¿Y si FAES cambiara de jefe?

La ‘salida’ del mediático brazo con Gloria Lomana le va a salir por un pico a José María Aznar, ahora que ha fichado por Pipper Rudnick, el mismo despacho al que los españoles abonamos 2,8 millones de dólares porque colgaran al “conducator” la Medalla de Honor del Congreso norteamericano.

Si Borja Prado entiende que ya no le sirve porque su interlocución con el Gobierno es igual a cero y en los países iberoamericanos, exceptuando el Chile de Sebastián Piñera, no quieren verle ni en foto, lo mejor es ahorrarse la pasta gansa que hasta ahora venía abonando el exmandatario. ¡Cosas del mercado... liberal, señor Aznar!

Pero lo peor en ese campo puede estar por llegar. Porque su disparo (última bala) al corazón mismo del “marianismo/cospedalismo” apenas ha rozado las vísceras vitales del andamio y, además, ahora el gallego anda dándose el pico con Felipe González e incluso con Alfredo Pérez Rubalcaba.

¡Qué error, don José María! ¡Qué inmenso error!

El desdén con que fue recibido su ‘aznarazo’ no significa en modo alguno que las ‘Rajoy girls’ no hayan tomado buena nota en clave de poder fáctico, que es su especialidad. Por ejemplo, María Dolores de Cospedal no abrió la boca pero le carcomían las entrañas que viniera el de FAES a moverle el braserillo interno precisamente en un momento en el que se está llamando a rebato a todos los conmilitones.

La pregunta que se hacen resulta de perogrullo. Oiga, ¿de quién es FAES? Pues resulta que esta fundación, aunque ideada en su día de años mozos por el siempre escurridizo y viscoso Miguel Ángel Cortés para mayor gloria del gran Aznar, pertenece al Partido Popular, sobre todo, después de que aquél decretara la fusión de todas las fundaciones que estaban en la órbita del centro derecha español.

La siguiente pregunta es todavía más obvia. Si FAES es del PP y Aznar ya no manda en el PP, ¿por qué sigue haciendo lo que le viene en gana en esa organización y la utiliza contra la actual dirección?

¡Ah! Lo siguiente no es una pregunta si no una conclusión.