Barones, ¿qué barones?

Seguimos empeñados en los jueguecitos 'ad hominem'. Que si Susana, que si Vara, que si Page, que si Puig… Yo lo único que observo es que hay miedo, mucho miedo, en el PSOE. Nadar y guardar la ropa no sea que te apunte César Luena, que se ha convertido en la particular bestia negra de los que quieren mandar a paseo el 'sanchismo'.

El tema empieza a ser aburridísimo, cuando no directamente deprimente. Cuando el 90% de la opinión publicada da por hecho que la lideresa andaluza tiene el cepillo de dientes presto para pasar Despeñaperros, viene la susodicha y 'autoriza' a Pedro Sánchez a pactar con Podemos y quien haga falta para echar a Rajoy. Lo mismo que el extremeño Fernández Vara, que navega entre dos barcas. Del resto, sinceramente ni me acuerdo.

Tengo información suficiente para poder escribir aquí que el nombre que más gusta al sector 'centro' del PSOE es el del asturiano Javier Fernández. El hombre que escribe unos discursos cabales y tiene una posición centrada en casi todo. Respetado por el aparato de Ferraz, cuenta con el aliento de la llamada 'vieja guardia', que tampoco es que signifique gran cosa en el carajal que la circunda. Dirigente alejado de posiciones 'guerracivilistas', su nombre aparece siempre como un valor a tener en cuenta en tribulaciones y defunciones.

En Asturias, dijo aquel, saben bien que detrás de las nieblas se camuflan afilados picachos y abajo reverdecen bellas praderas.