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El último intento del ‘aznarismo’ por liquidar a Rajoy
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Graciano Palomo

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El último intento del ‘aznarismo’ por liquidar a Rajoy

Un grupo de diputados subidos al carro del antiaborto está empeñado en dejar claro que el PP no puede vivir sin teñir de tinta de BOE el fenecido proyecto Gallardón

Foto: Ruiz-Gallardón. (Efe)
Ruiz-Gallardón. (Efe)

Un grupo indeterminado de diputados y senadores subidos al carro del antiaborto, comandados por el exsecretario de Estado de Álvarez Cascos, Benigno Blanco, está empeñado en dejar claro que el Partido Popular no puede vivir sin teñir de tinta de BOE el fenecido 'proyecto Gallardón'. Es uno de los datos que agitan para intentar arrinconar al ‘blando’ Mariano, que sonríe despectivo, consciente de su fuerza y de su poder.

“Son pocos, pero coñazos y bien dotados para la conspiración”, rezuman bilis desde Génova 13. Llueve sobre mojado.

El Congreso de Católicos y Vida Pública celebrado el pasado fin de semana en el CEU -¿dónde podría llevarse a cabo con más bendiciones apostólicas?- consagró a Alberto Ruiz-Gallardón como gran estrella -¡vivir para ver!- y se dejó claro que son las espaldas sobre las que se quiere montar la cruz de la democracia cristiana española, que nunca tuvo carril propio porque, pese a ser España un país de mayoría católica, los ciudadanos de aquella Transición hasta hoy no quieren confundir las obleas xacobeas con los cirios humeantes.

Me relatan también cenas y encuentros varios en la casa de Jaime Mayor Oreja, que ha sido durante los últimos años el mirlo referencial de este sector de la derecha española que no ha terminado de entender que las conspiraciones de salón eran rentables cuando el papa Borgia, pero que lo que cuenta hoy son urnas, votos y sociedad.

Resumiendo: José María Aznar, me dice la gaviotita aviesa, es el que lleva tiempo tratando de ajustar cuentas con Mariano Rajoy y no sabe cómo. Porque cada vez que enseña la patita le llega una galleta al mentón ya sea en forma de una factura que pasó al grupo Abengoa en lobby con el inmortalmente democrático Gadafi (desaladoras en Libia), ya sea que la Agencia Tributaria le gira visita a su Fazmatella S.L. y tiene que firmar un papel de 'conformidad'que de saberse la cifra igual originaba otro escándalo.

Creen que el próximo mes de mayo es la última oportunidad. Esto es, al hilo de la celebración de las elecciones autonómicas y municipales en las que los chicos de la FAES -¡vaya usted a saber si el pequeño Nicolás también hacía informes de coyuntura para el invento!- aventuran un gran descalabro para el PP. Si eso se produjera el ataque dejaría ya de ser oscuro y viscoso para tirarse por corto y por derecho a la yugular del gallego.

Porque hay un Ruiz-Gallardón encorajinado que quiere volver ahora apoyado por el cristianismo militante y existe un ex mucho más rencoroso y malo políticamente que no parará hasta hacer morder el polvo a la persona a la que él solito encumbró hasta las cumbres del Kilimanjaro.

Pero resulta que lo anteriormente descrito no cuenta con las bendiciones del Papa Francisco y, por ende, mucho menos con la aprobación de los monseñores Blázquez y Osoro.

¡Con los almendros en flor…!

Un grupo indeterminado de diputados y senadores subidos al carro del antiaborto, comandados por el exsecretario de Estado de Álvarez Cascos, Benigno Blanco, está empeñado en dejar claro que el Partido Popular no puede vivir sin teñir de tinta de BOE el fenecido 'proyecto Gallardón'. Es uno de los datos que agitan para intentar arrinconar al ‘blando’ Mariano, que sonríe despectivo, consciente de su fuerza y de su poder.

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