El futuro de Pedro Sánchez tres meses después

Puedo dar testimonio -porque he visto sobre el terreno y comprobadoin situ cómo llegaron a primeros ministros Suárez, Calvo Sotelo, González, Aznar, Rodríguez Zapatero y finalmente Mariano Rajoy- que al palacio de la Moncloa se llega por caminos distintos y veredas insondables.

Los que ponen ya en almoneda a Pedro Sánchez cuando ni siquiera ha cumplido cien días en el difícil papel de jefe de la oposición –si Rajoy lo tuvo difícil al llegar al Gobierno por mor de la herencia zapaterista, lo de Sánchez no es moco de pavo encerrado entre tres fuegos transversales- olvidan que los que llegaron antes que él lo tuvieron más complicado (salvo Felipe, al que todo el mundo llevamos en volandas pero eran otros tiempos y otras circunstancias) y a punto estuvieron de saltar por los aires.

Me interesó mucho más la entrevista con Sergio Martín en La Noche24Horas que su intervención en la tribuna del Congreso. El hemiciclo agarrota por mor de los propios y de la mala baba que se fabrica en la bancada de los partidarios que no están en la pomada.

Pedro Sánchezllegó al puesto de mando en el PSOE tras una escalada democrática interna y aún hoy en día tiene que hacer malabarismos para enjugar las distintas sensibilidades socialistas y, lo que es peor, arbitrar las muy aceradas ambiciones que pululan a su alrededor.

Lo sustancial para PS es, sin duda, que termine por creerse que el barco que pilota es desde el único sobre el que se puede construir una alternativa real de poder en España. Esto es el centroizquierda, la socialdemocracia que no pone en cuestión en modo alguno el modelo europeo, el sistema de libertades que también pasa por el capitalismo compasivo y la libertad como camino para alcanzar una igualdad de salida que no de llegada.

Este es el asunto capital, mis queridos amigos. ¿Que se puede equivocar en un momento concreto sobre un asunto ad hoc? Claro. ¿Que puede estar más o menos brillante en un debate ad hominem? Naturalmente. Vi cómo se dijo y predijo que Aznar llegaría a nada y unos meses más tarde durmió en Moncloa, y del sueño profundo que le produjo aquel lar.

Sin el PSOE no hay posibilidad de alternativa ni de centroizquierda ni mucho menos de izquierda. Que olviden toda esperanza los listillos. Con Pedro o sin Sánchez.

¡A ver si somos capaces de una vez de distinguir las voces de los ecos!