Es noticia
Cuando González decía que Carrillo era un pequeño saco de pus
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Cuando González decía que Carrillo era un pequeño saco de pus

La abuela Luz, tan castellana y lúcida ella, solía prevenir acerca del “día de las alabanzas”, del que debe librarnos Dios. Lo digo a propósito del

Foto: Cuando González decía que Carrillo era un pequeño saco de pus
Cuando González decía que Carrillo era un pequeño saco de pus

La abuela Luz, tan castellana y lúcida ella, solía prevenir acerca del “día de las alabanzas”, del que debe librarnos Dios. Lo digo a propósito del reciente y muy esclarecedor fallecimiento de don Santiago Carrillo Solares. Los enemigos viscerales dicen que lo tenían que haber enterrado en Paracuellos, donde parece que se ha muerto el patrón de España.

Yo lo conocí mucho; me fascinaba la oscuridad que almacenaba tras la sonrisa sardónica y el peter stuyvesant. Hice en su avión la campaña electoral del 79 y luego fue invitado a mis cursos universitarios e incluso me prologó un libro sobre la llegada al poder de José María Aznar.

Yo me he congratulado que pasaran por su capilla ardiente -¡o lo que fuera, porque presumía de ateo!- dirigentes templados del PP como Esteban González Pons y me he partido de risa con algunos ditirambos ad hoc y ad hominem. Por ejemplo, el de Felipe González, que siempre despreció democráticamente al que fue jefe del PCE durante décadas.

Recuerdo que en una ocasión, durante el entierro del mariscal Tito, Felipe, entonces a punto de ser coronado virrey de España por largos 14 años, se refirió al comunista como “ese pequeño saco de pus”. Hace unas horas casi llora el sevillano ante el cadáver macilento del otrora estalinista líder irredento cuya principal cualidad era el pragmatismo y el sentido de la realidad.

Resulta muy peculiar y muy genuinamente español esto de las despedidas físicas a los hombres públicos. Primero hacemos una guerra civil, inoculamos en vena los odios africanos y en el momento de cruzar el umbral de la esperanza volvemos al espíritu dinamitado de la Transición.

¡Algo es algo!

La abuela Luz, tan castellana y lúcida ella, solía prevenir acerca del “día de las alabanzas”, del que debe librarnos Dios. Lo digo a propósito del reciente y muy esclarecedor fallecimiento de don Santiago Carrillo Solares. Los enemigos viscerales dicen que lo tenían que haber enterrado en Paracuellos, donde parece que se ha muerto el patrón de España.