El quilombo de la 'lideresa'

Me escribe el juez Alfonso Villagómez Cebrián, un jurista de primera magnitud, para alertarme acerca de la figura jurídica de los llamados “agentes de movilidad” que no son de la autoridad como la Policía y que no disponen de su preparación ni formación y encima están permanentemente cabreados porque su situación económica/laboral tampoco es para tirar cohetes.

La creación de los mismos fue del ínclito Alberto Ruiz-Gallardón en los tiempos en los que aspiraba a todo.

Bien. El hecho cierto es que Esperanza Aguirre ha cometido un error y un error grave. Si hiciera como Jordi Pujol, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, José Montilla y otros exlendakaris varios, es decir, todavía utilizara el coche oficial, se podría haber evitado el quilombo y el bochorno. Porque bochorno, haylo. Y es perfectamente descriptible en eso que se ha dado en llamar redes sociales, sobre todo, porque hay mucha gente que le tiene muchas ganas. ¡Natural!

Yo no sé si su carrera política habrá tocado a su fin con la saga/fuga pero sí que su imagen ha quedado dañada aunque este país tiene una ventaja al respecto: todo se olvida de la noche a la mañana.

Muchos madrileños –indignados por el trato que reciben de los “prepotentes” agentes de movilidad- saben que la circulación en Madrid es un caos y que el Ayuntamiento de Botella utiliza el tema para hacer caja. Que se cometen muchas injusticias al respecto, salvo para los concejales que siguen disponiendo de forma obscena de coche oficial incluso para sus asuntos personales aunque se hayan pasado la vida conduciendo antes un tranvía de metro, y que están indefensos ante las arbitrariedades de esos agentes y mucho más si llevan pistola y esposas.

Aguirre ha cometido varios errores graves en una dirigente política que predica ejemplaridad. Sin duda.

Ahora está por ver si una golondrina hace verano o si por el contrario lo “cheli” termina por resultar en una granizada de medio minuto.

¡Comprendo el entusiasmo de Ana Botella!