que hace caso omiso a los sermones, aunque busquen la bendición del Romano Pontífice -¡que se lo preguntan a Núñez Feijóo!-, y se conducen en lo personal y familiar como si hubieran pasado todos por las aulas de la Institución Libre de Enseñanza.