Imanol (Arias) se va a la India

Hijo de un leonés y una vasca, Imanol Arias tuvo que “exiliarse” en su día del País Vasco porque decía lo que pensaba de la ETA&company y, claro, no se podía vivir. Sus doce años en “Cuéntame”, con un magnífico caché aunque la crisis también le ha recortado un 30 por ciento, le permiten la suficiente libertad para decir lo que piensa -y piensa mucho- acerca de lo que acontece en este bello y maltratado país.

Imanol rechazó en su día presidir la Academia del Cine español, tan politizada y esas cosas, y prefiere otras y, entre ellas, leer periódicos (El Confidencial figura en su Ipad) y libros con historias de relieve.

Tras una larga conversación ferroviaria con el actor -¡ya me dirás que método utilizas para estar tan delgado!- tengo para mí que su agudo sentido crítico le lleva inevitablemente por la senda del “centro”, entiéndase en sentido lato del término. Sin libertad, oiga, no hay nada; absolutamente nada salvo los asentamientos.

Ser actor no está reñido con seguir con toda atención lo que acontece a tu alrededor sino justamente todo lo contrario. Respeta, por ejemplo, los posicionamientos políticos y sociales “ad hoc” de sus colegas como Javier Bardem, cosa que él no hará sin mucho cuidado.

Arias/Ferrer se va a la India para protagonizar una película sobre el famoso jesuita valenciano (luego exclaustrado) Vicente Ferrer cuyo parecido con el leonés resulta asombroso. No sé si todos los lectores sabrán que Ferrer (Premio Príncipe de Asturias) dedicó su vida a los más pobres de la India en una réplica de la Madre Teresa a la valenciana.

Lo sustancial es que encontré a un líder social y mediático exitoso casi tan preocupado por las cosas que pasan en España como el resto de los lectores que hayan consumido este post.

Desde el centro, el sentido común y un cierto compromiso apartidista. Creo.