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Cinco cardenales españoles, cinco votos
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Graciano Palomo

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Cinco cardenales españoles, cinco votos

¿Querían marcha en la Iglesia de Roma? ¡Pues ahí la tienen! ¡La que ha organizado el Papa Ratzinger cuando todo el mundo creía que se moriría

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Cinco cardenales españoles, cinco votos

¿Querían marcha en la Iglesia de Roma? ¡Pues ahí la tienen! ¡La que ha organizado el Papa Ratzinger cuando todo el mundo creía que se moriría entre bambalinas!

En Añastro, 1, sede del poder católico en España, cuando se tuvo conocimiento del abandono del jefe blanco se pusieron muy nerviosos, mentalmente flácidos hasta el punto  que Curra Luengo (El Debate de la 1) tuvo muchos problemas para encontrar alguien de postín que llevarse al plató en el programa que conducía la inmarcesible Pilar García Muñiz.

Nadie cree que el ‘pequeño Ratzinger’ (Antonio Cañizares, el amigo de Eduardo Zaplana y Ángel Acebes) tenga posibilidad alguna de ocupar la silla petrina, pero nunca se sabe en esto del Espíritu Santo.

Lo que parece probable –según los expertos- es que el voto  de los cardenales españoles con derecho a echar la papeleta en la Sixtina será “muy disperso” porque las sensibilidades entre los príncipes de la Iglesia española que acudirán a Roma son bien dispares.

Recapitulemos. Antonio Maria Rouco Varela (Villalba-Lugo-,1934), guardián de la ortodoxia por antonomasia, amparado por Benedicto XVI, hará bueno el dicho ignaciano de que en tiempo de tribulación no hacer mudanza.

Antonio Cañizares (Utiel -Valencia-, 1945), el íntimo del Papa dimisionario hasta el punto de que le hizo ‘ministro’ en el corazón mismo del poder vaticano. Mauricio Casals, presidente de La Razón, y su director Francisco Marhuenda, le ponen una vela al Santísimo para que haya fumata blanca con el inquieto e inquietante purpurado que estuvo en todas las salsas cuando mandaban sus amigos en España e incluso después, con el agnóstico Rodríguez Zapatero.

Lluis Martínez Sistach, Barcelona, 1937, arzobispo de la Ciudad Condal, pujolista convicto y confeso y con ganas de jubilarse sin ruido. Conservador sin estridencias nadie sabe por dónde le dará el soplo cuando llegue la hora de la guillotina.

Carlos Amigo (Medina de Rioseco,Valladolid, 1934), franciscano con porte y verbo jupiterino, el purpurado que mejor cae a los medios de comunicación y que se deja entrevistar, incluso, por Angels Barceló. Aperturista y hombre sin miedo. Nunca le quiso disputar a Rouco la vara de mando; al fin y al cabo, los franciscanos siempre han sido muy suyos y da la impresión de que el que durante tantos años fue arzobispo de Sevilla es de los que creen que Dios escribe recto con renglones torcidos. Apuesta por el futuro.

Santos Abril y Castelló (Alfambra, Teruel, 1935) nombrado cardenal por Benedicto XVI, vicecamarlengo y miembro del cuerpo diplomático vaticano. Conoce el mundo como nadie después de haber servido a su Señor en países como Pakistán, Bosnia Herzegovina, Camerún, Argentina, Eslovenia, Macedonia, etc… Uno de los alumnos aventajados del gran Casaroli, el diplomático más florentino de la Iglesia en los últimos 300 años. Su análisis es global, cósmico y cosmopolita.

¿Querían marcha en la Iglesia de Roma? ¡Pues ahí la tienen! ¡La que ha organizado el Papa Ratzinger cuando todo el mundo creía que se moriría entre bambalinas!