Es noticia
Rajoy: sobrado y sin piedad
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Rajoy: sobrado y sin piedad

Fueron momentos deliciosos para el espectador en su cuerpo a cuerpo con el caudillo de Podemos, que tampoco es manco y exhibe una enorme capacidad de reflejos

Foto: Combo de fotografías de Pablo Iglesias y Mariano Rajoy en la segunda sesión del debate de investidura. (EFE)
Combo de fotografías de Pablo Iglesias y Mariano Rajoy en la segunda sesión del debate de investidura. (EFE)

No me gustó ver la nueva sesión de investidura el pasado jueves. Viene a significar que la tan denostada generación de la Transición todavía no tiene recambio. Ni en política ni en tantas cosas, incluidas las “manis” que tenían otro color y sabor, fundamentalmente porque cuando se puso en marcha la restauración democrática había que conquistar la libertad desde todos los rincones y ahora mismo hasta se puede llamar delincuentes a los diputados con acta en ejercicio.

Sin embargo, la sesión dejó algunos apuntes de mediano y largo alcance. El sesentón Rajoy, muy tocado por todo lo conocido y al que sesudos analistas de la cosa le han enterrado al menos en cinco ocasiones, demostró que el que tuvo retuvo y para la vejez guardó. De los cuatro jinetes del apocalipsis solo quedaba en piecomo oposición parlamentariaPablo Iglesias, que no termina de coger cuerpo, salvo que guarde algún as desconocido en la manga. Antonio Hernando quedaba fuera de combate por mor de las circunstancias; Albert Rivera, más de lo mismo –la responsabilidad conlleva una pesada carga en los tiempos que corren–; por lo tanto, mis queridos amigos, solo quedaba en pieel muchacho de la coleta.

Foto: El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (EFE)

Mariano se considera un buen parlamentario, disfruta con el mano a mano donde la ironía y la coña es su arma letal y, además, goza de la inestimable ventaja de minutos para preparar el contrataque (no olvidemosque fue un empollón opositor). Fueron momentos deliciosos para el espectador en su cuerpo a cuerpo con el caudillo de Podemos, que tampoco es manco y exhibe una enorme capacidad de reflejos, amén de su acreditado talento para el ataque sin pararse en barras. Si aprende de los errores y aparca una miaja su descriptible arrogancia nos deparará muchas tardes de gloria y regocijo. Seguro. El problema es que tiene que bajar de la nube prerrevolucionaria a las cosas concretas de comer porque de lo contrario acabará en la melancolía.

Rajoy tuvo tiempo y humor para refocilarse en su famoso SMS que le ha tenido atado al duro banco durante cuatro años. El que fue su amigo personal, Camilo José Cela, le ha servido estos durísimos meses para subsistir: “El que resistegana”. ¡Y tanto!

Lo más gordo viene a partir de ahora: rumbo a lo desconocido. Pero menos…Vuelve a ser presidente.

No me gustó ver la nueva sesión de investidura el pasado jueves. Viene a significar que la tan denostada generación de la Transición todavía no tiene recambio. Ni en política ni en tantas cosas, incluidas las “manis” que tenían otro color y sabor, fundamentalmente porque cuando se puso en marcha la restauración democrática había que conquistar la libertad desde todos los rincones y ahora mismo hasta se puede llamar delincuentes a los diputados con acta en ejercicio.

Mariano Rajoy