'El Español', con gran precedente franquista

He leído en este mismo papel digital la que ha montado el bueno de Gregorio Marañón a propósito del anuncio de la nueva criatura mediática de Pedro J. Ramírez. Pero no sé si el controvertido y siempre jamás riojano sabe que El Españolfue una cabecera al margen de la apelación a Blanco White durante su exilio londinense, o de Borrego, liberal a la muerte de Fernando VII, o también el precedente republicano de Luis Bonafaux poco antes de extinguirse el siglo XIX.

No sé si habrá reparado en que el último precedente mediático en nuestro país con ese nombre data del 31 de octubre de 1942 al precio de una peseta. Y con 16 páginas formato sábana.

Juan Aparicio, el gran preboste franquista en esto de la prensa y radio, lo presenta al grito de "¡Arriba los españoles!", ilustrando el enfervorizado verbo de Aparicio con un retrato del Generalísimoy con una fotografía de José Antonio Primo de Rivera.

Acompañan a la firma de AparicioSánchez Mazas, nada sospechoso de veleidades, y Juan Francisco Yela Utrilla, exaltando el semanario de “la política y del espíritu” como fruto de un “nuevo rumbo en la Historia de España y el amanecer de una “tercera época”.

Estos precedentes relativamente recientes para “semanarios históricos” y de época es imposible que los desconozca (¿o sí?) el exdirector de El Mundo, y a buen seguro que le sacarán cantares al respecto. Es más, estoy seguro de que en cuanto se entere el personal de esta circunstanciaserá agraciado con seguidillas y estribillos fácilmente memorizables.

Por de pronto, lo que hay es una campaña subliminal “made in Pedro J.” –la historia se repite–a la espera de que haya alguna almendra aturronada que llevarse a la boca si es que, en efecto, El Españolrecibe las aguas bautismales, y a saber también en qué pila las recibe si es que las recibe.

No conocí por razones obvias a Juan Aparicio. Los colegas vivos que recibieron los consejos y enseñanas de don Pedro Go(era tal coñazo en RNE que se apagaba el dial antes de llegar al “mez”) me comentan que estaría descarallándose de risa. ¡El que hacía temblar al Kremlin…!